La Cultura de la Transición y el 15-M- entrevista a Amador Fernández Savater
Leer íntegra en:
http://blogs.publico.es/fueradelugar/879/la-cultura-de-la-transicion-y-el-15-m
http://blogs.publico.es/fueradelugar/879/la-cultura-de-la-transicion-y-el-15-m
Esta es la entrevista (foto incluida) que me hizo Verónica Gago para el periódico argentino Página 12 y que se publicó el lunes 29 de agosto con el título “Después de la puerta del Sol”. Las respuestas son de mediados de julio, es decir previas a las marchas indignadas, a la (no) batalla de Sol, a la visita del Papa, etc.
¿Cuál es la novedad del 15-M para la cultura política española del último tiempo?
El periodista Guillem Martínez acuñó el término de Cultura de la Transición (CT) para nombrar la cultura -en sentido fuerte: maneras de ver, de hacer y de pensar- que ha sido hegemónica en España durante los últimos treinta años, la que nace con la derrota de los movimientos radicales de los 70 (movimiento obrero autónomo, contracultura, etc.).
La CT es una cultura esencialmente consensual, pero no en el sentido de que llegue a acuerdos mediante el diálogo de los desacuerdos, sino de que impone ya de entrada los límites de lo posible: la democracia-mercado es el único marco admisible de convivencia y organización de lo común, punto y final. La CT se dedica entonces desde hace treinta años a poner ese punto y final (una y otra vez): “eso no se discute”, “no sé de qué me hablas”, “el pasado ha pasado”, “no hay alternativa”, “o yo o el caos”, etc.
/.../
Los acampados de Sol siempre supieron muy bien que su fuerza estaba fuera de Sol. Mejor dicho: la fuerza estaba en el vínculo vivo con lo que un amigo llama “la parte quieta del movimiento”, es decir, la población tocada y afectada por Sol aunque no participase directamente en la acampada. Sol nunca buscó la separación y por eso suscitó tantos flujos de solidaridad dentro/fuera (tan sólo el tercer día tuvo que hacerse un llamamiento para que los vecinos de Madrid dejasen de llevar comida que ya no se sabía dónde almacenar). Nunca se planteó como un afuera utópico ni como otro mundo posible, sino como una invitación al otro desconocido a luchar juntos en un plano de igualdad.
/.../
Ningún desahucio había sido noticia hasta ahora. Un desahucio no puede ser “tema” para ningún intelectual de la CT. Casi por definición. Pero ahora sí se habla de ellos. Los desahucios aparecen en la prensa y la televisión. ¿Por qué? Simplemente porque algunas personas han decidido interrumpir ese mecanismo que se nos presentaba como una especie de fatalidad “natural”, mostrando que se trata de un problema completamente político. El bloqueo de un desahucio es un gesto que agujerea la cultura consensual: hace ver lo que se quería ocultar, problematiza y politiza lo que se quería “naturalizar”, esquiva todas las trampas identitarias y nos interpela a todos.
/.../
Los acampados de Sol siempre supieron muy bien que su fuerza estaba fuera de Sol. Mejor dicho: la fuerza estaba en el vínculo vivo con lo que un amigo llama “la parte quieta del movimiento”, es decir, la población tocada y afectada por Sol aunque no participase directamente en la acampada. Sol nunca buscó la separación y por eso suscitó tantos flujos de solidaridad dentro/fuera (tan sólo el tercer día tuvo que hacerse un llamamiento para que los vecinos de Madrid dejasen de llevar comida que ya no se sabía dónde almacenar). Nunca se planteó como un afuera utópico ni como otro mundo posible, sino como una invitación al otro desconocido a luchar juntos en un plano de igualdad.
/.../
Ningún desahucio había sido noticia hasta ahora. Un desahucio no puede ser “tema” para ningún intelectual de la CT. Casi por definición. Pero ahora sí se habla de ellos. Los desahucios aparecen en la prensa y la televisión. ¿Por qué? Simplemente porque algunas personas han decidido interrumpir ese mecanismo que se nos presentaba como una especie de fatalidad “natural”, mostrando que se trata de un problema completamente político. El bloqueo de un desahucio es un gesto que agujerea la cultura consensual: hace ver lo que se quería ocultar, problematiza y politiza lo que se quería “naturalizar”, esquiva todas las trampas identitarias y nos interpela a todos.
1 comentario:
Muy buena entrevista. Genial. Un abrazo.
Publicar un comentario