El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, apunta a la raíz del problema: hay que parar la guerra de Ucrania y, una vez que las armas callen, buscar una solución política al conflicto que enfrenta a Kiev y Moscú.

"Sin un alto el fuego es imposible continuar", ha dicho Lula da Silva este miércoles ante el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien ha insistido en que Rusia es la agresora y Ucrania la agredida en este conflicto. La reunión ha evidenciado las diferencia insalvables entre la posición europea y la brasileña sobre la guerra de Ucrania.

El mandatario brasileño condena la invasión de Ucrania por Rusia, pero también rechaza la opción europea de dejar a Moscú fuera de la ecuación, sobre todo porque tanto Europa como Estados Unidos tienen su propia responsabilidad en la ignición del conflicto. Y esto no gusta en Europa. Tampoco en España.