GRUPO CONTRA EL NEOLIBERALISMO 20/9/2016
Mi carta para el apenado hijo de Griñán:
Estimado Manuel, entiendo que estés conociendo un poquito y por primera vez lo que es pasarlo mal, es muy humano y ya le venía ocurriendo a mucha gente, ya entenderás que cuando nos comen los problemas se pasa mal y a veces te sobrepasan y se van agolpando en tu cabeza e instalandose en tu existencia. Para mí el problema no es como plantee o quiera vender la derecha el caso concreto de los Ere´s o la responsalidad más o menos directa de tú padre o de quien sea, el problema no es que los medios de masa, sí, anímate a llamarles medios de masa, aunque resulte incómodo para tus amistades, utilicen a su antojo cúlpa o responsabilidad según convenga o que el poder fáctico dilate o acelere un proceso judicial por interés (tendrías que ver lo que hacen con Lolo y Rafa por parar un desahucio).
Estimado Manuel, entiendo que estés conociendo un poquito y por primera vez lo que es pasarlo mal, es muy humano y ya le venía ocurriendo a mucha gente, ya entenderás que cuando nos comen los problemas se pasa mal y a veces te sobrepasan y se van agolpando en tu cabeza e instalandose en tu existencia. Para mí el problema no es como plantee o quiera vender la derecha el caso concreto de los Ere´s o la responsalidad más o menos directa de tú padre o de quien sea, el problema no es que los medios de masa, sí, anímate a llamarles medios de masa, aunque resulte incómodo para tus amistades, utilicen a su antojo cúlpa o responsabilidad según convenga o que el poder fáctico dilate o acelere un proceso judicial por interés (tendrías que ver lo que hacen con Lolo y Rafa por parar un desahucio).
No me apunto a ese linchamiento simplón ni a lapidaciones 
espontaneas, me apunto a los análisis políticos más de fondo, a lo que 
me apunto es a señalar que el PSOE de tú papá y el PP, con sus políticas
 comunes que votan juntitos, con sus torturas burocráticas y sus 
argumentarios rastreros están lapidando y linchando a miles de personas 
en mi barrio y en otros muchos como mi barrio, están ejecutando un 
genocidio desde que fueron PP y PSOE a firmar Maastricht, más allá del 
caso concreto de los Ere´s son las políticas neoliberales que PSOE y PP 
aprueban, esas que provocan un suicidio cada dos horas y que han roto 
España entre un puñado de ricos cada día más ricos y una mayoría cada 
día más precaria y empobrecida, cada día más desesperada, esas políticas
 legales, totalmente legales que destruyen familias y vidas por cientos 
de miles, blindaje de los paraísos físcales para hacerlos legales, para 
legalizar el robo grande y poner el foco en los chicos así, para 
mancharse las manos de sangre tumbando las ILP´s sociales... yo puedo 
comprender y comprendo esta carta y le pregúnto ¿nos comprendes o nos 
has comprendido tú alguna vez chaval?, ¿en la próxima carta pedirás que 
se suban impuestos a los muy ricos y les persigan? ¿que recauden para 
política social o que implanten la RBU con tan solo el 3´5 del PIB?, te 
esperamos para leerla, no tardes mucho y mientras escribes esa otra 
carta, en la que hables del sufrimiento de tod@s y no sólo del tuyo, ya 
tenemos reflexión para tod@s. 
Atte: Ernesto Rodríguez y sin acritud.
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Texto íntegro del escrito difundido por Manuel Griñán entre los amigos de su cuenta de Facebook:
‘Hasta ahora nunca había hablado sobre este tema. Hasta ahora creía más en el dicho aquel de que “la verdad acaba siempre por abrirse camino” o en ese otro de que “el tiempo pone a cada uno en su sitio”, más que en ese otro siniestro refrán que sentencia que “quien calla otorga”.Nunca me habréis oído hablar de política. La detesto desde aquel día de 1982 en que mi padre nos anunció a mi hermana y a mí que nos cambiábamos de casa y de ciudad, consecuentemente de colegio y forzosamente de amigos. Y todo eso porque iba a iniciar una nueva etapa de su vida. Entonces no sabía qué era eso de la política. Tampoco ahora sé nada, aunque al menos conozco bien el significado de la palabra. El literal y el prosaico. Mis dos hermanos, mi madre y yo hemos pagado un alto peaje por ser hijos de quien somos y, aunque nunca hemos ocultado quién es nuestro padre, es algo que tampoco hemos mencionado a no ser que nos preguntasen. No lo hacíamos, no porque fuese algo que nos avergonzase, todo lo contrario, sino porque, nos gustase o no, condicionaba la forma en que los demás se relacionaban con nosotros. Los prejuicios son algo consustancial al ser humano.
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ADEMÁS, en otro blog: Comunicado de la Federación Estudiantil Libertaria ante el boicot a Felipe González y Juan Luis Cebrián en la UAM
Atte: Ernesto Rodríguez y sin acritud.
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Texto íntegro del escrito difundido por Manuel Griñán entre los amigos de su cuenta de Facebook:
‘Hasta ahora nunca había hablado sobre este tema. Hasta ahora creía más en el dicho aquel de que “la verdad acaba siempre por abrirse camino” o en ese otro de que “el tiempo pone a cada uno en su sitio”, más que en ese otro siniestro refrán que sentencia que “quien calla otorga”.Nunca me habréis oído hablar de política. La detesto desde aquel día de 1982 en que mi padre nos anunció a mi hermana y a mí que nos cambiábamos de casa y de ciudad, consecuentemente de colegio y forzosamente de amigos. Y todo eso porque iba a iniciar una nueva etapa de su vida. Entonces no sabía qué era eso de la política. Tampoco ahora sé nada, aunque al menos conozco bien el significado de la palabra. El literal y el prosaico. Mis dos hermanos, mi madre y yo hemos pagado un alto peaje por ser hijos de quien somos y, aunque nunca hemos ocultado quién es nuestro padre, es algo que tampoco hemos mencionado a no ser que nos preguntasen. No lo hacíamos, no porque fuese algo que nos avergonzase, todo lo contrario, sino porque, nos gustase o no, condicionaba la forma en que los demás se relacionaban con nosotros. Los prejuicios son algo consustancial al ser humano.
Extravagancias de un hombre honesto
Tampoco rompo el silencio para hablar ahora de política. Lo hago para hablar de honestidad.
 Sé que ambos términos parecen una contradicción en sí mismos y no voy a
 poner en cuestión esa creencia generalizada porque yo mismo sigo 
detestando la política, aunque en esta ocasión no es porque me obligue a
 cambiar de colegio o de amigos, sino por algo mucho más serio.Cuando
 uno ve las cosas desde fuera, los discursos parecen siempre iguales. Si
 les quitas el dramatismo de quien carga con el sufrimiento resultan 
predecibles y generan desconfianza. De nada sirve que afirme que “no 
conozco a nadie más honesto que…”, porque la honestidad se tiene o no se
 tiene, no creo que existan grados. Eso sí, la vida te pone a prueba en 
mayor o menor medida dependiendo de tus circunstancias y 
responsabilidades. Y muy pocos podrán decir que han dado mayores pruebas de integridad que mi padre, aunque él nunca las cuente.Doy
 por descontado que si aquel verano de 1982 no hubiera tomado la peor 
decisión de su vida, ahora no solo no estaría pasando por el martirio 
actual, sino que económicamente habría vivido con mucha más holgura 
ejerciendo su puesto de funcionario del Estado por oposición. Incluso 
podría haber hecho la transición desde la política al sector privado, 
como han hecho otros muchos, y haberle así puesto un dígito más a sus 
ingresos anuales. Podría haber aprovechado cientos de fórmulas perfectamente legítimas para incrementar sus ingresos. No
 solo no lo hizo sino que en ocasiones también condicionó el ejercicio 
profesional de su mujer y sus hijos. Le he visto hacer extravagancias 
tales como fotografiar un décimo de lotería y enviarle un mensaje con la
 foto a su jefe de gabinete no fuera a ser que tocara. Nunca ha sido una
 persona materialista y es evidente y hasta reconfortante saber que lo 
suyo era vocacional, aunque eso me hiciera hervir la sangra cada vez que
 oía aquello de que “todos los políticos son unos mangantes”.
Un coche por década
Desde
 aquel verano de 1982 mis padres solo han tenido cinco coches, cuatro si
 tenemos en cuenta que el Seat 124 con el que nos mudamos de Madrid a 
Sevilla nos lo robaron en la puerta de nuestra casa al poco de llegar. 
Un coche por década. Al 124 le siguió un Ford Orion, a éste un Lancia 
Dedra y finalmente un Nissan Primera que lleva unos cuantos años 
dándoles servicio en compañía de un Fiat Punto para que mi hermano pequeño pueda desplazarse al trabajo que acaba de encontrar tras varios años en el paro.
 Cuando uno convive tanto tiempo con el mismo vehículo acaba por cogerle
 cariño, así que pensé que si mi padre nunca había tenido un Mercedes, 
un BMW o un Audi era por una cuestión sentimental.Solo bajo esa 
perspectiva de austeridad pude encontrarle razón a que mis padres no 
tuvieran una vivienda en propiedad hasta pasados los cuarenta años. Y 
que no hayan terminado de pagarla hasta casi su edad de jubilación. 
Pensaba que guardaban un fondo de maniobra para afrontar la vejez. No me
 di cuenta hasta hace algunos años cuando, en una de mis visitas a 
Sevilla, topé con el recibo de la nómina de mi padre, que por entonces 
era Presidente de la Junta de Andalucía. Desde aquel día he discutido 
mucho con él. Porque una cosa es dar ejemplo y otra muy distinta ser gilipollas.
 Es cierto que esos datos eran y son accesibles tanto en el BOE como en 
la web de la Junta (él los hizo públicos), pero si yo, que soy su hijo, 
no di crédito ante tan escasa retribución para tamaña responsabilidad, 
dudo mucho que nadie que no conviva con él vaya a creerlo, incluso en el
 caso poco probable de que se tomase la molestia de consultarlo. Como 
tampoco darían crédito a que en toda su vida haya sidohombre de una sola y magra cuenta bancaria en
 la época de los capitales en Suiza y en Panamá. Porque en casa de mis 
padres los únicos sobres que se abren son los de la correspondencia, que
 nunca ha traído nada bueno.Entonces comprendí que la austeridad 
constituía una realidad autoimpuesta por su sentido de la 
responsabilidad y de la honorabilidad. Sentí orgullo de mi padre, así 
como un gran alivio de que en política aún quedase gente con tanta 
integridad. Tenía argumentos para cuestionar y refutar la frase “los 
políticos son unos mangantes”.
La peor de las pesadillas
Hasta
 que la peor de las pesadillas vino a destrozar la vida de mi familia y 
nos sumió en el miedo y el insomnio. Al principio confié en los refranes
 que cité al inicio, esperando que en algún momento el tiempo aflorase 
la verdad. Mes a mes hemos sufrido las puñaladas de la ¿justicia?, de los medios y de la asquerosa política.No
 pretendo hablar de política. Cada cual es muy libre de pensar como 
quiera y de juzgar como le plazca. Con este desahogo solo pretendo 
contar cómo es mi padre y que, al menos, mis amigos lo sepáis, porque sé
 que él no lo va a hacer nunca debido a su orgullo que yo llamo 
estupidez.Quiero que sepáis todos que nadie podrá probar jamás que mi padre se ha apropiado de un solo céntimo de los EREs.
 Ni él, ni un solo conocido suyo. Que quienes metieron el cazo para 
hacer uso ilegítimo de ese dinero son una serie de sujetos de la 
Consejería de Empleo bien identificados sobre los que él no tenía 
responsabilidad jerárquica. Que toda su acusación se basa en no haber 
cambiado un procedimiento que él no creó, aun cuando esos sujetos 
también malversaran dinero público por los procedimientos estipulados. 
Que ese procedimiento fue aprobado en el Parlamento andaluz por todos 
los grupos y que, aunque la justicia lo considera ahora ilegal, el 
Interventor de la Junta, máxima autoridad en la fiscalización de los 
gastos y cuyos informes se utilizan ahora como prueba acusatoria, ha 
reiterado que no es ilegal sino inadecuado. Y que, además, ninguno de 
esos informes fueron de actuación, que es el mecanismo por el que se 
elevarían al Consejero para que éste tomara medidas.Todo esto es 
irrefutable y se basa en hechos y realidades, no en conjeturas como los 
autos acusatorios. Desde niño he oído que uno es inocente hasta que no 
se pruebe lo contrario pero la realidad es que durante todos estos 
largos años de instrucción ha sido mi padre quien ha tenido que probar 
su inocencia aportando infinidad de pruebas, hechos e informes que, uno 
tras otro, han sido ignorados por la justicia. La misma justicia que no 
ha dudado en incriminarle en base a suposiciones, como constatará 
cualquiera que se tome la molestia de leer los farragosos autos. La 
misma justicia que se conduce de manera diametralmente opuesta en otros 
casos conocidos, elevando nuestra desesperación y marchitando todas 
nuestras esperanzas. ¿Cómo es posible que él sea responsable y tuviera 
conocimiento del uso que hacían del dinero público funcionarios que no 
trabajaban en su Consejería, que lo consintiese aun sin beneficiarse de 
ello y, en cambio, el jefe directo de Bárcenas, que durante años estuvo 
recibiendo sobres con dinero, no supiera nada de los tejemanejes del 
tesorero y dirija ahora sus jaurías contra mi padre? Es la sinrazón. 
Personas que tienen patrimonios que multiplican el suyo lanzan su furia 
política contra él. La puta política.A estas alturas de 
desesperación por ver a mi padre en el mismo saco que otros cuyas 
fortunas exceden lo que él ganaría en cien vidas, solo me queda hacer 
esto. Algo que tendría que haber hecho hace ya mucho tiempo. Porque no 
es verdad que quien calla otorga. El que calla sufre’.....................................................
ADEMÁS, en otro blog: Comunicado de la Federación Estudiantil Libertaria ante el boicot a Felipe González y Juan Luis Cebrián en la UAM
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