Soledad Gallego-Díaz 24/12/2024
En sus primeros momentos de vida, CTXT daba la sensación de ser quebradizo y un poco loco, pero en realidad siempre fue un medio serio, con mucho oficio detrás
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Esta pieza forma parte del libro CTXT, una utopía en marcha, en el que sesenta y siete firmas hablan sobre los primeros diez años de funcionamiento de la revista y su contexto político. Se puede comprar aquí.
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Organizar una revista de prensa internacional parece una cosa algo aburrida. Pero no lo es. Es fantástico, sobre todo en una época en la que todavía era posible enlazar los textos enteros de los artículos. Yo lo hice durante un tiempo en CTXT y me lo pasé en grande. Descubrí articulistas maravillosos de medio mundo, analistas independientes, periodistas irónicos y burlones, pensadores sesudos y medios tan locos y atractivos como el CTXT que acababa de nacer.
No hay propuesta más sugestiva para un periodista que la de ayudar a poner en marcha un medio de comunicación completamente nuevo. En este caso, además, un medio que arrancaba un pequeñísimo equipo de amigos, y en el que era posible que te dejaran hacer de todo y discutir de todo. La propuesta que me lanzó Miguel Mora no podía ser más atractiva: podía escribir de todo, desde borradores de editoriales a la revista de prensa, siempre que no elogiara al Real Madrid, lo cual no es un problema para mí, porque soy del Atleti. Mejor aún: en 2015 (hace casi diez años) nos lanzamos a reivindicar el fútbol femenino y a su primera heroína, Lily Parr, una adolescente inglesa de catorce años que reunió a más de cincuenta mil espectadores el 26 de febrero de 1920 en un estadio de un barrio obrero cercano a Liverpool. Justo días después, la Football Association de Inglaterra dejó de reconocer el fútbol femenino, prohibió que se jugara en campos o estadios oficiales y desaconsejó vivamente su práctica. La prohibición duró hasta 1971.
CTXT reunió rápidamente a un grupo de amigos dispuestos a trabajar mucho y a pasarlo bien: el único requisito verdadero era estar dotado de sentido de humor, un pelín de locura y un mucho de profesionalidad. El medio era nuevo, pero quienes ayudamos a arrancarlo no lo éramos, ni mucho menos. Así que CTXT nació como algo aparentemente quebradizo y un poco loco, pero en realidad como un medio bastante serio, con mucho oficio detrás de su aparente fragilidad.
Diez años es mucho tiempo, por lo menos en la vida de una persona, así que en esos diez años, muchos hemos entrado y salido de CTXT. Y la revista sigue ahí, en pie y peleando, con unos textos a veces fantásticos y a veces irritantes, pero siempre aportando unas voces únicas, capaces de desentrañar la actualidad (nadie, nunca, ha explicado tan bien Catalunya como Guillem Martínez) y con un equipo de dirección (Miguel, Mónica, Vanesa) dispuesto a dejarse la salud en la tarea más seria y difícil: incorporar a esa actualidad los asuntos que merezcan realmente la pena porque afectan a la vida de sus lectores, aunque ellos no lo sepan o incluso no quieran saberlo.
¡Feliz aniversario!
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Soledad Gallego-Díaz formó parte del consejo editorial de la revista y escribió en CTXT desde enero de 2015 hasta junio de 2018, cuando fue nombrada directora de El País.
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OTRA COSA: Paseo semanal por CTXT, por Diego Delgado: Navidad genocida
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