martes, 28 de noviembre de 2023

CTXT. ¡A la mierda el trabajo! (3). Cuanto más leales, más explotados, de Vanesa Jiménez

 Vanesa Jiménez 23/09/2023

Un estudio concluye que las tareas extras sin remunerar recaen en los empleados más comprometidos. La mala noticia para los jefes es que hay una gran renuncia silenciosa entre los trabajadores: cada vez se involucran menos

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A la mierda el trabajo. No ni ná. En concreto, y en abstracto. A la mierda la atracción de talento, el capital humano, los candidatos activos y los pasivos, la cadena de valor; a la mierda el know how, el employer branding, el smart work, el outsourcing; a la mierda el salario emocional, en especie, en incentivos, en vales de comida, en pirulís de fresa. A la mierda el workaholismo. A la mierda el trabajo porque es la mayor trampa y el peor engaño al que nos hemos sometido los seres humanos a cambio del (supuesto) desarrollo de la civilización, y a la mierda también porque tu jefe en no pocas ocasiones puede llamarse (o parecerse a) José Luis Yzuel o Tim Gurner. Ahora, y en el Imperio Romano. 

Yzuel, que se declara “progresista y liberal: la vida no se puede ver con un solo ojo”, es el presidente de la Confederación empresarial de Hostelería de España, y se halla perturbado porque la población joven “ya no se incorpora a trabajar”. Les traduzco: no se deja explotar. El máximo representante del gremio hostelero no se lleva bien con las matemáticas, ni con el Estatuto de los Trabajadores, y asegura que “toda la vida hemos hecho en hostelería media jornada, de 12 a 12. Eso se llama flexibilidad”. Más bien se llama otra cosa. “Que un camarero diga que trabaja 10 horas pues, en fin, no es grave. Trabajar a turno partido, el sábado, el domingo, los festivos... ¡10 horas! Joder, qué dolor”. Yzuel tardó un día en pedir disculpas, después de las críticas generalizadas de las redes sociales. Sus palabras eran, según dijo en un vídeo, “una broma dentro de un contexto”.

Gurner es un millonario australiano de 41 años, CEO del grupo que lleva su apellido, y anda bastante atribulado porque después de la pandemia las personas no quieren trabajar tanto. Él, que según podemos observar en el vídeo de la charla con Financial Review tiene poca pinta de deslomarse en el tajo de la construcción de lujo que promueve, defiende una fórmula segura para reducir lo que llama “arrogancia en el mercado laboral”: que el desempleo aumente entre un 40% y un 50%. Sufrid, sufrid, malditos vagos, que cuando azuce el hambre ya volveréis al redil. “Tenemos que recordar a la gente que trabaja para el empresario, no al revés”. Gurner también pidió perdón en un comunicado: “Me arrepiento profundamente y estaba equivocado”. Bien por la presión social que obliga a los explotadores a disimular que lo son.

Yzuel y Gurner representan, podemos deducir de sus declaraciones, el paradigma de esos jefes estudiados por Matthew Stanley, de la Universidad de Duke (Durham, Carolina del Norte), Chris Neck padre y Chris Neck hijo, de la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad de Virginia Occidental, respectivamente. Los tres investigadores pretendían encontrar evidencias que corroborasen la hipótesis de que los empleados más leales son percibidos por sus jefes como más explotables, porque están dispuestos a hacer sacrificios por la empresa. También había argumentos –esto lo explican los autores del estudio– a favor de la hipótesis contraria: que los jefes intentaran proteger o recompensar a los empleados más comprometidos y leales con la compañía eximiéndoles de tareas añadidas. Supongo que ya imaginan el resultado del estudio. Sí, los jefes tienden a explotar más a los trabajadores leales que a los menos comprometidos. (...)

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