La famosa marca de cristalería llevaba años cambiando de dueños y con constantes problemas económicos
Las vajillas de los mejores restaurantes del mundo salen de este pequeño taller del Poblenou
La emblemática marca Duralex, auténtico icono nacional en Francia y reconocible en España gracias a sus piezas transparentes de color rojo o verde, ha iniciado una nueva vida y se ha convertido en una forma de colaboración. Tras 20 años, problemas económicos y una suspensión de pagos en abril, la empresa de vajillas indestructibles fue salvada por sus 226 trabajadores. Desde 2021, la empresa pertenece a un grupo francés que también comercializa otro tipo de vidrio. Pero el modelo ha cambiado. Para evitar a la chica, ahora habrá empleados que trabajarán para las naderías de la marca, gracias a una cooperativa de producción (SCOP). La modalidad les permite poseer menos del 51% del capital y tener derecho a voto en las decisiones importantes.
El 26 de julio, el tribunal comercial de Orleans, ciudad cercana a su planta de producción, validó el proyecto presentado por la dirección y al que respondió el ayuntamiento de sus empleados. La empresa consideró que transformar la marca en cooperativa sería una propiedad sólida para el futuro de la empresa. Mucho más que otras ofertas presentadas por empresas industriales. El primero es el de los fabricantes de vidrio y propone retener a 183 de los 226 empleados de la empresa. Luego, con dos financieras, deberán quedarse con los 125. La SCOP, a cambio, se quedará con todos los puntos.
La decisión del tribunal puso fin a unos meses de incertidumbre y acabó con la vida de los trabajadores de la única fábrica que había en Francia, en La Chapelle-Saint-Mesmin, una localidad de 10.000 habitantes situada a 120 kilómetros de la citada París. Se trata de un «proyecto comercial y de marketing coherente y serio» que cuenta con «todas las garantías» y que parece capaz de mantener «la actividad de los empleados en condiciones viables», justifica la ley. El plan, reembolsado en más del 60% de la planta, cuenta también con el apoyo de los entes locales y regionales, lo que supone una garantía para el mantenimiento del empresario en la zona.
“¡Duralex se está escapando!”, celebró Roland Lescure, Ministro de Industria Destacada. en la red social. François Bonneau, el presidente de la región Centro-Val de Loira Donde está ubicada la fábrica, se ha hecho cargo de la victoria que involucra a la industria y a la patronal de la zona, y ha registrado el apoy
o de la región al proyecto, con un adelanto reembolsable de un millón de euros y ayudas para garantizar préstamos bancarios. . El alcalde de Orleans, Serge Grouard, también celebró la decisión del tribunal. El Ayuntamiento ofreció comprar el terreno de la cristalera por un importe estimado entre 5 y 8 millones de euros.
Un modelo de gestión alternativo
Duralex, con clientes en 110 países, ha enfrentado problemas financieros durante varias décadas. Hace una semana todo en Puntaba estaba roto. En 2022, la crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania afectó a la empresa, que se vio obligada a hibernar su calefacción durante cinco meses por el horror de los gastos. La decisión fue radical y pudo tenerse en cuenta por las reservas acumuladas en los almacenes, equivalentes a estos meses de producción.
La empresa, que en aquel momento pudo trabajar con sus empleados en ERTE, puede reiniciar sus actividades gracias a un préstamo del Estado francés de 15 millones de euros. Pero la ayuda no es suficiente. En 2023, la fabricación del Nuevo Duralex Internacional, en casa, costará 24,6 millones de euros. En 2022 ganaron 31 millones.
La empresa modelo de vidrio también estudió en el comercio hace dos años, en plena era de la covid-19 en 2020. En ese momento, Duralex, con 248 empleados, solicitó un proceso de administración judicial con miras a su venta. Finalmente fue absorbida por el grupo francés International Cookware -ahora La Maison française du verre-, también propietario de la marca de vajillas de vidrio Pyrex. Yo tampoco he estado en este mes de abril. Pero con una diferencia: la vidriería hecho en franciaHoy he sido adquirido por nuestros propios empleados.
«No queremos volver a vivir la misma situación durante un año», declaró en conversación telefónica Suliman El Moussaoui, delegado sindical de la Confederación Democrática del Trabajo de Francia (CFDT), el mayor sindicato de Francia, y alcalde de esta empresa. «Decidimos llegar a nuestro destino por nuestras propias manos y gestionar nuestro propio negocio», añade este trabajador de 43 años que alcanzó el puesto 17 en Duralex.
Es cierto que con el cambio de dueños también habrá un cambio de filosofía empresarial. “Los ex funcionarios están ganando dinero, no retrocediendo. Y, sobre todo, te beneficias de las ayudas estatales. No queremos ganar el dinero. Ahora con SCOP podemos tener un mejor control sobre las cuentas”.
El modelo es sencillo y conecta gracias a una gran movilidad colectiva. El régimen de la sociedad cooperativa estipula que cada persona jurídica representa un voto en las juntas generales, lo que significa el monto del capital adquirido. Los empleados de la SCOP son los socioalcaldes de la empresa y comparten de manera equitativa tanto los riesgos como las principales decisiones estratégicas. Esta modalidad organizativa no significa que no haya conflictos, si los empleados tienen voz.
“Es un retroceso de los empleados en la permanencia de sus herramientas de producción y de sus habilidades. Es un proyecto a gran escala, con un compromiso”, explicó Vincent Vicart, economista del CEPII, un centro francés de investigación en economía internacional, a la emisora France Culture.
En Francia, hay un total de 2.697 SCOP con 60.056 empleados, desde 2023 de la confederación general de estas cooperativas. Además, los estatutos preveían una presentación justa de los beneficios anuales de la empresa. Una parte se destina a todos los empleados en forma de participación en los beneficios o salario adicional. Otra cosa es para los empleados sociales en forma de dividendos.
El proyecto de la dirección y la mayor parte de la fábrica promete diversificar la oferta de productos, ampliar mercados y desarrollar alianzas. España – donde la familia Alcántara utilizó la vajilla en la serie Dime– este es su segundo mercado importante. Pero el nuevo ruido no fue aceptado por unanimidad y debió ser convocado por parte de los trabajadores y representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT), el segundo sindicato, que había sido presentado por otra oferta.
El objetivo, por ahora, es apoyar la producción y mantener viva la marca. Más de 100 trabajadores invirtieron 500 euros para los gastos más urgentes, según la CFDT. El tiempo libre y el desafío son inmensos. El director de la fábrica, François Marciano, animó a los franceses a volver a adquirir la emblemática botella, robusta e irreductible. La empresa, creada en 1945, revolucionó un sector que utilizaba principalmente la tierra y que actualmente adolece de numerosas dificultades. Ahora queda ver si la empresa, como debe insistir, es realmente irreductible.
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