Ariadna B. Cruz Barcelona-
Los llamados "bomberos voluntarios" de Catalunya rehúyen esa etiqueta, reivindican su papel en las tareas de extinción y reclaman mejoras que les equiparan con el resto de los efectivos, mientras preparan una demanda judicial para conseguirlo.
Francesc Castillo, en el parque de bomberos donde realiza su labor.
Francesc Castillo es policía local de un pueblo de la comarca barcelonesa de la Anoia y al mismo tiempo también hace tareas de lo que se conoce como "bombero voluntario", aunque ésta es una etiqueta que rechaza. Está ubicado en el parque de bomberos de Piera, en la zona metropolitana sur de Barcelona y hace quince años empezó a ser bombero “voluntario”. Hacía mucho tiempo que quería apuntarse y finalmente decidió adherirse al cuerpo de bomberos, puesto que era una tarea "gratificante y de ayuda a los vecinos". Para acceder, tuvo que pasar un proceso selectivo: pruebas físicas, teóricas, médicas, psicotécnicas… Y después, formación en el Institut de Seguritat Pública de Catalunya, con los mismos formadores que los bomberos funcionarios. Es decir, las pruebas "son casi las mismas". Según explica Castillo, el "voluntario" opta a una plaza concreta de un parque, mientras que el funcionario opta a nivel de Catalunya. Hay dos convocatorias diferentes y todo el mundo puede presentarse.
En Catalunya, hay unos 4.000 bomberos de campo, y 1.400 son de los llamados "voluntarios". Es decir, un tercio del total de bomberos de campo son considerados voluntarios. El sistema se divide en siete regiones de emergencia. Normalmente, primero actúa el parque más cercano, pero en las grandes emergencias participa todo el mundo. La formación es la misma, aunque los funcionarios tienen mayor reciclaje y son agentes de la autoridad. Hace más de un año, nació la asociación Bombers Precaris en Lluita, más de 450 bomberos "voluntarios" asociados para denunciar sus condiciones de "desprotección y precariedad", y llevar su situación a los juzgados. Reclaman tener una relación laboral normalizada que les permita estar dados de alta en la Seguridad Social.
Usted es bombero voluntario. ¿Qué significa eso?
Bombero voluntario, desde nuestro punto de vista, es una expresión que ya queda anticuada. En Catalunya existe un modelo mixto con unos 150 parques: la mitad parques de funcionarios y la otra mitad de “voluntarios”. Lo decimos entre comillas porque, a pesar del nombre, no somos realmente "voluntarios", ya que tenemos muchas obligaciones. Hacemos el mismo trabajo y pasamos prácticamente las mismas pruebas que los bomberos funcionarios, debemos realizar un mínimo de 650 horas al año, estamos controlados por una aplicación, y cobramos 10 euros brutos la hora por hacer exactamente el mismo trabajo que el resto de bomberos. Además, pagamos impuestos y esto nos afecta incluso en la declaración de la renta. En realidad, somos bomberos low cost, y estamos en fraude de ley.
¿Entonces qué diferencias hay entre un bombero “voluntario” y uno funcionario?
A pesar de pasar pruebas muy similares, existe una diferencia clave: no estamos reconocidos legalmente como trabajadores. Tenemos condiciones laborales muy distintas, y por eso exigimos un cambio. Además, los funcionarios son agentes de la autoridad; sus órdenes tienen fuerza legal y su palabra tiene presunción de veracidad, es decir, tienen mayor protección legal. Sin embargo, los bomberos voluntarios no tenemos esta consideración porque la legislación española sólo otorga la categoría de agente de la autoridad a los funcionarios. Esto nos deja en inferioridad en actuaciones complejas, sobre todo cuando debemos dar órdenes a ciudadanos o gestionar situaciones de conflicto.
¿De dónde nace la asociación Bombers Precaris en Lluita?
Nacimos a mediados de 2024 porque las asociaciones anteriores, ASBOVOCA (Associació de Bombers Voluntaris de Catalunya) y la FBVCat (Federació de Bombers Voluntaris de Catalunya), hace muchos años que reclaman mejoras, pero siempre chocaban con un muro. Somos tres entidades distintas, pero tenemos el apoyo total de las dos anteriores, y muchos bomberos están en más de una asociación. Hace 30 años el modelo mixto funcionaba, pero hoy en día las emergencias son más complejas y nos exigen mayor profesionalización sin darnos ninguna ventaja. Mucha gente acaba dejándolo y esto no puede ser. Nos hemos asociado para denunciar la desprotección que sufrimos.
Cuando habla de desprotección y precarización, ¿a qué se refiere concretamente?
No tenemos reconocimiento de riesgos laborales, enfermedades profesionales ni coeficiente reductor de jubilación. La cobertura sanitaria sólo cubre el accidente inicial; después, todo el proceso de recuperación queda a cargo del bombero. Nuestros parques no se consideran puestos de trabajo y con frecuencia no cumplen la normativa. Tampoco somos agentes de la autoridad, a diferencia de los funcionarios. Pedimos vinculación laboral para tener seguridad y derechos básicos.
¿En qué punto se encuentran actualmente?
La campaña forestal dura del 1 de junio al 30 de septiembre. Lo que no queríamos era hacer un boicot en campaña forestal, porque al final lo que no queremos es hacer ningún daño a la población ni al territorio. Los voluntarios, si algo tenemos, es que amamos el territorio. Ahora que ya ha terminado la temporada sí sacaremos adelante acciones legales. La asociación se presentó el 16 de septiembre y ya hemos iniciado la visibilización con actos y charlas. El proceso de demanda ya empieza a estar en marcha, pero todavía no podemos concretarlo en fechas públicamente.
Es decir, ¿quieren hacer una demanda legal?
Sí, contra la Generalitat de Catalunya. Serán demandas individuales de cada bombero (más sólidas y adaptadas a cada individuo), pero presentadas de forma colectiva en todo el territorio y en diferentes juzgados (para tener mayor impacto y visibilidad). Además, hemos consultado varios bufetes y todos coinciden en que existen suficientes indicios de una relación laboral encubierta. Luego, ya será el juez quien tendrá que decidir qué encaje tiene.
Entonces, ¿qué relación tienen con el Departament d'Interior?
Ya hemos hablado con el Departament y no ha habido ningún cambio. Pero, sin embargo, no nos cerramos a seguir hablando. Ahora bien, a pesar de tener esa puerta abierta, tenemos claro que la demanda legal seguirá su curso igualmente. Sólo un acuerdo satisfactorio para los asociados podría detenerla.
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