lunes, 20 de enero de 2025

María Álvarez: El regreso del analfabetismo

 31 de diciembre de 2024   María Álvarez


En el año 1975 los españoles iban al colegio, de media, unos 9 años. Solo uno de cada tres terminaba la enseñanza primaria.
Debía ser bastante evidente para los gobiernos de entonces que un país donde la mayoría de la población era analfabeta funcion
al y no podía realizar operaciones matemáticas más allá de las más básicas, no iba a poder incorporarse a la modernidad que
llegaba de Europa sin ayuda.

Por eso el ltimo cuarto del siglo XX en Espa a se puede entender como un colosal ejercicio de alfabetizaci n que incluy las bibliotecas, las instituciones culturales, los medios de comunicaci n -p blicos y privados-, los museos, las exposiciones universales y la creaci n de una red entera de oficinas y despachos que hac an de traductor entre los ciudadanos y los tr mites administrativos que requer a una sociedad moderna. Desde las gestor as hasta las oficinas de la administraci n se pusieron en marcha iniciativas de todos los colores para que la gente no solo entendiera el futuro que estaba llegando, sino que se sintiera invitada y protagonista de ese nuevo tiempo. Para que el futuro fuera para todos. Hoy la realidad est cambiando, yo dir a que mucho m s deprisa que en aquel momento y, sin embargo, nadie parece preocuparse porque la mayor a de las personas se sientan invitadas al mundo que est por venir. No hemos creado nuevas instituciones donde la gente pueda acudir a aprender. M s bien al contrario: las instituciones culturales siguen ense ando lo mismo que ense aban en 1980. Hoy es infinitamente m s f cil acceder al ballet o a la zarzuela con el apoyo del Estado que a la inteligencia artificial o al an lisis de datos. Si uno quiere hacerse experto en un compositor checoslovaco del siglo XVIII va a encontrar muchos m s recursos a su alcance que si quiere aprender ciberseguridad, aunque sea la m s b sica. De manera que muchos conocimientos que son imprescindibles para vivir en el siglo XXI, como la seguridad digital, o los idiomas, o las destrezas para la comunicaci n online, no est n al alcance de todo el mundo. De manera que estamos siendo testigos del regreso del analfabetismo. Caminamos como zombies hacia un mundo donde unas pocas personas sabr n todo lo necesario para conducirse en la sociedad, pero la mayor a vivir con la misma sensaci n de no entender nada que deb a tener mi abuela cuando lleg a Madrid desde un pueblo paup rrimo con 18 a os. Como si el mundo fuera un ente incomprensible e inaprensible. Como consecuencia, cada vez m s gente tendr la percepci n -y estar en lo cierto- de que est sola frente a lo desconocido, de que el mundo cambia, pero ellos no est n invitados. De que se est n quedando atr s. Y seguro que ser a una responsabilidad del Estado poner las condiciones para que esto no estuviera ocurriendo pero, en el pasado, ha sido la sociedad civil quien primero ha tomado las riendas de la alfabetizaci n. Ocurri a principios del siglo XX con la Instituci n Libre de Ense anza y las Misiones Pedag gicas, con los ateneos y con La Barraca. Ocurri tambi n en los a os 80 con la cultura y, en gran medida, con los editores de la televisi n p blica y de los primeros medios de comunicaci n democr ticos, que se echaron al hombro la tarea de explicar el mundo a sus audiencias. No hay m s que pensar sobre la cantidad de contenidos educativos que hab a en la televisi n en los a os 80 para darse cuenta del tama o del esfuerzo que se hizo aquellos a os. Ocurri , por supuesto, con una generaci n de profesores y profesoras que hicieron de la alfabetizaci n de una sociedad entera su proyecto de vida. Y que seguramente tuvieron que hacer un esfuerzo permanente ellos mismos por aprender cosas nuevas cada d a para ense ar a los dem s. Podr amos replicar ese mismo esfuerzo en 2025? Podemos hacer el ejercicio de corresponsabilidad desde las empresas, desde los colegios, desde las asociaciones y desde los medios de comunicaci n? Hay buenos ejemplos para inspirarnos, como la iniciativa que ha puesto en marcha el gobierno de Finlandia, que hace algunos a os lanz este curso abierto a toda la poblaci n para aprender los b sicos de la inteligencia artificial (que, por cierto, es un curso accesible a cualquier persona y se puede cursar en castellano). O las plataformas de aprendizaje gratuito Futurelearn y edX, que recopilan cursos de las principales universidades del mundo (estos la mayor a en ingl s). Pero que los recursos para aprender existan en Internet, por si mismo, no solucionar este problema. La soluci n vendr si las comunidades -como puede ser un grupo de trabajadores, un AFA o la comunidad de socios de un diario o, incluso, los trabajadores que se est n jubilando estos a os con mucha energ a en el cuerpo para hacer cosas nuevas- se comprometen con esa alfabetizaci n y la aterrizan en una experiencia de aprendizaje colectiva. Y es que seguramente nadie hubiera aprendido sobre teatro, ni sobre danza, ni sobre m sica cl sica, si no hubiera habido una experiencia comunitaria y de pa s en torno a todos esos aprendizajes. El desarrollo de la democracia en Espa a fue indivisible de aquel proceso de alfabetizaci n. Alfabetizar, dar a todas las personas un nivel de conocimiento suficiente para estar en sociedad, es el m nimo com n de la convivencia y, al contrario, ninguna democracia puede sobrevivir sin que la mayor a sienta que tiene acceso y est invitada a participar en el mundo que est por venir.
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