lunes, 6 de noviembre de 2023

El Salto. ISRAEL “La reforma de la Justicia no era el fin, sino el medio para llevar a cabo el Plan de Subyugación”

 Gessamí Forner  31 OCT 2023 

Ofer Cassif, diputado comunista por Hadash en el Parlamento israelí, es una de las voces más críticas dentro del Estado hebreo con el Gobierno de Netanyahu y con la actuación de Israel en Gaza, algo que califica de genocidio.

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Ofer Cassif es diputado del partido comunista en la Knesset —el equivalente israelí al Congreso de los Diputados— por la coalición de izquierda Hadash. Busca hablar con medios internacionales para que su mensaje llegue más lejos: pide un alto el fuego y que pare el genocidio. Considera que es necesaria la creación de dos estados —palestino, israelí—. Por defender esta postura ha sido suspendido dos semanas sin sueldo de la Knesset y tiene prohibida durante 45 días la actividad parlamentaria en Tel Aviv.

En primer lugar, siento tus pérdidas. En el ataque del 7 de octubre de Hamás perdiste a varios amigos y conocidos, ya que sucedió en la zona donde creciste. 
Sí, muchas gracias. La masacre cometida fue monstruosa. Un crimen de guerra que ningún ser humano puede aceptar y espero que todo el mundo, incluido yo, que estoy en contra de la ocupación y de la limpieza étnica. Nada justifica esa masacre. Es muy importante decirlo. Lamentablemente, hay gente que hace una división binaria: todo es Hamás, todo es Israel. No es así, es más complicado. 

¿Cómo lo explicas tú?
La masacre que ahora está haciendo Israel también es un crimen de guerra que no se puede aceptar. Tengo que explicar el contexto, no para justificar la masacre de Hamás, sino porque la gente tiene que entender el contexto para parar la guerra, pedir el alto el fuego y reivindicar el futuro de los dos pueblos. Ambos pueblos tienen derecho a vivir con seguridad y paz. Ningún pueblo es más importante que el otro. Ese es el problema. Todos los humanos tienen derecho a vivir en paz y en una situación económica buena. Yo dije, y quiero decirlo otra vez, que el Gobierno de Israel quería confrontación. No estoy diciendo que quisiera el ataque de Hamás, pero el Gobierno de Israel es un Gobierno de fanáticos. Aún así, no creo que alguien de este Gobierno de locos deseara una masacre tan numerosa. Pero sí creo que se quería un poco de fuego, una guerra más chica. Más suave que la de ahora.

¿Por qué?
En 2017, el diputado Bezalel Smotrich, que era un diputado marginal en un partido no muy grande de la Knesset al que la mayoría de la derecha lo veía como un fanático casi loco, publicó un documento que ahora es el centro de la política de Israel (Israel's Decisive Plan). Y él se ha convertido en ministro de Finanzas y también está dentro del Ministerio de Defensa. Lo que publicó en 2017 podríamos traducirlo como Plan de Subyugación y plantea básicamente tres opciones: la primera es que Israel tiene que anexar todos los territorios palestinos ocupados. Nada de Cisjordania y nada de derechos para los palestinos, como el derecho al voto. El documento propone crear oficialmente un régimen de apartheid. En segundo lugar, plantea expulsar de su tierra a los palestinos que no acepten el Plan de Subyugación. Y, en tercer lugar, que el Ejército mate a los palestinos que ofrezcan resistencia al apartheid.

¿Qué opinas tú?
Desde ese día, el Gobierno israelí quería llevar a cabo este plan fascista. Por eso quiso hacer este golpe de estado. En la prensa se habla de la “reforma de Justicia”, pero no es una reforma de la Justicia, es un golpe de Estado que elimina el sistema de Justicia para poder llevar a cabo dicho plan, así como elimina la independencia de la prensa y los derechos civiles de manifestantes.

¿Se asumió socialmente?
Mucha gente en Israel, y diría que en el mundo, pensaron que este plan iba a ser el fin del Gobierno de Benjamín Netanyahu, pero la reforma no era el fin, sino el medio para llevar a cabo el Plan de Subyugación. No pudo llevarla a cabo gracias a las protestas y algo de presión internacional, así que necesitaba otro medio. ¿Y cuál es el mejor para un estado militiarista como Israel? Una guerra. Cada vez que hay una crisis, el Gobierno hace una guerra. Con las confrontaciones, la gran mayoría de la ciudadanía va con el Gobierno, con el mismo Gobierno que no apoyaba. No digo que deseara un ataque tan trágico, pero este Gobierno quería violencia para llevar a cabo este plan. Un mínimo de confrontación para obtener el apoyo de la mayoría de los grupos de Israel y, por el camino, realizar el Plan de Subyugación. 

¿Es lo que está realizando?
Lo que hace en Gaza este Gobierno es un genocidio. No lo digo solo yo. En Democracy Now entrevistaban a un experto del Holacausto que así lo afirmaba. La ONU tiene una definición muy clara de genocidio. El genocidio no es mi idea política. No lo pienso abstractamente, sino que, según la definición internacional, lo que ahora hace Israel en Gaza lamentablemente es un genocidio sin justificación alguna. Hay más de 5.000 muertos y muchos más heridos [en el momento de esta entrevista]. La mayoría son civiles inocentes. Y muchos niños y bebés.

No es la primera vez que el Estado de Israel echa la culpa a Hamás de un ataque como el ocurrido en el Hospital Al-Ahli en Gaza. ¿Qué opinas de la versión que ha querido hacer circular?
No quiero hablar sobre qué pasó en el hospital porque no tengo información suficiente para saber quién es el culpable. Para mí la pregunta más importante es la situación en general. Otra vez tengo que decir que lo que hizo Hamás es un crimen de guerra monstruoso, pero lo que hace Israel también es un crimen de guerra. Un crimen no tiene justificación porque el otro hizo un crimen de guerra. Y es que todo esto que está haciendo Israel nada tiene que ver con su seguridad como Estado ni la de sus ciudadanos. Es pura venganza. Y venganza no es seguridad, es lo contrario. No es coincidencia que generales digan que la actuación de Israel es peligrosa para el país mismo. Yo soy diputado en Israel y deseo seguridad para los dos pueblos. Mi familia y mis amigos están en Israel, pero quiero seguridad y paz para todos. Nada de lo que está pasando ahora es por el atentado de Hamás. El Gobierno quiere desviar la responsabilidad de Netanyahu y su Gobierno de fiasco.  

Desde fuera, lo que nos llega a la opinión pública es que la población israelí respalda las actuaciones de Netanyahu y el régimen de apartheid impuesto en los territorios palestinos y que casi no hay margen para la disidencia. ¿Es cierto? ¿Hay facciones importantes oponiéndose a esta limpieza étnica?
No es cierto. Muchas de las familias de las víctimas de Hamás están contra de Netanyahu y su Gobierno. Hablé con gente de ahí, porque trabajé como profesor en un colegio de un kibutz que atacó Hamás. Conozco a mucha gente del kibutz que lamentablemente fue asesinada o secuestrada por Hamás. Creo que la mayoría está totalmente en contra Netanyahu y considera que el Gobierno tiene responsabilidad. Hacen concentraciones y sentadas contra el Gobierno. La sangre está en las manos de Netanyahu, dijeron. En general, creo que la mayoría apoya lo que hace a Gaza, sí; quieren que se ataque y que se entre por tierra. Pero, al mismo tiempo, no quieren a Netanyahu en el Gobierno y desean que, cuando acabe la guerra, se vaya a casa o a la cárcel.

Está pendiente de juicio.
Sí, pero ahora eso ya no es importante. 

El estado de Israel, como cualquier otro Estado colonialista o en guerra, usa la propaganda de guerra, con la diferencia de que Israel tiene esta maquinaria muy bien engrasada tras décadas de ocupación y violencia. En estas dos semanas ha matado al menos 30 periodistas palestinos y uno libanés, prohíbe el paso a la prensa extranjera y planea vetar las emisiones de Al Jazeera. Teme, quizá por primera vez, ¿perder el relato?

Esto también tiene que ver con lo que te dije antes: con el Plan de Subyugación. Genocidio en Gaza, limpieza étnica en Cisjordania y, dentro de Israel, veto a la prensa y persecución a toda mirada crítica. Al Jazeera no es el único ejemplo, hay más medios. Y más personas, especialmente, ciudadanos palestinos que escriben contra la guerra, que protestan en manifestaciones por las muertes de inocentes en Gaza, que escriben en las redes sociales sobre los bebés fallecidos estos días. Les arrestan, ya hay más de 100. No hablaron de Hamás, solo criticaron la violencia de ambos lados, y ahora estudiantes universitarios han sido expulsados de la universidad y obreros, despedidos de sus empleos. Ahora en Israel la empatía está prohibida. Es increíble. Hay persecución fascistas bajo el fuego de la guerra.

¿Y tú?
Yo estoy suspendido 45 días en el Knesset por hablar contra la guerra, por decir que Israel lleva a cabo una masacra en Gaza. Y suspendido de salario dos semanas.

Israel lleva actuando con una impunidad internacional total, también en la comisión de crímenes de guerra. ¿Las relaciones económicas con las industria armamentística pesan más que el Tratado de Ginebra?
Lamento la política de la comunidad internacional y de EE UU en concreto. No es el pueblo de Israel, sino el Gobierno de Israel, que está contra el pueblo. Mis ideas son internacionalistas, lo más importante son todos los humanos sin diferencias, pero EE UU no hace eso. Hay cosas diferentes: una son los intereses económicos y tecnológicos. Todo el mundo sabe que Israel tiene tecnología avanzada y muchos gobiernos son dictaduras y quieren armas de Israel, por eso le apoya, porque le conviene. Pero ahora también hay intereses por el gas. En Grecia y Chipre, por ejemplo. Y por eso no harán cosas justas, porque son parte de sus intereses económicos, parte del sistema global capitalista. Yo soy socialista. Por encima de los beneficios materiales están los derechos individuales y el bienestar humano.

(...)  Acabemos con esta maldita ocupación. Si no paran esta guerra ahora, y la comunidad internacional puede pararla pero no quiere, tendremos una guerra regional y, al final, una guerra mundial. Esto es muy peligroso y está muy cerca.



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