MADRID.- Pactaron sobre el blindaje a las multinacionales, y este miércoles han votado juntos. La Gran Coalición de socialdemócratas, conservadores y liberales en la Eurocámara ha logrado la aprobación del informe sobre el polémico TTIP que Bruselas y Washington negocian con sigilo, con 436 votos a favor, 241 en contra y 32 abstenciones.

La votación debía haber tenido lugar hace un mes, y finalmente fue pospuesta por decisión del presidente de la Eurocámara, el socialista Martin Schulz, principal impulsor de la enmienda que ha permitido unir a los socialistas con el PP europeo para garantizar la aprobación del informe, que no es vinculante y sólo expresa las directrices del Europarlamento a la Comisión Europea, responsable de negociar la alianza comercial en nombre de los 28.

La división entre las filas de los socialistas al respecto de la enmienda de compromiso 117 sobre el blindaje a las multinacionales o ISDS era evidente, y hoy ha vuelto a quedar reflejada cuando los socialistas belgas, franceses y austriacos han votado en contra del informe por contener esa enmienda, que pide sustituir el ISDS y sus sistemas de arbitraje por jueces, aunque no especifica si estos nuevos tribunales serán públicos o privados y utiliza un lenguaje considerado ambiguo por algunos socialistas y por los detractores del acuerdo.

Como se esperaba, el PSOE ha votado en bloque a favor del texto, duramente criticado por grupos como la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) o Los Verdes/ALE. Los últimos también han cargado contra el mecanismo-artículo 174 del reglamento- por el que la enmienda pactada entre socialistas y conservadores ha sido votada la primera, quedando automáticamente apartadas el resto de enmiendas relacionadas con el ISDS.


El "juego sucio" de la 'Gran Coalición'

Equo, del grupo de Los Verdes, denunciaba este mismo miércoles la "utilización partidista" de la Eurocámara por parte del presidente Schulz, que "con sus maniobras contrarias a las reglas del Parlamento Europeo, ha conseguido que solo se votara la enmienda que tenía el consenso de la Gran Coalición", al situarla la primera en el orden de votaciones.

Las eurodiputadas Marina Albiol y Lola Sánchez (IU y Podemos) ya habían explicado a este diario sus críticas al respecto del informe, que consideran redactado con un lenguaje ambiguo que deja la puerta a múltiples interpretaciones en distintos apartados, y que apenas introduce imposiciones, sino meras recomendaciones que EEUU puede o no aplicar.

Por su parte, los socialistas esgrimen que el texto exige que se mantengan los niveles de protección del consumidor existentes en Europa, que EEUU respete los estándares laborales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o que los servicios públicos queden fuera del acuerdo.

Desde el S&D justifican su apoyo al informe recordando además que en caso de que el tratado comercial no cumpla estas directrices el Europarlamento podrá tumbarlo, algo que hoy se antoja poco probable teniendo en cuenta los recursos y el tiempo destinados a estas negociaciones, que arrancaron formalmente hace dos años.

No hay fecha para la conclusión de las negociaciones, pero tras el mandato otorgado por el Congreso de EEUU al presidente Barack Obama para acelerar la firma del TTIP y con el fin de su legislatura establecido en 2016, es probable que el jefe del Ejecutivo norteamericano apriete el acelerador para dejarlo todo atado antes de abandonar la Casa Blanca. Y, teniendo en cuenta la demostración de hoy en la Eurocámara, y a pesar de las críticas de la sociedad civil, no parece que la mayoría de mandatarios europeos tenga intención de ponérselo muy difícil.