Un blog que nace ante el intento por parte de algunos medios de desprestigiar el movimiento 15M ubicándolo en el marco anarcoperroflauta exclusivamente, ignorando a los miles de ciudadanos que toman las calles pidiendo libertad y justicia
lunes, 8 de enero de 2018
Brasil. Tras una década de auge, millones vuelven a la pobreza
Cuando Leticia Miranda tenía trabajo vendiendo diarios en la calle, ganaba unos 160 dólares mensuales, lo justo para pagar el pequeño apartamento que compartía con su hijo de ocho años en un vecindario pobre de Río de Janeiro.
Tras perder su empleo hace unos seis meses, en medio de la peor crisis económica en Brasil en décadas, Miranda no tuvo otra opción que mudarse a un edificio abandonado
donde ya vivían cientos de personas. Todas sus pertenencias (una cama,
una heladera, una estufa y algunas prendas) están hacinadas en una
habitación pequeña, como las de todos los demás habitantes de este
edificio con ventanas sin vidrios. Los residentes se bañan en grandes tachos de basura llenos de agua y hacen lo posible para convivir con el hedor de las montañas de basura y con los cerdos que hurgan en el centro del inmueble.
Miranda, 28 años. Vivía con lo justo vendiendo diarios en la calle. Ya ni eso tiene. AP
"Quiero
irme de aquí, pero no tengo a dónde ir", dijo Miranda, de 28 años,
vestida con la parte de arriba de un bikini, pantalones cortos y
sandalias para lidiar con el calor. "Estoy solicitando empleos e hice
dos entrevistas. Pero por el momento, nada".
Entre 2004 y 2014, decenas de millones de brasileños salieron de la pobreza y el país era considerado un ejemplo para el mundo.
Los altos precios de las materias primas de la nación y los recién
desarrollados recursos petroleros ayudaron a financiar los programas
sociales que llevaron dinero a los bolsillos de los más pobres.
Pero
esta tendencia se ha revertido en los dos últimos años por la recesión
más dura en la historia de Brasil y los recortes en los programas de
subsidios, lo que sugiere que el país se habría perdido en la senda de
la eliminación de las desigualdades que se remontan a la época colonial.
Un edificio abandonado cercano a la favela Mangueira en Río de Janeiro. Allí viven como pueden estos chicos. AP
"Muchas personas que habían salido de la pobreza, e incluso aquellas que habían entrado en la clase media, han retrocedido", dijo Monica de Bolle, del Peterson Institute for International Economics, con sede en Washington.
El
Banco Mundial estima que alrededor de 28,6 millones de brasileños
salieron de la pobreza entre 2004 y 2014. Pero la entidad estima también
que en todo 2016 entre 2,5 y 3,6 millones de personas cayeron por debajo del umbral de la pobreza, fijado en 140 reales brasileños al mes, unos 44 dólares según el cambio actual. Mirá también
Estas
cifras están posiblemente por debajo de la realidad, señaló De Bolle, y
no reflejan el hecho de muchos brasileños de clase media baja que
ascendieron durante los años prósperos han perdido nivel adquisitivo y
están de nuevo cerca de la pobreza.
La pobreza en Brasil crece a pasos agigantados. AP
Según
los economistas, la elevada cifra de desempleo y los recortes en
programas sociales clave podrían exacerbar los problemas. En julio, el
último mes con datos disponibles, la desocupación se acercaba el 13%, un notable incremento en comparación con el 4% de finales de 2004.
Las
filas de desempleados que se extienden varias manzanas se han
convertido en un elemento habitual en los lugares donde se anuncian
empleos. Cuando una universidad en Río ofreció empleos de baja
cualificación con un salario mensual de 400 dólares, miles de personas
se presentaron en el centro, incluyendo muchos que esperaron bajo la lluvia desde un día antes de que comenzase el proceso.
Mientras,
las presiones presupuestarias y las políticas conservadoras del
presidente Michel Temer se están traduciendo en recortes en los
servicios sociales. Entre los programas afectados está el Bolsa Familia,
que da pequeñas ayudas mensuales a personas con bajos ingresos que
cumplen determinadas condiciones. A esta iniciativa se le atribuye gran
parte de la reducción de la pobreza durante la década de explosión
económica.
Así se bañan. En tachos de basura en desuso. Son pobres pero no renuncian a su dignidad. AP
Los ingresos no laborales, incluyendo programas sociales como Bolsa Familia, representaron casi el 60% de la reducción en el número de personas que vivían en la pobreza extrema
durante la década del auge, apuntó Emmanuel Skoufias, economista del
Banco Mundial y uno de los autores del informe sobre los "nuevos pobres"
de Brasil.
Ahora, en un momento en que la pérdida de empleos lleva a más personas a este programa, pocos reciben cobertura. Mirá también
"Cada día es una lucha por sobrevivir", reconoció Simone Batista, de 40 años, con las lágrimas recorriéndole el rostro
al recordar que fue expulsada del Bolsa Familia tras el nacimiento de
su hijo, que ahora tiene un año. Quiere recurrir la decisión, pero no
tiene dinero suficiente para tomar los autocares para ir a la oficina
administrativa en el centro de la ciudad. Batista vive en Jardim
Gramacho, una favela en el norte de Río donde ella y cientos de personas más buscan comida entre la basura que se deposita ilegalmente en la zona.
Una revisión de los datos de Bolsa Familia realizada por The Associated Press halló que la cobertura bajó 4 puntos porcentuales
entre mayo de 2016, cuando Temer asumió la presidencia interina del
país, y mayo de este año. Parte de este descenso podría deberse a la
persecución de presuntos fraudes que comenzó a finales del año pasado.
El gobierno federal anunció que encontró "irregularidades" en los
registros de 1,1 millón de beneficiarios, o alrededor de un 8% de los 14
millones de usuarios. Las infracciones iban desde fraude a familias que
ganaban más de 150 dólares al mes, la cifra tope para poder recibir las
ayudas.
Luciana Bastos y sus hijos. Hacinados en un pequeño cuarto del edificio abandonado. AP
"El
gobierno no debería perder el foco en la prioridad" de sacar a la gente
de la pobreza, apuntó Skoufias, añadiendo que Bolsa Familia
representaba solo un 0,5% del Producto Interno Bruto del país y que el
gobierno debería estudiar destinar más recursos, y no menos, a la
iniciativa.
Sin embargo, cualquier discusión sobre el incremento
del gasto podría quedar varada en el Congreso, que a principios de año
aprobó un techo de gasto y donde Temer presiona para hacer grandes
recortes en el sistema de pensiones. La situación fiscal es todavía peor
en muchos estados como Río.
A un año de celebrar los Juegos Olímpicos de 2016, la quiebra del gobierno estatal es tal que miles de funcionarios públicos no reciben su salario, o cobran a plazos.
Muchos elementos del presupuesto, desde la recolección de basura a un
programa de vigilancia comunitaria, han sufrido drásticas reducciones.
Para muchos de los que viven en los cientos de favelas de Río, su ya dura existencia es cada vez más precaria.
La entrada al edificio. Basura y soledad. AP
Maria
de Pena Souza, de 59 años, vive con su hijo de 24 años en una pequeña
vivienda con el tejado de zinc en la favela Lins, en el oeste de Río.
Quieren mudarse porque su vivienda está en una ladera escarpada propensa
a fatales deslaves. Pero su hijo no logra encontrar trabajo desde que
terminó el servicio militar hace unos años.
"Me iría si hubiese un modo, pero no lo hay", dijo Pena Souza. "Cuando llueve, no puedo dormir".
Los problemas económicos están avivando claramente el regreso a la política del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva,
que dirigió la nación durante gran parte de la bonanza económica, entre
2003 y 2010. Tras abandonar el cargo con un índice de aprobación de más
del 80%, su popularidad cayó en picado después de que tanto él como su
partido se viesen implicados en investigaciones por corrupción. Da Silva
está apelando una condena y una sentencia de casi 10 años por
corrupción. Sin embargo, lidera de forma constante las encuestas de favoritos para las presidenciales de 2018.
La noche llega al edificio abandonado donde viven cientos. Desolación y tristeza. AP
En
la precampaña electoral, Da Silva promete tanto regresar a los buenos
tiempos económicos como volver a centrarse en los pobres.
"Lula no
es solo Lula", dijo Da Silva en un mitin reciente en Río, empleando el
nombre por el que lo conocen popularmente en el país. "Es una idea
representada por millones de hombres y mujeres. Prepárense porque la clase trabajadora volverá a gobernar este país".
Agencia AP.
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