jueves, 11 de agosto de 2016

Sobre mi asistente: los datos y algunos apuntes, de Pablo Echenique


Ante las últimas noticias sobre mi asistente personal y mi relación económica (ya extinguida) con él, primero los datos:
- Mi salario: 2246€ netos en 14 pagas como diputado autonómico (el exceso de este salario, incluyendo dietas, es donado a Podemos). En el Parlamento Europeo, ingresaba lo mismo.
- Mi salario como científico del CSIC era de 2464€ netos en 12 pagas, más 2 pagas extra algo menores.
- Este salario + la cantidad en el siguiente punto + una modesta pensión de mi madre, son los únicos ingresos en mi hogar de 3 personas.
- Ingreso además 337€ al mes por la ley de dependencia en concepto de atención en el entorno familiar. Mi asistente familiar es hoy mi mujer y antes lo fue mi madre. Ambas con una elevada carga personal y de trabajo.
- Con esta subvención y con mi nivel de dependencia, incluso con mi sueldo, es absolutamente imposible tener una vida autónoma: estimo el coste de la asistencia que necesito para llevar a cabo las tareas de la vida cotidiana (levantarme, cambiarme, ducharme, etc.) en unos 2000€ al mes. Nuestro sistema obliga, por tanto, a que yo y cientos de miles de dependientes como yo, tengan que ser obligatoriamente asistidos por sus familiares, sin derechos y esencialmente gratis. Lo único que puede evitar esta situación es que la dependencia sea muy leve o que la familia del dependiente sea rica.
- Con el objetivo de aligerar, aunque sólo sea un poquito, la carga a mi familia, conté durante años con los servicios de un asistente que siempre hizo muy bien su trabajo.
- Contaba con él como mucho una hora al día (de un modo esporádico: no en verano, no cuando viví en Bruselas, no cuando así lo decidíamos con mi familia, etc.). Nunca más de 30 horas al mes.
- Al principió conté con él a través de una empresa, la cual le pagaba el sueldo. Cuando la empresa le despidió, seguí contando con él en régimen de autónomo y le pagaba lo mismo que yo le pagaba a la empresa y más o menos el doble de lo que la empresa le pagaba a él (más o menos el doble de lo que se suele pagar en el sector). El objetivo: que él pudiese afrontar el pago de la cuota de autónomos sin perder derechos laborales.
- En un momento dado, su situación se precariza y él decide unilateralmente que ya no puede pagar la cuota. En ese momento, decido seguir pagándole (lo mismo), básicamente porque le tengo mucho aprecio y no quiero dejarle tirado. Mientras tanto, le insisto en buscar vías para intentar regularizar la situación.
- Cuando la situación se alarga, tomo la difícil decisión de dejar de contar con sus servicios.
- En todo momento pensé que yo no estaba cometiendo una irregularidad y que la obligación de estar al corriente con la hacienda pública era de mi asistente. Error mío el no consultarlo legalmente en ese momento.
- En todo caso, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. Por eso, estoy ahora consultando el tema con abogados y, si he cometido alguna infracción, no tendré ningún problema en asumir la sanción correspondiente.
- Más allá de lo legal y si olvidamos los motivos que me movieron, creo que es obligación de los cargos públicos tener un comportamiento ejemplar y que, por ello, no tengo ningún problema en admitir también mi error en no encontrar una manera de regularizar la situación de mi asistente a la vez que no lo dejaba tirado. La nueva política es también saber decir "me equivoqué" y tampoco tengo ningún problema con eso.
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Dicho todo esto, algunos apuntes respecto de lo leído, visto y escuchado estos días en la esfera pública:
- En primer lugar, creo que es mi obligación dar todas las explicaciones pertinentes y así lo he hecho desde el día cero (a diferencia de lo que suelen hacer los representantes de la vieja política). Expliqué al periodista que hizo la primera pieza todo lo que quiso saber, salí el día siguiente en rueda de prensa y contesté a todas las preguntas que se me hicieron, esta misma mañana me sometí voluntariamente a un exhaustivo y profesional interrogatorio por parte de Cristina Pardo en La Sexta y esta misma noche estaré en la radio.
- Así las cosas, supongo que los que me siguen pidiendo explicaciones o es que no han hecho los deberes o es que las piden a modo de espasmo o de tic nervioso. En cualquier caso, vaya también para ellos este documento.
- Cabe asimismo destacar la preocupante cantidad de opinadores desinformados que se han lanzado desde el primer minuto a hacer valoraciones sin los datos en la mano, sin contrastar, confundiendo el tocino con la velocidad y al mejor estilo pollo descabezado. Es labor de todos y de todas no permitir que el cuñadismo mate al periodismo y espero que esta compilación de datos y de hechos contribuya también a ese noble fin.
- Por último, tengo que decir que hay algo muy positivo que sale de todo esto: La oportunidad que nos brinda el tema de hablar de la dependencia y denunciar la injusta y dolorosa situación a la que una clase política al servicio de los privilegiados ha condenado a millones de dependientes y sus familias en nuestro país.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Concentración 20 Agosto, de 13 a 14h. En la ctra. del Cruce (Las Cantinas) SALAMANCA

 Victorino García Calderón en Morille: Por favor reenviad a todos los que podáis, necesitamos ser muchos, está en juego el futuro de una comarca entera.


TEXTO:

Concentración 20 Agosto, de 13 a 14h. En la ctra. del Cruce (Las Cantinas) N-620 y SA-315

Nunca se ha puesto una mina con la oposición del pueblo ¡VEN! STOP URANIO

Ayúdanos a parar esto.

El verdadero ‘pufo’ del AVE: más de 6.500 millones en tramos vallados, tapiados o inconexos

Las investigaciones por presuntas irregularidades en contratos de las líneas de alta velocidad sacan a la luz el estado de obras que hace mucho tiempo que deberían estar acabadas, que han incluso triplicado su presupuesto pero que ni están ni se les espera. Raúl Pozo  @RaulPozo_Voz   2.07.2016
http://vozpopuli.com/economia-y-finanzas/85406-el-verdadero-pufo-del-ave-mas-de-6-500-millones-en-tramos-vallados-tapiados-o-inconexos


Las denuncias de la Fiscalía Anticorrupción pusieron en marcha las operaciones‘Yogui’ y ‘Grizzly’, en las que se investigan presuntos desvíos en contratos relacionados con la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona-frontera francesa. En concreto, con el desarrollo de la zona en la que debería situarse la estación de La Sagrera si se hubieran cumplido los plazos establecidos. Porque los trabajos que ahora están bajo la lupa judicial no están terminados y algunos acumulan retrasos superiores a los cinco años. Forman parte de una suerte de galería de los horrores de la red de AVE: trabajos interrumpidos, túneles tapiados, obras abandonadas y valladas y tramos sin ninguna conexión. Pero lo que más aterrador resulta es la cifra de inversión que está enterrada en este marasmo de proyectos fallidos: más de 6.500 millones de euros.
El caso de Barcelona y de las obras conectadas con el desarrollo urbanístico del entorno del paso del AVE por la ciudad se lleva cerca del 10% de esta cantidad. La estación de La Sagrera, llamada a ser la segunda de la Ciudad Condal para la alta velocidad después de la de Sants, es una historia de nunca acabar. Los contratos para su construcción y la de los accesos a la misma se adjudicaron hace más de seis años, por cerca de 600 millones de años. Se calculaba que más de 100 millones de usuarios al año pasarían por este punto, una espectacular conexión entre el AVE y los medios de transporte de Barcelona.
Pero nada de eso ha llegado a ser realidad. El proyecto de La Sagrera fue una de las víctimas más notables de los recortes presupuestarios aplicados por el Gobierno deMariano Rajoy tras ganar las elecciones de finales de 2011 por mayoría absoluta. La política del Ministerio de Fomento marcó la revisión de pormenorizada de los grandes proyectos con el fin de eliminar las obras superficiales e innecesarias, catalogadas bajo el paraguas genérico de “estaciones de autor”. Desde entonces, los arranques de las obras se han combinado con los continuos frenazos, por diversos motivos. Sobre todo presupuestarios pero también de falta de entendimiento entre las administraciones.

El drama de Pajares

Aunque el caso de Barcelona es el de más actualidad, el que sin duda se lleva la palma en todos los sentidos es el de la denominada variante de Pajares, clave para llevar la alta velocidad desde León (donde recientemente llegó el AVE) hasta Asturias. Doce años y 3.500 millones de euros después (el triple de lo presupuestado), los túneles de Pajares están vallados y su interior vacío, sin elementos esenciales como las vías.
Si se hubieran cumplido las previsiones, los trenes deberían estar circulando por los túneles a finales de 2009 o principios de 2010. Obviamente, eso si uno de ellos no se inundara cada dos por tres como consecuencia de un diseño que no tuvo en cuenta la gran cantidad de agua que pasa por aquellas tierras. Inundaciones, desprendimientos, cambios de planes… Y dinero, dinero y más dinero. Más de un década para un tramo que no llega a 30 kilómetros pero que lleva camino de ser más caro de lo que costó la línea Madrid-Sevilla. Y a todo esto, sin posibilidad alguna de comenzar a hacer rentable la inversión porque sin vías no hay trenes y sin trenes, no hay pasajeros.

MÁS SOBRE PAJARES: http://www.eldiario.es/economia/anos-Variante-Pajares_0_713229482.html  2/12/2017 20 años de la Variante de Pajares, el gran fiasco de la obra pública española

Una Andalucía de trenes a ninguna parte

Tampoco hay pasajeros que vayan desde Almería hasta Murcia en alta velocidad porque la línea no está terminada. Y no parece que vaya a estarlo a corto plazo. Los cuatro tramos que se han llevado a cabo no conducen a ninguna parte porque están inconexos. Este proyecto tiene su particular joya de la corona en el túnel de los Gafarillos, un ejemplo de la calidad de la ingeniería española, con 7,5 kilómetros de longitud y doble vía, pero que lleva algo más de dos años tapiado por motivos de seguridad y para que las alimañas no contribuyan (aún más) al deterioro de la obra.
La decisión deja bien a las claras que, al menos próximamente, no se avanzará en la línea. Pero, eso sí, la broma acumula un coste de más de 800 millones de euros. Porque los cuatro tramos, que apenas suman 25 kilómetros, están terminados. Y el espectacular túnel también. Precisamente, coincidiendo con el segundo aniversario de su cierre, el Ministerio de Fomento terminó de pagar a FCC y Sando, las constructoras que se adjudicaron las obras, estos trabajos. La factura se aproxima a los 500 millones de euros.
En sentido contrario debería circular la línea entre Antequera y Sevilla, la conexión con el proyecto Granada-Almería, cuyo fin último es posibilitar articular Andalucía de este a oeste en poco más de dos horas. Antequera-Sevilla se ha llevado ya 300 millones de euros de la Junta de Andalucía.

Extremadura, Euskadi, Burgos...

Pero el fin de las obras es tan incierto como el de la conexión entre Burgos y Vitoria, que se ha comido más de 100 millones de euros y que está siendo afectada por las paralizaciones que están sufriendo las obras del AVE en los últimos meses como consecuencia de las reclamaciones de las constructoras sobre los modificados, que Fomento no está dispuesto a atender.
Así pasa también con ocho tramos en Extremadura, correspondientes a la línea que debe unir Madrid con Badajoz y hasta la frontera por Portugal. En algunos de ellos, las obras se han parado hasta el punto de ofrecer un panorama desolador, de vallas y material abandonado a la espera de la reanudación. Y no son los únicos casos. El debate sobre la dudosa rentabilidad de la red de alta velocidad admite opiniones para todos los gustos. Pero los 6.500 millones de euros de dinero público que han alimentado las calamidades citadas jamás serán productivos. De eso no cabe ninguna duda.

martes, 9 de agosto de 2016

Aznar es un criminal de guerra y debe ser juzgado, de Luis Gonzalo Segura

10.7.16
http://www.ecorepublicano.es/2016/07/aznar-es-un-criminal-de-guerra-y-debe.html

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.


El cerco se estrecha a medida que aumenta la presión sobre Tony Blair por la publicación del Informe Chilcot. Una investigación que desnuda a nuestro país situándonos de nuevo en el anacronismo. Si es cierto que Aznar está cada vez más señalado, ello no se debe a la existencia de medios de comunicación libres, un nivel aceptable de estado de derecho o una saludable atmósfera democrática. El motivo es que otros han hecho lo que deberíamos haber hecho nosotros.


Invitaba estos días pasados Gary Lineker, antiguo futbolista de lengua más afilada que su voracidad goleadora, a que los defraudadores acudieran a España porque encontrarían un paraíso. El edén hay que extenderlo a los crímenes franquistas y bélicos, a los GAL, al saqueo del país y a tantos otros delitos que quedan impunes. Somos lo que votamos y votamos delincuencia e impunidad. En España hay más cloacas que en todas las películas de Torrente.
El que fuera primer ministro cada día tiene menos escapatorias y su respiración es más ahogada. Los medios de comunicación no pueden oxigenar las acusaciones, desvirtuarlas como hacen aquí, y la defensa ya no es efectiva ni inteligente, es desesperada. Blair, uno de los tres criminales que se fotografiaron orgullosos en las Azores, se queda sin salidas. Y eso afecta a José Mari por aquello de lo poco favorecedor que resulta que uno de los tres amigos termine con un pijama de rayas, literal o figurado. Aznar aspiraba con aquella fotografía a pasar a la posteridad y a vampirizar parte del poderío e imperialismo de británicos y norteamericanos. Sin embargo, ha terminado por ser devorado por la criminalidad. Aznar, efectivamente, se encuentra al mismo nivel que Blair y Bush. Los tres son criminales de guerra y, ahora, esa fotografía no es para exponerla orgulloso en el salón de casa. No es un yo estuve allí, es un no los conozco de nada, yo no quería… Si pudieran, eliminarían el selfie de aquella loca escapada, es tarde.
La estrategia para defenderse en España, grotesca e inadmisible en otras tierras más democráticas y común en Torrentolandia, es circunscribir la guerra a la invasión y, por tanto, si España no participó en la invasión, no lo hizo en la guerra. El problema es que si acotamos la definición de guerra de esta forma tan torticera a la fase de invasión, como pretenden Los Genoveses, ello nos obligaría a reescribir la historia. Da lo mismo, podemos con eso y con mucho más. Tendremos que sustituir en los libros todas las guerras de independencia, guerrillas, reconquistas y otros escenarios bélicos similares por misiones humanitarias. Así será. Vietnam, por ejemplo, fue una misión humanitaria, y Afganistán otra. No me explico cómo los afganos no son un país desarrollado con tanta humanidad repartida en su territorio durante tantas décadas.
Federico Trillo es un mentiroso patológico que tiene un almacén para guardar los cadáveres que arrastran sus decisiones. Sus mentiras resultan indigestas e insalubres para la sociedad (“En Irak no se pegó ni un tiro”). Habría que recordarle la Batalla del 4 de abril en Najaf o la matanza del 26 de abril (ambas en el año 2004) en las que participaron las tropas españolas. Supongo que en su ignominiosa concepción de la realidad debieron ser campañas humanitarias.
Un detalle reduce a cenizas la teoría que pretende defender que España no estuvo en la guerra de Irak: la batalla más sangrienta de toda la contienda, Segunda Batalla de Faluya, se produjo entre noviembre y diciembre de 2004, después de la retirada de las tropas españolas. No solo España estuvo en la guerra, sino que la abandonó antes de terminar.
En algunos de estos acontecimientos hubo bases que tuvieron que solicitar refuerzos y economizar la munición porque se agotaba. Pero no fue una guerra, claro, fueron labores humanitarias. Más de un millón de muertos, un Estado Islámico y 65 millones de desplazados en todo el mundo certifican nuestra humanidad y las magdalenas repartidas. Obvio.
España estuvo en la guerra de Irak (participó con dos mil militares en lo humanitario que puede resultar de repartir fuego a diestro y siniestro) y algo peor, no solo para Aznar, los tres líderes sabían que estaban tomando una decisión ilegal y utilizaron todos los medios a su alcance para cometer esa ilegalidad y presentarla como lo que no era. A lo Fernández Díaz y a lo Trillo.
Jorge Dezcallar, director del CNI, informó (y después aseveró públicamente haberlo hecho) sobre dos cuestiones esenciales de este crimen. La primera es que Sadam Hussein no apoyaba a Al Qaeda, entre otras cuestiones porque el mundo islamico no era ni es la homogeneidad que nos quieren presentar. Todo lo contrario. Es un universo terriblemente complejo, como las guerras civiles que se desarrollan en sus territorios, en las que no existen dos bandos enfrentados, sino múltiples y con intereses cruzados. La segunda es conocida por todos, en Irak no había armas de destruccion masiva.
Es innegable que José María Aznar tuvo conocimiento fiable y exacto de lo que ocurría en Irak, nada menos que su jefe de los servicios secretos, y que la decisión que tomó fue conscientemente errónea. Delictiva y criminal serian términos más adecuados. Y lo hizo por agradar al yanki, un presidente inepto, colonialista y déspota. También por arrimar el cazo y recoger las migajas. De ahí el Informe Chilcot o las revelaciones de Ernesto Ekaizer y lo ridículo y faldero que resulta con el tiempo ese comportamiento.
De ello se deriva su responsabilidad directa en todo lo ocurrido, en los más de un millón de muertos, en el expolio de petróleo y otros recursos del país y en la pobreza y miseria generada que tuvieron como consecuencia el surgimiento del Estado Islámico (junto a la financiación y promoción de USA-ALIADOS-OTAN-OCCIDENTE).
Aznar es responsable directo de millones de muertos, del 11-M, del asesinato de ocho espías españoles en Irak en dos atentados, de los militares españoles fallecidos en la contienda y todos los que se han suicidado o han acabado abandonados o con problemas psicológicos. Es también responsable directo de todas las torturas cometidas (los españoles también torturamos), de los periodistas fallecidos (Couso y Anguita) y es, finalmente, responsable directo de parte de los 65 millones de desplazados que vagabundean desesperados por la guerra invisible que vivimos.
Sé que en este país se fomenta el silencio y se premia la insinuación. Sé que se aplaude hasta la exasperación aquellas palabras que sin decir dicen, se eleva a la categoría de arte dibujar un personaje sin mostrar su rostro. Los millones de muertos no merecen eso, no merecen bisutería. Aznar (y otros muchos) es un criminal de guerra y este país no será decente hasta que sea juzgado como tal o, al menos, señalado y repudiado de forma unánime por todos los medios de comunicación y la sociedad.
Su crimen ocasionó la muerte de millones de personas y la destrucción de millones de futuros, nuestro crimen es esconderle en la impunidad y la insinuación.
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra.

lunes, 8 de agosto de 2016

La invasión a Irak es un crimen

La guerra e invasión de Gran Bretaña y EE.UU. ha contribuido mucho al debilitamiento de Irak y al surgimiento del “Estado Islámico”
  16/7/2016 http://www.eldiario.es/contrapoder/invasion-Irak-crimen_6_537956209.html
 
La invasión a Irak liderada por EE.UU. y Gran Bretaña a inicios del año 2003 es un crimen. Durante más de trece años de conflicto armado han muerto cientos de miles de personas. Todos los actores involucrados, incluyendo a EE.UU. y Gran Bretaña, han cometido crímenes de guerra, masacres, torturas y otros delitos. No esperamos ninguna autocrítica por parte del ex primer ministro británico Tony Blair y el informe publicado el pasado miércoles por la comisión investigadora británica (Irak Inquiry) –presidida por Sir John Chilcot– tampoco cambia para nada las cosas. No obstante, las conclusiones de Chilcot son muy claras: la decisión de Gran Bretaña de participar en la invasión fue prematura pues no se habían agotado todas las otras opciones. El Gobierno de Blair actuó sobre la base de información falsa; no sólo en cuanto a la información manejada por la inteligencia, sino que la guerra misma carecía de justificación jurídica.
Al mirar en retrospectiva la decisión de ir a la guerra, hay que recordar que tanto Saddam Hussein como su vecino sirio Baschar al-Assad cometieron gravísimas violaciones de los derechos humanos. Hussein es responsable por crímenes de lesa humanidad cometidos contra los kurdos y el pueblo chiíta en su país, además de la tortura sistemática en la cárcel de Abu Ghraib, décadas antes de que lo hiciera EE.UU. De modo que sería injusto culpar sólo a las potencias occidentales por la inestabilidad de la región. Pero de todos modos, la guerra e invasión de Gran Bretaña y EE.UU. ha contribuido mucho al debilitamiento de Irak y al surgimiento del “Estado Islámico”.

El informe de Chilcot no puede ser lo único

Es importante y está bien que Gran Bretaña –a diferencia de muchos otros– discuta y enfrente los errores políticos cometidos en este período y las violaciones de los derechos garantizados por la carta de las Naciones Unidas. En este sentido, el largo informe requerirá de una cuidadosa evaluación. Uno esperaría que luego de estas violaciones y delitos, los políticos y militares responsables fueran llevados ante la justicia, pero el problema es que el informe de Chilcot no es vinculante jurídicamente. La única opción sería –tal como dice el propio Chilcot– constituir un tribunal reconocido internacionalmente para juzgar y aplicar sanciones.
Podríamos pensar en la Corte Penal Internacional de La Haya que es la continuadora de los tribunales militares de Nuremberg, creados para juzgar a los criminales nazis responsables por la guerra de agresión alemana, llamada “la madre de todos los crímenes”. Pero la verdad es que sólo a partir de 2017 será posible conducir investigaciones o presentar demandas contra estos delitos en La Haya, además las investigaciones no serán aplicadas retroactivamente y sólo regirán para los países que decidan someterse a la corte.
Hoy en Gran Bretaña, los políticos y juristas piensan en aplicar una antigua ley para hacer una acusación pública (impeachment proceedings en inglés) contra Blair. Pero siendo sinceros, creemos que falta sustento jurídico para eso.
El trabajo de mi organización, el European Center for Constitutional and Human Rights, se limita a los casos de torturas y malos tratos cometidos por los militares británicos y agentes de inteligencia contra los prisioneros de guerra iraquíes. A inicios del año 2014 las autoridades de la fiscalía de la Corte Penal Internacional de La Haya iniciaron investigaciones preliminares al respecto y esperamos que el secretario de defensa de Blair, Geoff Hoon, sea citado a declarar. Pero para saber si Blair es responsable penalmente por las torturas se requerirían más diligencias de investigación. Se debiera ejercer presión para realizar mejores investigaciones en La Haya e idealmente también en Londres, pues hasta ahora, la impunidad reinante en relación con la invasión a Irak nos deja insatisfechos. Del informe de Chilcot se pueden tomar bastantes lecciones políticas para evitar una nueva guerra, lo mínimo sería reformar el derecho penal.
 

Turquía: El golpe no falló, ha sido un éxito total

*Profesor de Relaciones Internacionales. Autor de Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos.
El rápido fracaso la asonada militar en Turquía ha llevado a considerarla un golpe de estado fallido cuando ha ocurrido todo lo contrario. Transcurrido casi un mes desde la asonada, algo evidente puede concluirse. Contrariamente a lo que se ha creído, el golpe de estado no fracasó: ha sido un éxito absoluto y todos sus objetivos han ido siendo alcanzados a lo largo de estas semanas por el promotor del golpe, el presidente Recep Tayyip Erdogán, a quien sería preciso felicitarlo por su audaz y exitosa jugada. Para alguien modestamente enterado de la dinámica de un golpe de estado militar –de los de verdad-, sobre todo cuando el ejército golpista tiene una vasta experiencia –caso de Turquía-, nada encajaba en la asonada militar. 

De entrada, los golpistas no buscaron capturar al presidente, sino que éste voló, tranquilamente, del balneario donde estaba ¿descansando? hasta el aeropuerto de Estambul el cual, cosa curiosa, no había sido tomado por los golpistas. Éstos cañonearon el Parlamento, donde no había nadie, pero fueron incapaces de controlar la televisión estatal, a la que llegó –milagros de Alá- un mensaje por teléfono móvil de Erdogán, que fue retransmitido de inmediato (los militares se habían retirado). Un ejército que posee más de 37700 tanques sacó unos cuantos a la calle que ‘la multitud’ dominó tan fácilmente que los soldados parecían instruidos no para luchar, sino para rendirse. Más que asonada, payasada. 

Demasiadas preguntas quedaban sueltas: ¿no es sorprendente la rapidez con que ha venido sucediendo todo en Turquía, desde la asonada militar a la represión general, sin que ningún general se queje? ¿Todos los 700.000 militares educados en el kemalismo y el golpismo ahora obedientes como colegiales, mientras Erdogan realiza purgas de escándalo? ¿Está realmente sólo Erdogán en esta aventura o hay un poderoso padrino detrás, lo que explicaría tanta obediencia? ¿O son varios los padrinos?

Nada absolutamente que ver entre esta asonada y el golpe militar de septiembre de 1980, dirigido por el general Kenan Evren. Ese año, los golpistas detuvieron a unas 650.000 personas, fueron ejecutadas más de 7.000 y registraron a casi dos millones de personas como sospechosas de ser ‘criminales’. En el poder estuvo Evren hasta 1989. Excepción hecha del número de víctimas, el golpe de Erdogán (o contragolpe, si algún purista desea llamarlo así), guarda similitudes con el de Evren. Inmediatamente después de haber ‘fracasado’ la asonada militar, don Recep Tayyip inició una purga implacable contra todos sus enemigos políticos, reales o potenciales, en todas las instancias del Estado, desde el Ejército hasta el Ministerio de Educación, superando la cifra de represaliados las 70.000 personas, incluyendo 42.000 maestros y académicos universitarios (gremios asazmente peligrosos, como bien se sabe), más de 3.000 jueces y personal judicial (ingratos al poder) y hasta 1.400 trabajadores de banca (que no banqueros: a esos, como al teflón, nunca se les pega nada en ninguna parte del mundo).

Pensar que estas purgas no estaban preparadas sería pecar de extrema ingenuidad. Meses debía llevar el señor Erdogán elaborando minuciosamente los listados, para que no quedara nadie libre de culpa, ni siquiera los enemigos muertos. Es aquí donde la asonada encontraría explicación. Fue animada desde el poder para servir de pretexto para encubrir el verdadero golpe de estado, civil, dirigido a tumbar todo atisbo de oposición al proyecto autoritario e islamista de Erdogán, sobre todo en lo referente al Ejército, que el presidente turco desea ver recluido, como nunca antes, en sus cuarteles. 
Turquía no es Egipto y Occidente no puede darle el lujo de que Turquía se descomponga
¿Por qué el golpe? Todo parece apuntar al proyecto más querido de Erdogán, que es islamizar Turquía y convertirse él en el faro-guía del mundo musulmán, para rivalizar con la potencia creciente de Irán, cuya influencia –tras el acuerdo nuclear- no cesa de crecer en Oriente Medio y Próximo, frente a una Turquía que ve cada día más reducida su influencia. Porque Turquía tiene casi dos décadas de frustraciones y fiascos. El país vio fracasar el proyecto pan-turco de los años 90, alentado por Occidente, que pretendía hacer de Turquía el hermano tutelar de las repúblicas turcomanas ex soviéticas y al que Rusia le puso fin en los primeros años del siglo XXI. Está viviendo el fracaso de su política intervencionista en Iraq y Siria, en contubernio con la OTAN, usando al Estado Islámico como instrumento. Se hallaba enfrentada a Rusia por el derribo del cazabombardero Su-24, que causó serios quebrantos económicos, políticos y militares a Turquía. Sufre el ascenso del movimiento kurdo dentro y fuera de sus fronteras, un movimiento apoyado por su querido aliado EEUU y, para remate, veía cómo el islamismo radical empezaba a salírsele de las manos y golpeaba a la propia Turquía… Un ambiente propicio para soñar con rehacer el país, marcar distancia con Occidente, que sólo problemas le ha creado (lo que explicaría sus elogios a la pena de muerte y, sobre todo, su acercamiento a Rusia, con cuyo presidente se reunirá el 9 de agosto) y, por último, para librarla (veremos por cuánto tiempo) de la herencia de Mustafá Kemal, reordenando Turquía desde el islamismo ‘suave’ que profesa Erdogán.

¿Amenaza también de nuevas alianzas para acallar las quejas de Occidente? ¿Con Rusia y China quizás, ante el declive de EEUU? Sorprendente la arrodillada de Erdogán ante Rusia, pidiendo perdón por el derribo del Su-24 y, tras el golpe, ordenando la captura de los pilotos que derribaron la aeronave. Pese a tales gestos, no cabe dudar de que Turquía siga siendo miembro fiel de la OTAN, pues esa raya sí que no puede atravesarla Erdogán, pues tendría que sufrir las iras de EEUU y la UE. Por otra parte, siguen siendo prioridad para EEUU contar con una potencia musulmana aliada que le sirva para contrarrestar a Irán, dado que su peón saudí no tiene talla suficiente para asumir ese desafío. Eso explicaría la indulgencia con que Occidente sigue la situación turca.

Con todo, no pararán las sorpresas en ese país, al que su presidente parece querer devolver a sus esencias asiáticas que –por mucho que se empeñaron Kemal y sus seguidores- nunca ha abandonado. Porque Turquía es asiática y musulmana, pese a todos los esfuerzos de EEUU, atendiendo a su estratégica situación geográfica, por transmutarla en europea por imperativos geopolíticos, contra la voluntad de Europa, que la quiere de perro guardián, pero no de socia, mucho menos de miembro de la UE. 

El mundo sigue cambiando, aunque Europa se empeñe en negarse a ver los cambios. Si no hay otro golpe que ponga fin al proyecto de Erdogán (posible, pero no probable por el riesgo de radicalización de los islamistas turcos, que pasarían de perseguidores a perseguidos: Turquía no es Egipto y Occidente no puede darle el lujo de que Turquía se descomponga. Eso sí que sería su naufragio en Oriente Próximo), veremos a dos repúblicas islámicas disputándose la hegemonía en Oriente Medio y Próximo: la atlantista –por ahora- Turquía y República Islámica de Irán, aliada de Rusia y China. La próxima reunión entre Putin y Erdogán dará muchas pistas sobre el derrotero que quiere seguir el presidente turco. Mientras tanto, se admiten apuestas. Desde aquí hacemos una: la OTAN y la UE pierden. Rusia e Irán ganan. China se ríe. Los sauditas lloran.

domingo, 7 de agosto de 2016

Turquía: urge investigar, de Baltasar Garzón

Una violencia desmesurada y un atentado contra las libertades. Todo resulta demasiado sospechoso, desde la evolución del propio golpe a la represión. Esto lleva a pensar que la intentona ha sido especialmente oportuna.  

http://elpais.com/elpais/2016/07/25/opinion/1469446267_679280.html

En Turquía, los jueces y los fiscales, como los periodistas, los enseñantes y todos aquellos que estaban cuestionando la deriva del régimen de Recep Tayyip Erdogan hacia el islamismo radical, son carne de cañón. Y lo que más preocupa es que las detenciones comenzaron antes del fallido golpe militar. Eso lleva a pensar que esta acción violenta puede haber tenido el objetivo de llevar a cabo una depuración para partir de cero.



Más de 20.000 personas represaliadas; muertos, heridos... Casi tres mil jueces y fiscales destituidos por la Junta Superior de Jueces y Fiscales del país a las doce horas de la asonada. Puedo atestiguar que antes de que los violentos hechos se produjeran, instancias como la española Unión Progresista de Fiscales o MEDEL (Magistrados Europeos por la Democracia y las Libertades), que agrupa a más de quince mil jueces y fiscales europeos y es la asociación a la que está afiliada la turca YARSAV, estaban gestionando la libertad o al menos el contacto con los colegas que habían sido detenidos y encarcelados por el régimen de Erdogan. No les había permitido entrar en determinadas prisiones de Turquía para conocer la situación de jueces y fiscales recluidos tiempo atrás.
Frente a esta acción motivada por la preocupación de los sectores más progresistas y solidarios de la magistratura y la Fiscalía en Europa, a la que ha sumado su voz la española Jueces para la Democracia, hay que preguntarse por el silencio que alcanza ya la categoría de ruido de instancias como nuestro sacrosanto Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Un órgano presto a sacudir a aquellos jueces que sacan los pies del tiesto oficial y a cambiar nombramientos como cromos para mayor comodidad del partido en el Gobierno, pero remiso, como se puede ver, a tomar una postura solidaria ante los colegas, compañeros turcos, que están indefensos ante un poder irracional sin que el Derecho que detentan les ampare. En sectores judiciales de nuestro país se hacen cruces de la postura de inhibición y de falta de empatía o de la mínima solidaridad del Consejo.
Pero más aún. Esa falta de pronunciamiento alcanza el rango de estrépito si añadimos que el Ministerio de Justicia ha llevado a cabo durante varias ediciones un programa europeo de formación de jueces y fiscales turcos en materia de libertad de expresión y terrorismo e independencia judicial... con la participación del Tribunal Constitucional, de la Fiscalía General del Estado y del propio CGPJ. El desafuero viene de atrás. Hace apenas una semana, Samir Nair escribía en EL PAÍS que el comisario europeo para la Política de Vecindad, Johannes Hahn, “acaba de afirmar que el poder turco tenía en sus manos, desde hace meses, listas de personas que apartar 'un día u otro’ del sistema social y político”. Y tras calificarlo de “golpe de Estado de ensueño para cualquier poder autoritario”, lo define como “represión desproporcionada sistemática y sin cuartel del presidente turco contra sus adversarios”.
Así es. Una violencia desmesurada y un atentado contra las libertades. Todo resulta demasiado sospechoso. Desde la evolución del propio golpe a la represión. ¿Qué necesidad había de llevar a cabo tal criba humana tras haber fracasado la acción golpista? Sin olvidar esa utilización de los ciudadanos... Da la impresión de que el golpe ha sido especialmente oportuno. Y esto lleva a pensar en que de esa forma se han podido justificar decisiones que antes no era posible implantar.
¿Quién era el enemigo? Sin despreciar al elemento castrense, que merecería un discurso aparte, y solo centrándome en parte de la sociedad civil, lo agrupo en tres bloques. Primero, el de enseñantes, educadores, personas que se dedican por vocación y oficio a formar a las jóvenes generaciones. Elementos de alto riesgo para cualquier régimen que quiera inculcar determinadas nociones en los nuevos ciudadanos. Sin olvidar que, según los expertos, es en este sector en el que más seguidores hay de Fetulá Gülen, el clérigo al que se acusa de estar tras el fallido golpe. Resultado: el cierre este fin de semana de 1.043 escuelas y 15 universidades privadas.
Segundo: periodistas, muy peligrosos por su empeño en relatar lo que ocurre e incluso en investigarlo, contrastar y dar información a la ciudadanía sobre las actuaciones del poder y la situación. Individuos a abatir en cuanto no hablen al unísono con la voz oficial que no permite que la realidad estropee una buena consigna o un país imaginario.






Solo una vigilancia estrecha puede paliar los nocivos efectos de un posgolpe que sobrecoge
Por último, me refiero de nuevo a los jueces y fiscales. 2.745 cesados; no se sabe bien cuantos encarcelados... En sus manos está la aplicación de lo que dicta el Derecho. Para ejercer su trabajo necesitan independencia. Una independencia que estorba al poder cuando no es democrático y pretende que la norma sea interpretada de acuerdo con lo que más conviene a los intereses del Gobierno. Jueces y fiscales, elementos a extirpar cuando pretenden hacer su trabajo dignamente.
Enemigos reales y conflictivos difíciles de eliminar en tan elevado número —no nos engañemos— en una situación democrática. ¿Ha sido, pues, este el camino más directo de Erdogan para suprimir indeseables actitudes contrarias y molestas? Podría pensarse que sí cuando a los hechos se añaden las afirmaciones sobre una reinstauración de la pena de muerte que fue abolida en 2004 como condición para que Turquía pudiera ingresar en la Unión Europea. Da la impresión de que Turquía se aleja a pasos de gigante de los derechos humanos que debería abrazar para ser uno más en el conjunto de Europa.
Falta mucha información y es preciso averiguar cuanto antes qué está pasando en un país a cuyo Gobierno le falta transparencia. Veremos si los 300.000 documentos que WikiLeaks ha anunciado hará públicos y que se extienden hasta una semana antes del golpe de Estado, arrojan luz sobre la situación.
Para averiguar qué ha pasado, y sobre todo qué está pasando ahora, es imprescindible que Europa obligue a Turquía a dejar que se conozca la verdad. Hay que propiciar la creación y el trabajo de una comisión internacional de investigación. En este empeño hay que estar dispuestos a trabajar de forma coordinada en esa línea para ayudar a los ciudadanos turcos a recuperar la libertad y los derechos fundamentales que, mucho me temo, están terriblemente amenazados. Solo una vigilancia estrecha y comprometida desde las diferentes instituciones europeas y desde la sociedad civil, pueden conseguir paliar los nocivos efectos de este posgolpe que sobrecoge.
Baltasar Garzón Real es jurista y presidente de FIBGAR