martes, 21 de mayo de 2024

Viñeta. La maquinaria Por J. R. Mora

 La maquinaria

 

Por J. R. Mora



El ministro Puente no vino aquí para hacer amigos, de Isaac Rosa

 Isaac Rosa   2 de abril de 2024 


lunes, 20 de mayo de 2024

CTXT. El bloqueo de EEUU agrava la crisis alimentaria y energética de Cuba, Por Rodrigo Acuña (Truthout)

 Rodrigo Acuña (Truthout) 1/05/2024

Según Naciones Unidas, en 2018, las seis décadas de embargo financiero y comercial de Estados Unidos a Cuba habían costado a la economía de la isla 130.000 millones de dólares

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Un grupo de personas hace cola para usar un taxi en La Habana (Cuba). El precio del combustible ha subido un 400%. / RTVE



La isla de Cuba atraviesa su peor crisis económica desde la caída de la Unión Soviética en 1991. Hace unas semanas, el Gobierno de La Habana solicitó oficialmente al Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas leche en polvo para niños menores de 7 años. A mediados de marzo, como señaló CBS News, “pequeños grupos de manifestantes salieron a las calles en la ciudad oriental de Santiago” para criticar los “cortes de luz de hasta ocho horas”, así como la escasez de alimentos en todo el país. A finales de marzo, al puerto de Matanzas llegó un cargamento de emergencia con 715.000 barriles de crudo procedente de Rusia –el primer envío de petróleo de este país a Cuba en un año–, mientras que, recientemente, China ha accedido a entregar 70 toneladas de arroz, el primero de seis envíos por un total de 400 toneladas.

En Nueva York, en un acto de solidaridad, The People's Forum (una ONG local) ha iniciado una campaña llamada “Let Cuba Live: Bread for Our Neighbors” (‘Dejen a Cuba vivir: pan para nuestros vecinos’) con el objetivo de enviar “800 toneladas de harina de trigo a Cuba como ayuda humanitaria legal”.

Zuldaimis Biart, una contable de 35 años que vive en La Habana, declaró a Truthout que la crisis actual “está afectando directamente a las personas con ingresos bajos, a los trabajadores, a las madres con hijos y a los ancianos”. En su caso particular, su salario “no cubría las necesidades mínimas como alimentos, medicinas, higiene personal, ropa y calzado básico”.

Biart señaló que no todo el mundo tiene acceso a la moneda digital convertible conocida como MLC (moneda libre convertible) que se introdujo hace tres años, ya que no todo el mundo recibe remesas de familiares en el extranjero. Biart opina que la situación de la educación y del sistema de salud pública se está deteriorando porque “todas las instituciones del Estado están siendo víctimas de la emigración masiva y la falta de recursos”.

Asiel Álvarez, un habanero de 34 años trabajador de la construcción, comentó a Truthout que también está estresado debido a los recientes cambios del sistema monetario cubano y explicó que su “salario carece de valor para comprar ningún producto”. Según Álvarez, ahora los cortes de luz son constantes.

En un comentario publicado en el Boston Globe sobre su reciente viaje a Cuba, Micho Spring –estratega de comunicación de la empresa de marketing Weber Shandwick– señalaba que se ve mucha basura por La Habana, mientras que el transporte público ha disminuido considerablemente sus operaciones. “Fuera de La Habana”, escribió Spring, “me sorprendió lo delgada que está la gente”.

Hace tres años, cuando estallaron las protestas en ciudades de toda Cuba contra los continuos cortes de luz y el empeoramiento general de la situación económica del país, el presidente Miguel Díaz-Canel salió rápidamente a las calles de La Habana donde se originaron las manifestaciones. En unas acaloradas conversaciones con vecinos de la zona, que fueron grabadas por la televisión estatal cubana, Díaz-Canel expuso el punto de vista del gobierno acerca de la crisis. “¡Querida, hemos tenido que cortar la luz porque no tenemos suficiente combustible!”, le dijo a una anciana visiblemente angustiada. En una región donde los presidentes rara vez dan la cara durante una crisis, y mucho menos se reúnen con los manifestantes, la decisión de Díaz demostró valentía política. Hoy, sin embargo, la crisis continúa.

En Venezuela, la producción de petróleo está en su nivel más bajo en décadas debido a las duras sanciones económicas de Estados Unidos y a la incautación de la petrolera CITGO por parte de Washington. Cuba, que depende en gran medida de las importaciones de petróleo venezolano, lleva varios años afectada por esta situación, que la ha sumido en una crisis energética. A estos problemas hay que añadirle que la isla aún no se ha recuperado de la pandemia de la covid que la obligó a cerrar su industria turística (el sector más importante de su economía) y a aislarse del mundo exterior.

En enero de 2021, en un intento de estabilizar la economía, el Gobierno puso fin a más de 25 años de doble circulación monetaria y volvió a utilizar el peso cubano (CUP), que en aquel momento tenía un tipo de cambio de 24 pesos por dólar estadounidense. Para complicar aún más las cosas, con la abolición del peso cubano convertible (CUC), el gobierno introdujo una nueva moneda digital conocida como MLC. Con un aumento de la inflación del 70% solo a finales de 2021, la medida del gobierno resultó muy impopular entre los cubanos de a pie y, a principios de febrero de 2024, el ministro de Economía, Alejandro Gil, fue destituido. Ahora, según una declaración del gobierno cubano, el ministro está siendo investigado ya que “la dirección de nuestro Partido y gobierno nunca ha permitido, ni permitirá, la proliferación de la corrupción, la simulación y la insensibilidad”.

Sin embargo, el mayor culpable de las dificultades económicas de Cuba es el Gobierno de Estados Unidos, que lleva imponiendo un duro bloqueo económico a la isla desde hace más de 62 años. En abril de 1960, en un memorando del subsecretario de Estado adjunto para Asuntos Interamericanos Lester D. Mallory, el funcionario estadounidense señaló que la mayoría de los cubanos apoyaban al joven líder revolucionario Fidel Castro, cuyo Movimiento 26 de Julio había derrocado al brutal dictador Fulgencio Batista, apoyado por Washington, en enero de 1959. Basándose en su análisis, Mallory escribió:

“Deben emprenderse con prontitud todos los medios posibles para debilitar la vida económica de Cuba. Si se adopta dicha política, debe ser el resultado de una decisión positiva que exija una línea de actuación que, siendo lo más hábil y discreta posible, avance al máximo para negar dinero y suministros a Cuba, reducir los salarios monetarios y reales, provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del Gobierno”.

Durante la Guerra Fría, Cuba consiguió reducir el impacto del bloqueo económico estadounidense comerciando con países del bloque socialista. Como la Unión Soviética compraba azúcar, minerales de níquel, ron y tabaco cubanos a precios ventajosos, entre 1960 y 1985, según un experto, “el importe total de las subvenciones soviéticas al azúcar superó los 22.000 millones de dólares”. En 1992, un año después de que la caída de la Unión Soviética sumiera a la economía cubana en una grave crisis conocida como “período especial”, el cineasta estadounidense Jon Alpert le pidió a Fidel Castro que hablara sobre la economía. La respuesta de Castro fue sencilla: “Nuestro problema es el bloqueo y el fin del Bloque Socialista”, dijo, “el 85% de nuestro comercio era con los países socialistas”.

En 1996, con la introducción de la Ley de Democracia Cubana y la Ley Helms-Burton, la soga económica en torno a Cuba se tensó. Aprobadas por el Congreso y promulgadas por el presidente Bill Clinton, dichas leyes establecían que cualquier empresa no estadounidense que tratara con Cuba podía ser objeto de acciones legales. En un informe para la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, al comentar la Ley Helms-Burton, el político español Fernando González Laxe señaló que la “dimensión extraterritorial de la legislación se manifiesta en el hecho de que las empresas de terceros países pueden ser demandadas ante los tribunales estadounidenses, y a sus ejecutivos, junto con sus familias, se les prohíba entrar en Estados Unidos”. Para González Laxe, “las empresas y ciudadanos canadienses, europeos y latinoamericanos serían los más afectados”.

Cuando el presidente Barack Obama visitó Cuba en 2016 y suavizó el bloqueo, un comentarista señaló que “el régimen de sanciones más antiguo de la historia no se desmanteló por completo, pero el progreso fue inmenso, con beneficios percibidos casi de inmediato por los trabajadores cubanos”. El respiro para los cubanos, sin embargo, duraría poco.

(...) Peor aún, en 2021, el gobierno de Trump volvió a incluir a Cuba en la lista de Estados a los que Estados Unidos acusa de promover el terrorismo. Antoni Kapcia, profesor emérito de la Universidad de Nottingham, declaró a Truthout que aunque esta medida “no recibe el apoyo de la Unión Europea, Canadá o el Reino Unido”, ha “afectado a las operaciones europeas en Cuba, ya que los bancos y aseguradoras europeas se niegan a procesar pagos a entidades cubanas o a dar cobertura de seguro para estancias en Cuba”. Según Kapcia, la inclusión de Cuba en la lista de Estados que promueven el terrorismo “hizo aún más difícil de lo que ya era antes de 2017 para Cuba comprar y pagar las importaciones (en particular petróleo, medicamentos y productos alimenticios), lo que contribuyó sustancialmente al profundo empeoramiento de la situación económica”.

(...) Ahora que más de 400.000 cubanos han abandonado la isla entre 2022 y finales de 2023 y con Estados Unidos en pleno año electoral, Yaffe señala que Biden ha tomado algunas medidas para “reducir la inmigración cubana a Estados Unidos”; sin embargo, no ha eliminado las “causas que impulsan esa migración, es decir, la escasez y las penurias causadas en gran medida por el bloqueo estadounidense”. Según Naciones Unidas, en 2018, las seis décadas de embargo financiero y comercial de Estados Unidos a Cuba habían costado a la economía de la isla 130.000 millones de dólares.

La desesperación y la rabia de los ciudadanos cubanos con los que habló Truthout es palpable.

(...) Durante la Guerra Fría, Estados Unidos promovió campañas similares contra la revolución cubana. Tras la fallida invasión de Bahía de Cochinos en 1961, Washington ignoró los flagrantes actos de terrorismo cometidos por elementos de la comunidad de exiliados cubanos de la extrema derecha en Miami, Florida, hasta los atentados de 1997 contra hoteles en Cuba (los últimos actos de terrorismo contra la isla). En 1971, la CIA y un grupo anticastrista fueron acusados de haber introducido en la isla el virus de la peste porcina africana, lo que provocó el sacrificio forzoso de 500.000 cerdos para evitar una epidemia animal a gran escala (...)

CTXT. La colonización partidista de las instituciones. Por Ignacio Sánchez-Cuenca

 29/4/24   CTXT.

Prólogo del libro de Jesús López Medel ‘Calidad democrática. Partidos Voraces, Instituciones contaminadas (1978-2024)’


OTRA COSA:  Cuando mi amigo se quitó la vida: sobre el dolor, la culpa y el fracaso social tras el suicidio, de Pablo Garnelo E


CTXT. Sobre cerdos y monstruos, de Mario Campaña

 Mario Campaña 30/04/2024

Lo que está en juego es qué o a quiénes comprende la noción de humanidad y cómo y bajo qué condiciones esta es socialmente reconocida

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Eleanor Roosevelt sostiene una copia de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1949. / FDR Presidential Library & Museum



En uno de los apuntes de la Dialéctica de la Ilustración, titulado “Transformación de la idea en dominio”, Max Horkheimer y Theodor Adorno afirman que “de la historia más antigua y exótica brotan a veces tendencias de la [historia] más reciente y familiar, y adquieren con la distancia relieve particular”. A la historia antigua y exótica hay que acudir, en efecto, para situar un problema de orden teórico y moral que no deja de mostrar sus irresolubles “relieves”: el de los seres vivos y el estatus humano, dado que lo que sea un humano nunca se ha dirimido por la mera apariencia física. Es posible que este sea el meollo de un dilema velado, conectado con la igualdad y la dignidad. En el mismo apunte mencionado, los autores de la Dialéctica recuerdan que Gautama y la religión budista negaban la filiación a deformes, enfermos, delincuentes, “y a muchos otros”, y que en las entrevistas para decidir la admisión o no a la religión, se preguntaba a los aspirantes: “¿Eres un ser humano? ¿Eres un hombre? ¿Eres dueño de ti mismo?”. Horkheimer y Adorno recuerdan asimismo que Platón consideraba que los pueblos que no habían establecido sus fronteras nacionales vivían “en estado de cerdos”.

(...) Aunque de modo menos aparente, lo que se defendía antes aún se defiende ahora: la existencia de una diferencia entre quienes proponen la interrogación y aquellos que la inspiran. Sobre esa diferencia razonaron sofisticadamente las sociedades griegas antiguas y hallaron que esta no era ni circunstancial ni temporal sino la manifestación de una insuficiencia natural de ciertos pueblos. (Más tarde se habló de razas, pero con los mismos argumentos griegos). Siendo lo ausente en esos pueblos una parte esencial en la definición de humanidad, quienes la padecen no alcanzan la condición de lo  humano, o no la alcanzan en sentido pleno. Platón, en La República, encuentra que a los bárbaros o extranjeros les falta una parte del alma, la facultad de raciocinio, la que produce la razón y permite los razonamientos por los que los hombres verdaderos, los realmente humanos, se gobiernan a sí mismos. Por carecer de esa parte racional y por tanto del gobierno de la razón, los bárbaros, seres incompletos, se entregan a los impulsos y al ímpetu, a los sentidos y a los apetitos, a deseos perversos, y tienen desatada dentro de sí una “terrible bestia”. Las consecuencias de este principio son de gran envergadura y llevan a Platón a forjar su explicación acerca de cómo y por qué algunos pueblos viven “en estado de cerdos”.

Aristóteles, en La Política, amplía el pensamiento platónico: lo exclusivo del ser humano no es solo la facultad de raciocinio, sino algo más específico. “Lo  propio de los seres humanos frente a los demás animales –dice– es poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto. Lo específico del ser humano, pero no de las bestias, es vivir en una comunidad, en una ciudad, sujeto a la ley y la justicia, según la virtud, en suma. Sin esto, el hombre no es hombre sino “el animal más impío y más salvaje y el peor en su sexualidad y su voracidad”. 

Como se ve, Aristóteles casi lo deja dicho todo. Sin embargo, la más completa elaboración es obra de los estoicos. Puede expresarse así: todas las cosas están regidas por dos principios, la materia y la razón o logos, que actúa sobre ella; el universo es racional; el mundo es racional, animado e intelectual; dios es racional; los hombres son animales racionales a quienes “les ha sido dada la razón como principio más perfecto”. Zenón, fundador del estoicismo griego, escribió que la finalidad del hombre “es vivir conforme a la naturaleza”, lo que significa vivir según la virtud, o sea, no haciendo nada de lo que suele prohibir la ley común, que es “la recta razón a todos extendida”. El ser que es verdaderamente humano conforma sus actos con “la ley común”, que equivale a “la recta razón” que no es otra cosa que la ley positiva. El mundo verdaderamente humano existe solo en sociedades en que esté vigente “la recta razón”, la ley común, la ley positiva, es decir, donde los habitantes se atienen racionalmente a la organización política, sus instituciones y normas.

En conclusión: un humano en sentido cabal es aquel que disfruta de logos, lengua, racionalidad, capacidad para desarrollar una argumentación lógica, discriminar entre el bien y el mal y lo justo y lo injusto, con una conciencia autónoma e independiente; un ser cuya motivación para actuar es interna, no externa; un ser capaz de vivir en una polis civitas ateniéndose a sus normas y sus leyes. ¿Por qué? Porque únicamente el logos y la polis civitas, por su naturaleza, orden y exigencias, instituciones y leyes, crean una “sociedad civil” y permiten a los seres desarrollar su capacidad y su potencial: su humanidad.

(...) Con todo lo dicho, sin olvidar que “de la historia más antigua y exótica brotan a veces tendencias de la [historia] más reciente y familiar, y adquieren con la distancia relieve particular”, consideremos un caso todavía reciente de la vida pública española e intentemos interpretarlo en su posible significación. 

El 31 de diciembre de 2022, en el informe de fin de año, en el minuto 16, el presentador de la cadena 1 de Televisión Española, dijo: “En España, más de cuarenta mujeres han vuelto a morir a manos de monstruos”. Aparte de los reparos sintácticos que pueden hacerse a la construcción (nadie puede ‘volver a morir’, como dijo el presentador), lo preocupante es el uso del sustantivo, con valor de atributo, de “monstruos”, en un contexto oficial y un momento estelar, para referirse a seres humanos. Es una palabra que se oye y se lee a menudo, con connotaciones generalmente negativas, sentido que recoge la Academia de la lengua. En castellano no es este un uso excepcional. El País, por ejemplo, tituló su editorial de 27 de agosto de 2023 La desaparición de un monstruo, designando al entonces recién fallecido Yevgueni Prigozhin.

Lo importante es que usando el sustantivo monstruo para calificar a seres humanos la cadena incurría en lo que los historiadores han llamado “bestialización” o “animalización” de las personas.

La revocatoria de la humanidad a las personas que cometen un delito o incluso una simple infracción es un recurso típico de las sociedades esclavistas y racistas del pasado. Los asesinos de esas cuarenta mujeres seguramente eran tenidos por miembros de la comunidad humana y de la sociedad española hasta antes de la comisión de sus delitos, después de los cuales ese estatus les fue derogado: pasaron a ser monstruos. Las palabras nos delatan, tituló la Universidad de Castellón un evento reciente, en el que tuve el honor de participar, sobre esclavitud y racismo. El presupuesto de TVE era afín al pensamiento esclavista y racista griego: afirmaba tácitamente que en España el reconocimiento de la humanidad de alguien está condicionado y puede ser revocado por la comisión de un delito como el asesinato de una mujer. Seguramente el apelativo puede ser matizado, pero, si es cierto que las palabras nos delatan, hay que tomar en serio estas manifestaciones, que no son, ni mucho menos, extrañas, como demuestra el hecho de que esa retórica forme parte, como hemos dicho recién, del modo de expresión del periódico de mayor circulación en el país.

Lo que está en juego ahora es qué o a quiénes comprende la noción de humanidad y cómo y bajo qué condiciones esta es socialmente reconocida. La respuesta que demos a estas preguntas es lo que queda delatado cuando hablamos. ¿Lo que hace a un ser vivo un humano es su raciocinio; su capacidad para discriminar entre el bien y el mal, lo justo o lo injusto; su racionalidad y su aptitud para vivir conforme a leyes y virtudes; su potencial para adaptarse y constituirse como ser social conforme a las dinámicas de una polis y una civilización, como se ha afirmado a lo largo de la historia, hasta el mismo siglo XX? ¿Un ser es humano acaso desde que se muestra capaz de unirse en comunión con un Dios, como afirman las religiones?

Todos estos supuestos llevarían a una misma e implacable conclusión: la humanidad no es universal, ni es una unidad, ni es irrevocable. ¿Qué es lo que delata el habla, sobre lo que advertía el evento de la Universidad de Castellón, en casos como el que nos ocupa? No cabe duda de que estamos ante un problema. Probablemente este consista en que, en el fondo, rechazamos la igualdad. Me refiero a la igualdad moral de todos. Suscribimos el sentido burgués de igualdad, que se limita a la aplicación de un mismo régimen legal a todos los miembros reconocidos de un Estado. Eso lo aceptamos. Pero la igualdad moral es algo más radical. Implica que cualquiera que sea la condición de ese miembro del cuerpo social, sea razonable o delirante, santo o pecador, criminal o virtuoso, verdugo o víctima tiene el mismo valor moral, o sea la misma dignidad, en tanto componente de la comunidad humana, que todos los demás.

El problema aún es arduo. Quizá en cierto momento podamos llegar a aceptar que todos somos miembros de una misma especie, la humana, pero incluso entonces no aceptaríamos que los “monstruos”, los viciosos, los inmorales, sean iguales a nosotros o nosotros iguales a ellos, hagamos lo que hagamos: que no haya gente moralmente superior o moralmente inferior. Diga lo que diga, el metropolitano se siente íntimamente superior al periférico, porque ha sido constituido o modelado por una polis, una sociedad políticamente avanzada. Diga lo que diga, el ciudadano que se atiene a las leyes se ve a sí mismo más valioso que quien las infringe reiteradamente. Por las motivaciones que sean, para nosotros una mujer asesinada es una víctima y el asesino un “monstruo”. Parece como si el reconocimiento de la unidad de la humanidad y de su naturaleza irreversible supusiera infravalorar el delito, la civilidad o la virtud, y ante eso hubiera necesidad de afirmar la diferencia: que los humanos no tenemos todos la misma dignidad, que la del virtuoso, etcétera, es superior.

Pero tras la Segunda Guerra Mundial y su grado de abyección antes jamás alcanzado, la humanidad vivió el que acaso sea el momento más luminoso de su historia moral, que sobrepasó todas las disquisiciones del pasado acerca de lo que es o no es un ser humano. Entonces se declaró que la cualidad humana proviene del hecho biológico del nacimiento, y es universal, incondicional, indivisible, inalienable e irrevocable. Se llama Declaración Universal de Derechos Humanos. Es una ley internacional, aprobada el 10 de diciembre de 1948, y en su concepción y defensa jugó un rol decisivo una mujer: Eleanor Roosevelt. 

No hemos terminado de asimilar esta definición y no la asumimos. Cuando lo hagamos y reconozcamos la dignidad universal, incondicional e irreversible de todos los seres vivos, la humanidad, superada su falsa conciencia, que ha limitado perversamente su forma de existencia, abrirá un nuevo y más prometedor capítulo de su historia.

domingo, 19 de mayo de 2024

Más allá de Federico: la Justicia investiga los crímenes del franquismo en el barranco donde fusilaron a Lorca, de Álvaro López

 Álvaro López   26 de abril de 2024

A Concepción Pertíñez, Concha para sus amigos, le raparon la cabeza y se la rociaron con aceite de ricino. “Con dignidad y la cabeza alta”, recuerdan hoy sus familiares, fue escoltada por la Calle Real de Santa Fe camino del barranco de Víznar (Granada), en el que sería el último trayecto de su vida. Apenas atesoraba unos 35 años y un hijo de diez que, tras ver a su madre, fue corriendo a buscar al cura del pueblo para reclamar clemencia.

Sus lamentos no surtieron efecto y Concha fue asesinada con un disparo de gracia al borde de una zanja. Era agosto de 1936 y tan sólo había transcurrido un mes desde el golpe de Estado fascista contra la II República. Hoy, casi 90 años después, la Fiscalía Provincial de Granada investiga su asesinato y el de varias decenas de personas como posibles crímenes de lesa humanidad. Sobre el barranco de Víznar han sobrevolado muchas historias -incluido el asesinato de Federico García Lorca-, pero es la primera vez que la Justicia rastrea en las fosas comunes para investigar los crímenes de lesa humanidad que el franquismo dejó allí enterrados.

El judicial es el resultado de cuatro campañas de exhumaciones en Víznar, lideradas por el arqueólogo de la Universidad de Granada (UGR), Francisco Carrión Méndez. Comenzaron en 2021 y se han alargado hasta este año, con la más que segura ampliación hasta 2025. Hasta la fecha, se han recuperado más de 120 cuerpos de un paraje conocido no sólo por las atrocidades del bando fascista, sino porque una de ellas fue la del asesinato de fusilamiento de Lorca, en el mismo mes en el que Concha Pertíñez, una socialista abnegada y luchadora por la libertad de las mujeres, fue asesinada en el mismo lugar.

Hace casi dos meses, el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, visitó el lugar y se comprometió a seguir “excavando hasta la última fosa del barranco de Víznar para restituir la dignidad de aquellos que fueron asesinados por defender la libertad”. No en vano, desde el Ejecutivo se han invertido 190.000 euros que se ampliarán, según confirma el Gobierno, hasta que se rescaten “todos los restos”. Un trabajo que completa la labor sobre el terreno y la investigación que la Fiscalía de Granada ha puesto en marcha.

Este procedimiento judicial se inició el pasado verano con la llegada de Dolores Delgado a la Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria democrática. Desde la institución se solicitaron informes sobre las exhumaciones llevadas a cabo en las tres primeras campañas para determinar si había evidencias de muertes violentas. Al constatarse, mediante documentos remitidos por los propios investigadores, el Ministerio Fiscal ha iniciado la investigación por los posibles delitos contra la humanidad que pudo haber cometido el franquismo en el barranco de Víznar.

Hasta ahora, se han exhumado 17 fosas, en la última se ha encontrado que todos los cuerpos fueron arrojados a la tierra maniatados y con un disparo de gracia. Aunque en esta campaña lo que más ha llamado la atención ha sido el hallazgo de un niño de entre 11 y 14 años. “Encontrarlo fue muy duro para el equipo”, reconoce Carrión Méndez. Se calcula que, en total, habrá alrededor de 200 víctimas en todo el barranco, por lo que queda trabajo por hacer, aunque se confía que se hayan exhumado cerca de 150 al finalizar la campaña de este año, que empezó en enero y se prolongará hasta junio. Una labor titánica.

Un trabajo minucioso

Al respecto, familias como la de Concha no tienen duda. Su sobrina nieta, Encarna Pertíñez, pide que no se olvide lo sucedido “porque no se puede volver a repetir”. Su padre y nieto directo de Concha, que aún vive, está a punto de cumplir 97 y ha sido la pieza fundamental para recabar los datos que permiten saber que Concha fue fusilada en este paraje. “Tenía apenas 9 años cuando pasó, pero se acuerda mucho mejor de lo que debería y se prestó sin dudarlo para dar muestras de ADN”. Aunque por su edad ha perdido cierta esperanza de que se llegue a localizar a su tía abuela antes de que él fallezca, la familia confía en que el trabajo científico dé sus frutos. “El equipo que está trabajando es maravilloso”.

No obstante, la identificación de los restos es un proceso complejo, “que no es como una serie de CSI”, apunta Francisco Carrión Méndez. “Hay que cotejar muy bien los datos. No podemos hacer entrega con un 50 o un 60% de probabilidad porque tenemos que llegar mínimo a un 95%”. Los investigadores son conscientes de la ansiedad de los allegados y de que algunos familiares ya han desaparecido, pero ante todo prima a pulcritud de los trabajos.

Unos trabajos en los que también juega una pieza fundamental Francisco Carrión Jiménez, sociólogo e hijo del arqueólogo que lidera las exhumaciones. Él hace de puente entre los científicos y las familias para acotar la información y afinar la búsqueda de las víctimas. Una labor que también incluye la divulgación: “Estoy realizando una serie de entrevistas, tanto a familiares como a docentes y visitantes para que me hablen un poco de su perspectiva de cómo se produce la inclusión de la memoria histórica de estos episodios en las aulas, cómo está siendo su experiencia, también qué impresiones tienen sobre la acogida del alumnado, qué tipo de preconstrucciones o prenociones tienen ellos”.

La sombra de Federico (...)


CTXT. Abogados blasfemos, golpismo del PP y ‘lawfare’, de Jesús López-Medel

 29/4/24   CTXT

Los populares han tomado una pendiente sin frenos para expulsar como sea al gobierno legítimo constitucional

Por Jesús López-Medel