sábado, 22 de marzo de 2025

¿De verdad necesita Europa más gasto militar? Opinión de Alberto Garzón Espinosa


12/3/2025 

El verdadero reto de Europa es ser económica y energéticamente autónoma de otros bloques de poder que ahora mismo suponen una amenaza. Sin resolver estas otras dos cuestiones, ni siquiera multiplicar por diez el presupuesto militar serviría de algo



El verdadero reto de Europa es ser económica y energéticamente autónoma de otros bloques de 

El filósofo Francisco Fernández Buey recordó que “todavía en 1984 muchos europeos bien informados pensaban que habíamos entrado irremisiblemente en la fase ‘exterminista’ de la historia de la humanidad”, y que “por entonces se hacían cálculos acerca del mes de 1985 en que previsiblemente iba a empezar la nueva guerra librada con armas nucleares en Europa”. Sin embargo, sorprendentemente todo comenzó a cambiar muy deprisa: llegó la perestroika, el colapso de la Unión Soviética, la hegemonía estadounidense y su ideología neoliberal, la crisis de identidad de las izquierdas europeas y el triunfante posibilismo de las socialdemocracias, el dogma del libre mercado… Con ello, la amenaza de la destrucción mutua pareció desaparecer de las mentes europeas.

Hasta cierto punto. Por un lado, las guerras continuaron en todas partes del mundo, y muchas veces promovidas directamente por los adalides de la libertad occidental. Estados Unidos emergía victorioso de la guerra fría, y tras más de un siglo interviniendo en la política nacional de otros países -financiando a los elementos más reaccionarios o directamente incitando golpes de Estado a fin de evitar que gobernaran las izquierdas-, ahora tenía manga ancha para hacer y deshacer el mapa mundial a su antojo. La diplomacia estadounidense siempre supo combinar la zanahoria de la narrativa liberal-democrática con el palo del chantaje, las amenazas y la coerción militar. La retórica también cambió, y progresivamente pasamos de la excusa del mundo libre –de comunistas– al mundo libre –de terroristas–. Sin embargo, detrás siempre asomaba el rastro de los recursos y la geopolítica: el cobre, el gas, el petróleo… 

Por otro lado, en aquellos años ochenta muchas izquierdas se reubicaron en el ecologismo. Desde veinte años antes era ya evidente que el cambio climático y la destrucción ambiental eran también amenazas existenciales para la especie humana. La guerra en este caso la promovía el modelo de producción y consumo contra la vida misma. De hecho, al calor del trabajo del biólogo Barry Commoner, muchos activistas pasaron del movimiento pacifista contra las armas –y los reactores– nucleares al movimiento ecologista. En España, el principal teórico marxista, Manuel Sacristán, fue ejemplo paradigmático de esa transición. El resto de las izquierdas bien quedaron fosilizadas en el clima de la guerra fría -con su folklore prácticamente intacto- bien fueron absorbidas por un estado de época milit (...)  

......................

OTRA COSA:  Paseo semanal por CTXT, por Álex Blasco Gamero: Armas para todos




No hay comentarios: