24/2/2025 Raúl Rejón
El CEO de la empresa que ha sentado en el banquillo a Greenpeace para exigirle 300 millones de dólares es un gran donante de las campañas de Donald Trump quien, nada más ser presidente en 2017, dio el visto bueno exprés al proyecto contra el que protestaba la ONG
Una demanda millonaria en EEUU amenaza con dar un golpe mortal a Greenpeace y a las protestas climáticas
Kelcy Warren es el CEO, fundador y máximo accionista de Energy Transfer, la empresa que ha sentado en el banquillo a Greenpeace para exigirle 300 millones de dólares. El ejecutivo es, además, uno de los grandes donantes de las campañas de Donald Trump.
Existe un hilo que une una cosa y la otra: de lo primero que hizo Donald Trump al ser elegido por primera en vez en 2016 fue acelerar los permisos para el oleoducto DAPL planeado por Energy Transfer en Dakota del Norte contra el que protestaba Greenpeace. El proyecto había sido pospuesto por Barack Obama para revisar su impacto ambiental. Tras recibir de Warren unos 100.000 dólares para la campaña y otros 250.000 para el comité inaugural, Trump dio el visto bueno al oleoducto el 24 de enero de 2017, apenas cuatro días después de tomar posesión. El republicano mandó “revisar y aprobar de manera urgente (...) las autorizaciones para construir y operar el DAPL”.
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