Mientras los de los papeles de Panamá y las cajas B gozan de su 
impunidad, los vendedores ambulantes ingresan en prisión y en los CIE
Movimientos sociales miran a otro lado porque "esto no va de feminismo", "esto no va de LGTBfobia" o "no va de independencia"
Nuestros ejes de reivindicación no pueden ser burbujas aislantes: hay que articular las luchas
http://www.eldiario.es/pikara/Messi-mantero_6_543905606.htmlMovimientos sociales miran a otro lado porque "esto no va de feminismo", "esto no va de LGTBfobia" o "no va de independencia"
Nuestros ejes de reivindicación no pueden ser burbujas aislantes: hay que articular las luchas
En Barcelona se está encarcelando a vecinos por vender 
productos en la calle. Se los acusa de pertenencia a grupo criminal y de
 un delito contra la propiedad industrial ya que los productos, dicen, 
son ilegales. En cualquier caso, aclaremos que no venden productos 
nocivos, no son armas ni pornografía infantil: son bolsos y gafas de sol
 de imitación. Por si fuera poco,  es el propio 
Fiscal contra los delitos de odio y discriminación de Barcelona, Miguel 
Ángel Aguilar, quien ha pedido su ingreso a prisión. El hombre en quien confiábamos también para temas de LGTBfobia. Estamos en malas manos, no nos queda ninguna duda.
Para poner en contexto qué es un delito y qué es sobrevivir dentro de 
un sistema injusto que exprime a las bases mientras libera a las grandes
 fortunas,  recordemos que las empresas del Ibex tienen más de 800 filiales en paraísos fiscales.
 Telefónica, Repsol, Endesa, Red Eléctrica, Iberdrola, Unión Fenosa, 
Abertis y Ferrovial operan a través de entramados fiscales opacos 
mientras no dudan en cortar los suministros básicos a los hogares más 
vulnerabilizados en esta crisis-estafa. En los llamados Papeles de 
Panamá aparecen, entre otros centenares de nombres, Pilar de Borbón, 
Juan Manuel Soria (ex-ministro de industria), Rodrigo Rato, Mario Vargas
 Llosa o Pedro Almodóvar, por no hablar de la contabilidad B del partido
 que sigue, inexplicablemente, ganando las elecciones. Leo Messi ha 
recibido públicamente el apoyo del Fútbol Club Barcelona después de 
haber sido condenado por delito fiscal. Ninguno de ellos está en 
prisión, ni nadie lo pretende. Jose María Aznar apoyó la invasión de 
Iraq en 2003 bajo mentiras demostradas y en contra de la legalidad 
internacional, bajo la batuta de George Bush y Toni Blair. ¿Alguno de 
ellos ha sido detenido?  España bate récords de 
venta de armas a Arabia Saudí, que está bombardeando Yemen y apoyando o 
haciendo la vista gorda al apoyo de sus acaudaladísimos súbditos a 
Daesh. ¿Y el grupo criminal son unos vecinos por vender en la calle 
sobre una manta?
Si unos reciben el aplauso general por ser los más 
listos del barrio en un país que admira y encumbra la picaresca de altos
 vuelos, y otros reciben la persecución y las iras de la población, es 
porque estos últimos son pobres, migrantes, negros y rebeldes. Manteros.
 Porque  al españolito medio, como al  catalanet,
 les gustaría ser Messi pero ven en Sidil Moctar, en Lamine Sarr y en 
todos sus compañeros al enemigo, por esa magnífica jugada del sistema 
que hace que nos idiotice el poder y les bailemos el agua, como lacayos,
 a los realmente poderosos que nos están quitando el pan, los recursos y
 la vida.
Por si fuera poco, la cuestión ha 
acabado generando un ruido ensordecedor dentro del que Barcelona en Comú
 y los manteros parecen ser polos opuestos y solo es posible escoger 
bando o instrumentalizar a los unos contra los otros. Pero 
 mientras el ruido avanza y el mundo debate sobre quién paga IVA o lo 
débil, racista o buenista que es Ada Colau, los manteros entran en 
prisión y en el CIE. Esa es la cuestión real, concreta. Y 
muchos movimientos sociales miran hacia otro lado porque “esto no va de 
género”, o “eso no va de clase”, “o esto no va de LGTBfobia”, o “esto no
 va de independencia” . O, en resumen, porque “esto es muy complicado”.
Ni la criminalización de la pobreza, ni el racismo, ni la rebeldía son 
cuestiones temporales, pero la urgencia de la situación es que hoy se 
les está encarcelando a ellos. Hace unos días, el Sindicato de Manteros 
emitió un comunicado que podría haber sido firmado por Ocaña, Pierrot o 
Nazario cuando la policía los metía en esa misma cárcel Modelo de 
Barcelona “por mariconear”, en tiempos de la Ley de Vagos y Maleantes. 
Podría ser un comunicado contra los feminicidios, contra la violencia 
policial y judicial que sufrimos las mujeres por el hecho de serlo. 
 Sus palabras hablan de que el miedo no podrá con ellos, de que la 
desigualdad no se arregla con represión, y de que esta ciudad, la ciudad
 que sea, nos pertenece a todas. Como feminista, estas palabras son mías
 también. Aunque en esta ocasión no hablen de mí, están hablando de todas nosotras.
Nuestros ejes de reivindicación no pueden ser burbujas aislantes que 
nos inmunicen y nos dividan. Que nos vuelvan indiferentes a todo lo que 
no sea la primera persona, el puro egocentrismo también infectando las 
luchas. Porque no están ni en sí mismos aislados. Como apunta Boaventura
 de Sousa Santos, el racismo, el clasismo y el machismo operan de manera
 conjunta constantemente, si bien en cada momento uno de los elementos 
es el que emerge. Pero los otros siguen ahí, posibilitando esa 
emergencia. Hay que atender a la urgencia de ese elemento, sin 
desatender a los otros ejes que lo apuntalan.  
Nuestras luchas particulares, por lo tanto, son los trampolines que nos 
permitan entender todas las luchas, articularnos en todas estas 
urgencias desde el conocimiento propio, situado, desde la propia rabia y
 el propio dolor. Generar las “prácticas políticas 
despatriarcalizadoras” que propone María Galindo refiere a eso. Si 
nuestra lucha concreta, sea la que sea, no nos ha servido para sentir 
como propias todas las luchas y todas las violencias, ¿de qué nos sirve?
El comunicado de los manteros pide que todos y todas “nos ayuden a 
denunciar esta guerra contra los manteros e inmigrantes, que  no se puede estar a favor de los refugiados y no apoyar a los manteros, que también son refugiados.
 Les queremos pedir que levanten su voz contra esta injusticia, que lo 
denuncien en sus medios, en sus trabajos, con sus familias, para que los
 que gobiernan dejen de meter a los pobres en la cárcel”.
No hay tiempo ni espacio, pues, para perdernos en el ruido: tenemos que
 exigir el cese de la persecución y de la violencia. Que salgan de la 
cárcel, que salgan del CIE.  Porque aquí y ahora la lucha de los manteros es la punta de lanza de la lucha de todas.
- Aqu í podéis leer el manifiesto completo y firmar el comunicado de apoyo : https://traslamanta.wordpress.com
 
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