Creemos que a la medianoche de cada 31 de diciembre el espacio tiempo dobla su bisagra y seremos mejores como íbamos a serlo cuando el Covid-19 –cinco años ya-- nos encerró en casa con nuestras huellas de Carbono y aplausos a los sanitarios que, ahora, impasible el ademán, seguimos privatizando o precarizando: la nueva inquisición del neoliberalismo vuelve a condenar a nuestros brujos a la hoguera. Empezarán con los ATS y terminarán con los veganos, los veo venir.