miércoles, 17 de agosto de 2016

Acoso salvaje en la Guardia Civil: viola a una subalterna, la embaraza y la obliga a abortar Leer más: Acoso salvaje en la Guardia Civil: viola a una subalterna, la embaraza y la obliga a abortar.


El sargento de la Guardia Civil O. M. G. estaba casado, pero su estado civil no era impedimento para coquetear con otras mujeres. Flirteó con una subordinada, una guardia de base, y la cosa fue a más. Ambos mantuvieron una relación sentimental, siempre después de que él comentara en su entorno laboral que se había divorciado de su mujer. Jefe y empleada estuvieron juntos tres meses, entre septiembre y diciembre de 2010. En enero y febrero de 2011 continuaron los encuentros esporádicos entre ambos. Hasta que el sargento decidió confesar a su amante que su mujer estaba embarazada y que, por ello, sentía la obligación de volver con ella y poner fin a esa situación extramatrimonial. En ese momento, dejaron de verse.
Siete meses después, sin embargo, el sargento quiso volver a las andadas. Intentó retomar la relación carnal con su subalterna, pero ésta lo tenía claro: todo había terminado definitivamente. Rechazó la proposición y eso sentó muy mal al reclamante, quien inició un "acoso" constante e "insistente" sobre la chica. Él era jefe del Área de Atención al Ciudadano del cuartel, ubicado en la Región de Murcia, y ella, responsable de la Oficina de Violencia de Género, dependiente del primer departamento, con lo que tenían que encontrarse todos los días.
La persecución comenzó sobre todo en el verano de 2011, cuando el superior jerárquico reclamaba insistentemente a su subalterna "para que mantuviera relaciones sexuales con él". Así lo entiende el Juzgado Militar Territorial número 14, que procesó al sargento el pasado 24 de junio precisamente por este acoso sobre la guardia y tras tener conocimiento de los hechos a través de un escrito presentado por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que según la instructora de la causa comenzó a recibir constantes proposiciones vía correo electrónico que ella rechazaba también por este medio "de manera explícita y clara".
Ante la negativa de la chica, los correos comenzaron a tornarse "insultantes, groseros y humillantes", describe el auto de procesamiento, que incluso apunta que alguien intentó 'hackear' la dirección de 'e-mail' de la mujer, como mostraron los diferentes avisos remitidos por Microsoft. Durante varios meses, el sargento intercaló periodos en los que mostraba su deseo carnal y realizaba continuas propuesta sexuales a su subordinada con momentos de "furia" y "enfado" en los que lanzaba "insultos, groserías e improperios" motivados por el rechazo.
En cuanto ella giró la llave, él "entró como un loco" en la estancia y la violó; luego se subió los pantalones y le dijo: "¿Ves como no era para tanto?"
Fue entonces cuando ella comenzó a perder peso y sufrir "trastornos" alimentarios por los que ingresó en Urgencias del hospital La Vega en diciembre de 2011. Pero en seguida volvió al trabajo. Y también su jefe, que se incorporó a principios de 2012 a su puesto tras su permiso de paternidad y que no tardó en volver a acosar a su empleada. Un día, como narra el auto judicial, entró en el despacho, se colocó detrás de ella y le tocó los pechos, momento en el que ella trató de zafarse y le dijo que no la tocara. El sargento, sin embargo, hizo caso omiso a la petición de la guardia, "le sujetó la cabeza y comenzó a besarle el cuello". Las escenas de este tipo "se repetían prácticamente a diario" cuando el hombre advertía que no había nadie en la zona.
En otra ocasión, a la salida del trabajo, "el sargento siguió a la guardia hasta su domicilio y la abordó" cuando esta se bajó del coche. Al verle allí, la chica le pidió que se marchara, a lo que el perseguidor le respondió "en tono amenazante" que abriera la puerta y no montara numeritos. En cuanto ella giró la llave, él "entró como un loco" en la estancia y la violó. Luego se subió los pantalones y le dijo: "¿Ves como no era para tanto?". Desde entonces, narra el auto judicial, fueron "continuos e indeterminados en número (...) los tocamientos, amenazas y accesos carnales" del superior hacia su subordinada, tanto en el trabajo como fuera de él.
Si la mujer cambiaba de ruta para regresar a su casa, él la reprendía. "A tu casa derecha y sin jueguecitos", le recriminaba. Si ella se negaba a acceder a sus deseos, él respondía con mayor carga de trabajo, con cambios en los turnos o amenazas de echarla del puesto, avisos que intimidaban a la guardia, que no olvidaba que tenía un hijo que atender en casa.
Para más inri, la subordinada era la única mujer del departamento. Tan solo durante unos meses hubo otra compañera, que aseguró en sede judicial haberse encontrado "en muchas ocasiones" a la guardia "llorando, sentada en el suelo del vestuario con los pies contra la puerta". "Este cabrón me va a hundir, me voy a tener que cambiar de destino", aseguraba entre lágrimas.

La guardia era la única mujer que había en el departamento de atención al público. (EFE)
La guardia era la única mujer que había en el departamento de atención al público. (EFE)

No fueron pocas las veces en las que el procesado se ponía el turno de noche la madrugada del viernes al sábado, cuando abandonaba su puesto para ir a casa de la guardia. Tocaba el telefonillo "insistentemente", ella le decía que se fuera, que iba a despertar a su hijo, pero él no cesaba hasta que la mujer abría. Ella llegó a desconectar el timbre, como confirman sus compañeros, que aseguraron en el juzgado que para ir a verla había que llamarla antes por teléfono.
En julio de 2012, ella se enteró de que estaba embarazada, se lo comunicó a su presunto acosador, pero solo encontró rechazo en él. "Saca eso de ahí, lo quiero fuera, tu no me vas a joder la vida, entérate bien", le gritaba mientras la sujetaba contra la pared. "Y déjate de llantos", le insistía durante unos días en los que cesaron las visitas nocturnas y las que tenían lugar en el vestuario, pero se incrementaron las amenazas para que abortara hasta el punto de que en una ocasión incluso llegó a darle un golpe en la barriga.
Le indicó que sacara dinero del cajero y que fuera a una clínica abortista, que él le iría dando el dinero poco a poco para que no se enterara su mujer. También le dio permiso para cogerse los días libres. Ante la insistencia y las amenazas, la mujer cedió y acudió a que le practicaran un aborto el 25 de julio de ese 2012. A pesar de que ella no confesó a nadie lo de su embarazo, la jueza instructora asegura que existen referencias a ello en los correos que enviaba el sargento a la guardia.
En diciembre de 2012, la compañera de la chica se fue de vacaciones. Ella trataba de no quedarse nunca a solas con su superior, salía por otra zona del edificio o se encerraba en el baño para evitar encontrarse con él. Pedía a otros funcionarios que se esperaran para salir con ellos y comenzó a usar aseos situados en otras dependencias. Ella no podía seguir atendiendo las demandas sexuales del sargento, que volvió a reaccionar con enfados y cambiándole los horarios.
Cuando ella comunicó al presunto acosador que estaba embarazada, solo encontró su rechazo. "Saca eso de ahí, tu no me vas a joder la vida", le gritó
Como consecuencia, durante unos días, la mujer tenía que levantar a su hijo a las cinco de la mañana, llevarlo con ella a su puesto de trabajo, donde el chico esperaba hasta la hora del colegio. Ella le preguntó que por qué hacía eso, pero él se limitaba a responder con malos modos. "Porque lo mando yo", decía el hombre, que también comenzó a cabrearse porque la mujer no le devolvía las llamadas. Él la obligaba a hacerlo cuando le hacía una perdida, pero llegó un punto en el que la chica decidió no contestar. Fue entonces cuando contó lo que ocurría a unos compañeros, que elevaron la queja ante la Dirección General de la Guardia Civil, que sin embargo no abrió expediente disciplinario debido a que ella "en todo momento negó el acoso y los malos tratos" y rechazó interponer denuncia contra el sargento.
El 13 de abril de 2013, según relata el auto judicial, a media tarde, el jefe ordenó a la empleada que fuera a patrullar con él en el vehículo oficial. El sargento condujo hasta un descampado, paró el coche, se desabrochó el pantalón y le sujetó con fuerza la cabeza para obligarle a que la agachara, pero ella opuso resistencia. Al no poder someterla, le golpeó la cabeza contra el volante y le mordió el cuello. Luego la llevó hasta el puesto malhumorado mientras la guardia lloraba. Una vez regresó ella a su puesto, el hombre entró en su despacho y le lanzó sobre la mesa un pañuelo manchado de semen. "Mira lo que te has perdido", le dijo.
Días después, la víctima puso los hechos en conocimiento de sus superiores, pero volvió a echarse atrás ante el temor, según el Juzgado Militar número 14, a que no la creyeran o a provocar un escándalo. Pidió perdón a la teniente C. S. a la que había anunciado lo que pasaba y se negó a denunciar con actitud -según la propia superior- "de miedo, vergüenza y agobio".

La intervención de la Asociación Unificada de Guardias Civiles fue decisiva para que la denuncia fuera admitida. (EFE)
La intervención de la Asociación Unificada de Guardias Civiles fue decisiva para que la denuncia fuera admitida. (EFE)
El auto señala califica de "grave deterioro físico y mental" el que sufrió la guardia durante todo el periodo en el que sufrió el acoso, que este afectó a su trabajo y a su familia, que le gritaba a su hijo como no solía hacer, que no podía tragar por miedo a ahogarse, que tenía migrañas, palpitaciones, trastornos dermatológicos, dificultades para dormir, que comenzó a tomar antidepresivos y que "no tuvo alivio terapéutico por no haberse sincerado en las consultas a las que acudió", que únicamente utilizaba para reclamar ayuda sintomática. Según el parte médico, "el acoso prolongado ha desencadenado en ella un estado de ansiedad intenso, de miedo, de terror, que la ha sometido", ha provocado en ella una actitud "insana" y "sumisa" que le impedía aplicar "los mecanismos de defensa adecuados".
Según el escrito del juzgado, el procesado "no da explicaciones racionales y coherentes" a las pruebas presentadas en su contra, como los correos "humillantes y vejatorios, las llamadas telefónicas continuas y no atendidas" o los "cambios de servicios e incremento de tareas a la guardia". "Las presuntas agresiones sexuales denunciadas las define como relaciones tras la ruptura, esporádicas y mutuamente consentidas", explica el auto, que sin embargo concluye que el hombre sometía a la mujer para que esta atendiera sus deseos contra su voluntad "so pena de sufrir un mal mayor que podía ser físico" o que podía reflejarse en su trabajo a través de "cambios de servicios, mayor carga de tareas o pérdida del puesto".
"Las vivencias de terror y la reiteración de ofensas han llevado a la guardia a un trastorno psicológico complejo y grave" y los hechos, según el juzgado -que ha retirado el pasaporte al acusado pero le ha dejado en libertad con cargos-, merecen ser calificados como un delito de abuso de autoridad en su modalidad de trato degradante o inhumano en concurrencia con otro contra la libertad e indemnidad sexuales en concurso con lesiones psíquicas graves y maltrato.

martes, 16 de agosto de 2016

Carlos Taibo: “la mayor parte de la gente no sabe a qué tiene que desobedecer”

El profesor y escritor habla de desobediencia, autogestión y patriarcado
Publicado el Jueves 14 de julio de 2016 http://www.larepublicacultural.es/article11185.html

Inma Luna – La República Cultural
 
Carlos Taibo, profesor titular de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid y escritor, ha llegado hasta la Semana Negra de Gijón para presentar su libro Para entender el TTIP. Una visión crítica del acuerdo transatlántico de comercio e inversiones.
Tenía muchas ganas de hablar con él y de plantearle algunas preguntas sobre la realidad sociopolítica española y conocer sus impresiones acerca del futuro, que me temía, no iban a ser muy halagüeñas. Las instituciones, el 15M, el patriarcado o la educación han sido algunos de los temas que han salido en la conversación.
Sé que es mucho pedir, pero, a riesgo de simplificar, ¿cuál es tu impresión sobre la sociedad española actual?
Hay una parte de la sociedad española, y hablo del mundo que quiere cambiar las cosas, que está moderadamente hechizada por la vía electoral parlamentaria, probablemente cada vez menos hechizada por razones obvias y, al mismo tiempo, asistimos, y es la otra cara de la cuestión, a una dramática desmovilización social y laboral, algo que, a los ojos de cualquier persona moderadamente sensible, debería ser un problema grave. Al margen de eso, me parece que la sociedad española está inmersa en una percepción cortoplacista de los hechos, sólo le interesa lo más inmediato, de tal suerte que los debates que remiten a algo más lejano, por ejemplo, la discusión sobre el colapso, prácticamente no tiene ninguna presencia, algo que es alentado por los medios de comunicación que se desentienden manifiestamente de esto.
Es un panorama poco alentador, ¿qué relación pueden tener con este retrato los resultados de las dos últimas convocatorias electorales?
Esto no me interesa absolutamente nada. Obviamente me entero de los resultados, de las polémicas, de las negociaciones, de los desencuentros, pero… a mí me interesan los movimientos sociales, el sindicalismo que resiste, la perspectiva de abrir espacios autónomos…, con lo cual la atención que les dispenso a todas estas materias es muy reducida y lo que yo pueda pensar sobre ello no tiene ningún tipo de interés.
¿A qué crees que puede deberse la actual desmovilización de la gente?, ¿dónde se ha ido la indignación del 15M?, ¿qué ha pasado, es que ya estamos satisfechos?
No es fácil de explicar. Cuando hay un movimiento social existe un momento de subida y otro de descenso, era inevitable que la hipermovilización que alentaba el 15 M entrase en un grado u otro de crisis. Esto es anterior a la irrupción de Podemos; Podemos no es el causante de esa desmovilización, lo que ocurre es que Podemos, y en general las nuevas formas de entender la política institucional es una respuesta desmovilizadora a la desmovilización; lejos de afrontar el problema intentando buscar soluciones, lo que hacen es ratificar el problema, de modo que muchas personas han volcado su atención en la posibilidad de que sus problemas encontrasen respuesta desde las instituciones y esto ha contribuido a fortalecer aún más esa desmovilización general. Ha habido, pues, dos desmovilizaciones, la primera, una quiebra de las capacidades del 15M y la segunda, menos relevante, ha sido la respuesta desmovilizadora a esa desmovilización. De todas maneras no me gusta hablar del 15M en pasado; es un movimiento que existe y que puede dar alguna sorpresa en el futuro, con ese nombre o con cualquier otro; creo además que uno de los legados del 15M es la apertura de espacios autónomos autogestionados, que, no lo acabamos de percibir, pero son hoy dentro de su humildad bastante más importantes de lo que eran antes de 2011 y esta dimensión queda al margen del discurso oficial de los medios de comunicación. Cuando con ocasión del aniversario del 15M en mayo, me llamaron algunos medios de comunicación del sistema era para preguntarme por Podemos y yo estallé en ira, dije: si quieren que alguien hable de Podemos busquen a alguien que hable de eso yo hablo de otras cosas y prefería hablar de esos espacios o de muchas Asambleas del 15M en Madrid que siguen existiendo con un trabajo tan digno que me atrevería a decir que el 15M en Madrid sigue siendo la punta de lanza de la contestación social, sé que es un argumento de ida y vuelta porque es una constatación de que la contestación social es muy débil pero supone que no hay otras instancias que en esto compitan con el 15M lo cual dibuja un panorama estimulante y, al mismo tiempo, muy delicado.
¿Es posible luchar contra el sistema capitalista buscando resquicios, modos de vivir y relacionarnos al margen?
La mayoría de las personas que están en esa lucha buscan construir una sociedad paralela, al margen del sistema, conforme a reglas distintas como la autogestión, la desmercantilización y la despatriarcalización, pero si el proyecto se queda en eso creo que tiene un interés limitado. Habría que agregar la federación de esas iniciativas, no pueden ser islotes, y la confrontación con el capital y con el Estado. Cualquier espacio ganado por la autogestión, es un espacio perdido por las instituciones y viceversa. Estas ideas biempensantes que sugieren que se pueden hacer las dos cosas al tiempo, me parece que son una superstición y no porque quien las enuncia sea inmoral o estúpido, me limito a sugerir que me pongan algún ejemplo de cómo desde las instituciones se han alimentado espacios autogestionados con consistencia y por un periodo de tiempo largo. No hay ningún ejemplo, lo que obliga recelar de esta perspectiva.
Te has manifestado a menudo como partidario de la desobediencia civil, ¿cómo se articula esto?
Hay que recuperar una cultura de la contestación, que se ha evaporado en los últimos años, sin eso difícilmente vamos a conseguir nada, pero quien se siente hechizado por las instituciones, en el fondo nos está diciendo que ha cerrado el camino de la desobediencia civil o de lo que los libertarios denominamos acción directa. Si la gente reconoce que la abrumadora mayoría de las leyes que padecemos son injustas no les queda más remedio que asumir el camino de esa desobediencia civil. Ayer puse el ejemplo del TTIP, que es de libro, no puede uno limitarse a aprobar mociones en los ayuntamientos de rechazo, tiene que asumir el riesgo de contestar legalmente lo que el TTIP va a implicar. Es difícil, tengo que asumirlo, es difícil para los que trabajamos fuera y también para los que están dentro de las instituciones, pero probablemente tu pregunta apunta al meollo de todas estas discusiones, qué es lo que podemos hacer, hasta dónde podemos llegar, cuál es el coraje que arrastramos y cuál es la cobardía que tenemos. No tengo repuestas sencillas.
Probablemente la raíz del problema esté en la desinformación. La gente ni siquiera sabe a qué tiene que desobedecer.
Ayer puse sobre la mesa la distinción entre el régimen y el sistema. La mecánica de los medios de comunicación permite una discusión sobre el régimen, pero no permite una discusión sobre el sistema. Te permite discutir sobre si es saludable o no el bipartidismo, sobre la casta, sobre la corrupción incuso sobre la república o la monarquía, porque cree que no supone nada grave, pero falta en todas las tertulias una discusión sobre lo que es el capitalismo, sobre lo que es la sociedad patriarcal, las guerras imperiales, sobre la crisis ecológica y el colapso y esto, claro, conduce a lo que tú has afirmado con buen criterio, la mayor parte de la gente no sabe a qué tiene que desobedecer. Tiene, en el mejor de los casos, una percepción vaga de que hay demasiadas cosas que van mal, pero parece pensar que esto no reclama más que acudir a las urnas cada cuatro años y votar a una opción política que cambiará las cosas. Llevamos mucho tiempo con este esquema sin que haya cambiado nada sustancial.
Si tenemos estos medios de comunicación, intoxicadores en su mayoría, ¿podemos confiar en la educación para generar una conciencia crítica entre los jóvenes?
Mi impresión es que si emerge entre los jóvenes conciencia crítica no será a través del sistema educativo. Y, subrayo, ni siquiera a través del sistema educativo público, que yo creo que tenemos idealizado como si no tuviese que ver con la cultura de la competitividad, de la productividad, con la aceptación de las reglas de juego del mercado de la sociedad patriarcal. Infelizmente en muchas ocasiones es un reproductor de la lógica del capital. Puedo hablar desde mi experiencia como profesor de la universidad: si en las universidades hay algún fermento de rebeldía llega de los alumnos, no de los profesores y es muy limitado, hablo de una reducida minoría de alumnos que, por ejemplo, empiezan a contestar lo que es uno de los dramas contemporáneos, el discurso meritocrático, que tiene mucho que ver con Podemos, eso de nosotros que hemos hecho dos carreras y un máster en Estados unidos, hemos sido marginados y somos castigados, que es verdad, pero vosotros, en medio de todo, sois los privilegiados en una sociedad la mayor parte de cuyos jóvenes ni siquiera han podido acceder a esto, así que hay que manejar inteligentemente ese tipo de discursos porque pueden conducir a una propuesta elitista en grado extremo.
De todos modos, creo que el colapso llegará en un par de décadas y la apuesta en el sistema educativo, si estuviésemos plantando las semillas, que no lo estamos haciendo, va a llegar tarde, tendremos que buscar otro tipo de procedimientos para que la cabeza de la gente espabile o si no acabará espabilando en contacto físico con la tragedia, que es una manera como cualquier otra de espabilar, pero probablemente no es la mejor.
Quizá parte de esta nueva élite de la que hablabas es la que está culpando a la clase obrera de su propia desaparición, al menos de su falta de respuesta al sistema.
Habría que distinguir, y lo digo con cautela, entre clase obrera y clase trabajadora, porque son dos cosas que tienen cierta intersección pero son diferentes. Tiene uno que huir de dos extremos, uno, de decir que ha desaparecido, con lo cual no tiene uno que pensar en ella ni imaginar ningún horizonte vinculado con ella, mentira, la clase obrera sigue existiendo; el otro conduce a la tentación de pensar que la clase obrera es la misma que hace cien años, también es mentira, el sistema ha conseguido generar mecanismos de engatusamiento a través de la lógica del consumo que hace que muchas personas que estarían llamadas a contestar al sistema dejen de hacerlo e incluso voten a fuerzas políticas de extrema derecha. Me niego eliminar cualquier discurso relacionado con la clase obrera pensando que el sujeto emancipador es más amplio que la clase obrera. Al margen de esto, por momentos me parece que estamos regresando a muchas lógicas laborales propias de hace cien años, con lo cual deberían reaparecer mecanismos de resistencia que se parezcan más a esos, como un sindicalismo de combate frente al sindicalismo de pacto existente que está integrado en ese proceso de desresponsabilización y desaparición de la clase obrera.
Entonces se trataría también de revisar el concepto de trabajo…
Por supuesto, mi último libro intenta hacer eso y este es uno de los problemas centrales que tenemos todas las tradiciones de los movimientos de izquierda, también la mía, la libertaria. Ese lema que aparecía en los campos de concentración y de exterminio nazi de “El trabajo os hará libres” lo tenemos dentro de la cabeza y me temo que el trabajo rara vez nos hace libres, al menos el trabajo que conocemos histórica y tradicionalmente, que es un trabajo asalariado, materializado en la explotación. Claro que tenemos que salir de este imaginario del trabajo y buscar otras fórmulas distintas que nos inviten a contestar lo que significa el salario, lo que significa la absorción de nuestro tiempo en provecho de los intereses empresariales. En este ámbito, el mundo libertario no va por delante de los otros, está inmerso en la misma miseria.
Y en el terreno del patriarcado, al que hace usted referencia en muchas ocasiones, ¿cómo lo asimila el movimiento libertario?, ¿está en contra sólo en la teoría o también en la práctica?
Con muchas contradicciones, por utilizar la fórmula que acabas de esgrimir, con general lucidez teórica y, luego, problemas en la práctica. Una de las diferencias fundamentales entre la cosmovisión libertaria y las demás de la izquierda es que se supone que los libertarios somos plenamente conscientes de que formamos parte del engranaje y de los valores y principios del sistema que queremos contestar, lo cual influye poderosamente en nuestra percepción de los hechos y ahí es donde entra el influjo poderosísimo de las prácticas patriarcales, incluso dentro del mundo libertario, con lo cual las contradicciones están servidas
Parece que el patriarcado beneficia a todos los sistemas de poder. ¿Crees que debemos situarnos también las mujeres en primera fila de esta lucha?
Muchos de los discursos feministas no son necesariamente antipatriarcales. Se plantean demandas muy razonables, pero que no van más allá (contra el maltrato, contra las violaciones, por la igualdad de salario, de presencia en los diferentes trabajos), me temo que detrás de todo esto hay una contestación débil de la sociedad patriarcal y esto es un problema también del propio discurso feminista o para decirlo de manera más precisa, de muchos discurso feministas, con lo cual hay aquí un problema que surge ya desde las mujeres, suponiendo que el discurso feminista sea privativo de las mujeres, que no creo que deba serlo. Me haces una pregunta muy difícil. ¿Cómo salimos del patriarcado?, ¿de la lógica del capitalismo? La llevamos dentro de la cabeza, lo primero que tenemos que hacer es reconocerlo. Yo no sé cómo salimos, tengo la impresión de que construyendo relaciones personales distintas empezaremos a mejorar en esto, pero para ser completamente honesto, esos espacios autónomos que yo defiendo, en muchos casos han progresado en materia de autogestión y de desmercantilización, y conservan incólumes todas las reglas del juego de la sociedad patriarcal, lo cual quiere decir que el problema desde luego está ahí.
Cuando hablabas del TTIP, explicabas que afectará más a las mujeres como cuidadoras o porque somos las que ejercemos trabajos más precarios…, es decir, ni siquiera se nos considera a la misma altura que los hombres en temas tan generales. Esto nos victimiza de alguna manera: nos va a perjudicar más porque ya somos las más perjudicadas…
Contestar la sociedad patriarcal es contestar la sociedad y eso extremadamente difícil, tiene que ver con algo que has dicho tú, podemos conceptualmente establecer diferentes ámbitos de contestación: el económico, el del trabajo… pero es todo lo mismo, todo un bloque, de tal manera que a veces salimos en alguno de esos ámbitos pero dejamos los otros aparcados como si nos fuésemos plenamente conscientes de lo que significan o como si no tuviésemos fuerza suficiente para hacer frente a todo eso, pero en efecto reconozco que salir de esto es extremadamente difícil
También te preocupa la cuestión demográfica, ¿qué nos recomiendas en ese sentido?, ¿dejamos de tener hijos o qué hacemos?
No concibo la cuestión demográfica en esos términos tan utilitarios de los hijos; estoy escribiendo sobre el colapso y entre las presuntas causas se habla del cambio climático y del agotamiento de las materias primas energéticas, pero hay otras causas que sería ingenuo pensar que tienen una relevancia menor, una es la demografía, el planeta se nos va en término de número de seres humanos tanto más si concebimos los derechos de las otras especies con las que lo compartimos. Está la crisis financiera, los problemas sociales atávicos de los países del sur, todo esto configura una bola ingente. Las discusiones demográficas rara vez solo son exclusivamente demográficas, como decíamos sobre el patriarcado. Cuando se pregunta cuántos seres humanos puede mantener el planeta tierra, la única respuesta decentes es “depende”, depende de qué modelo de ser humano tengas en la cabeza. Si estás pensando en los niveles de consumo de un campesino de Burkina Faso la tierra da para mantener a 23.000 millones de seres humanos, si estás pensando en los niveles de consumo de un madrileño o un barcelonés que viaja una vez a al año a Cancún y otro a las Islas Seychelles, no da para mantener a 800 millones, así que la discusión no es solo demográfica sino relacionada con nuestro modelo económico, social, ecológico y político.

lunes, 15 de agosto de 2016

18 de las 35 empresas del IBEX forman parte del patronato de la Fundación Princesa de Asturias

Las empresas del IBEX 35 usan la presencia en la Fundación como método de influencia y posicionamiento económico. Por Medios CC/CL -

18 de las 35 empresas del IBEX forman parte del patronato de la Fundación Princesa de Asturias
La Marea | 28 mayo 2016

MADRID// Nada escapa a la presencia e influencia de las empresas del IBEX 35. La institución de la monarquía es uno de esos lugares donde las grandes corporaciones del selectivo español no sólo están presentes, sino que son hegemónicas. La presencia en la Fundación Príncipe de Asturias ha sido un modo de comprar un acceso al despacho principal de la Casa Real, como ya contó La Marea en un reportaje de 2013. “Las aportaciones [anuales] de cada uno son bajas: 70.000, 80.000, 100.000 euros… y con ellas consigues un ticket para sesiones privadas con él y con grandes empresarios”, contaba a la revista uno de los patronos de la institución.
Con la llegada a la corona y el cambio de nombre a Fundación Princesa de Asturias poco ha cambiado en la hegemonía de las empresas del IBEX 35 en el patronato. 18 de las 35 empresas que cotizan en el principal índice bursátil de referencia de la bolsa española están presentes en el órgano director de la Fundación de la hija del rey de España.
La cercanía de los altos directivos a la institución de la Casa Real no sólo aporta prestigio o ser valedores de la monarquía como pilar fundamental del statu quo; los viajes económicos con el rey Juan Carlos de estas empresas fueron habituales durante el reinado del penúltimo rey Borbón. La abdicación no ha cambiado un ápice la forma de funcionar de las empresas del IBEX con respecto a la monarquía. La omnipresencia en todos los órganos de presión o de influencia del país de las empresas del IBEX 35 son uno de los puntos fundamentales de su ejercicio de influencia en la legislación y la política española.

Empresas del IBEX presentes en el patronato de la Fundación Princesa de Asturias.
1- Fundación Focus-Abengoa
2- Acciona
José Manuel Entrecanales Domecq, presidente
3- Arcelor Mittal España
Gonzalo Urquijo Fernández de Araoz, presidente
4- ACS Actividades de Construcción y Servicios
Florentino Pérez Rodríguez, presidente
5- Banco Bilbao Vizcaya Argentaria
Francisco González Rodríguez, presidente
6- La Caixa
Isidro Fainé Casas, presidente
7- Grupo Endesa
Borja Prado Eulate, presidente
8- Iberdrola
José Ignacio Sánchez Galán, presidente
9- Fundación Mapfre
Antonio Huertas Mejías, presidente
10- Fundación Juan-Miguel Villar Mir
Juan-Miguel Villar Mir, Marqués de Villar Mir, presidente (OHL)
11- Banco Popular Español
Ángel Ron Güimil, presidente
12- Repsol
Antonio Brufau Niubó, presidente
13- Banco Sabadell
José Oliu i Creus, presidente
14- Fomento de Construcciones y Contratas
Esther Alcocer Koplowitz, presidenta
15- Grupo Santander
Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola O’Shea, presidenta
16- Sacyr
Manuel Manrique Cecilia, presidente
17- Técnicas Reunidas
José Lladó Fernández-Urrutia, presidente ejecutivo
18- Telefónica
José María Álvarez-Pallete López, presidente

domingo, 14 de agosto de 2016

La filosofía del emprendimiento y la culpabilización del desempleado. Emprender. ¿Cuestión de actitud?, de Celia Fernández

Celia Fernández nos ofrece un interesante post en torno a un item retórico muy de moda: el emprendimiento. La autora menciona que "la filosofía del emprendimiento tuvo una gran promoción por parte de los portavoces del poder, como manera de generar una filosofía de culpabilización del desempleado". La retótica del emprendimiento debemos comprenderla en su papel de "idea fuerte de la ideología dominante", como expresa esta socióloga gallega, una especie de "fetiche del pensamiento neoliberal presentada como la gran solución al futuro laboral" desde el poder.
Agradecemos a la autora su permiso para traducir y publicar en el blog este texto.
@VigneVT - miércoles, 13 de julio de 2016
http://blogdelviejotopo.blogspot.com.es/2016/07/la-filosofia-del-emprendimiento.html
  

Desde el comienzo de la crisis económica y más en concreto durante lo gobierno del PP, la filosofía del emprendimiento tuvo una gran promoción por parte de los portavoces del poder, como manera de generar una filosofía de culpabilización del desempleado. Es por tanto vender la posibilidad de emprender, para lo cual sólo es preciso "creer en ti mismo" o "luchar por tus sueños" supliendo así la falta de dinero. Emprender es una cuestión de actitud.

Una filosofía muy enraizada en la propia sociedad postmoderna, sociedad del hedonismo y del optimismo obligatorio que venden los coaching (tan de moda en los últimos tiempos). Estos, lejos de la realidad vital de cada uno,  nos acercan pequeñas cápsulas de "sueños" y "alegría" en frases vacías de contenido. Ese optimismo obligatorio que responde al capitalismo más salvaje y en el que engarzamos el emprendimiento que venden desde los ámbitos del poder, y siendo una idea fuerte de la ideología dominante.

La solución del PP durante estos años, incapaz de dar soluciones laborales a la mayoría social, es vender el "emprendimiento para todos".  Haciendo en cierto sentido que seamos responsables de nuestra deriva laboral por no ser capaces de ponernos en el mercado. Es decir, fomentando la ideología de la culpabilización del desempleado. El desarrollo de esta  ideología del emprendimiento enredando la realidad del mercado  dentro de una filosofía darwinista social y guiados por las fuentes neoliberales.

No es casualidad que sean los medios de comunicación social más afines al gobierno del PP, los que presentan y promocionan el emprendimiento como la gran solución al desempleo, ya que fomentar aquél es promocionar una solución y respuesta a la falta de trabajo asalariado.
No se trata de negar la necesidad de proyectos emprendedores, pero sí negar el fomento de la idea o de la filosofía del emprendimiento convertida en una suerte de fetiche del pensamiento neoliberal presentada como la gran solución al futuro laboral, en la que todos y todas aquellas que no encuentren un trabajo asalariado tienen que emprender.

La figura del emprendimiento fue muy útil para el Partido Popular. Le sirvió no solo para esconder las vergonzosas cifras del desempleo, sino también para que el gobierno presente como un éxito el aumento de trabajadores autónomos. Sin duda un síntoma de la ficticia recuperación económica, pero que en realidad en muchas ocasiones esconde la precarización del trabajo asalariado con la figura de los "falsos autónomos". Uno de los mayores fraudes laborales que resurgió con fuerza durante la época de la crisis, con unos 160.000 "falsos autónomos" en todo el Estado según las últimas cifras, y que aumentó de manera exponencial durante la crisis. Durante este últimos años de gobierno del PP, también vendieron este "fraude" como emprendimiento.
Pero en esos discursos oficiales la posibilidad del fracaso no está presente. Si queremos ver esa realidad sólo tenemos que prestar atención a las cifras. En los textos de las escuelas de negocio o de empresa sólo el 0,02% de los textos analizan o hablan del fracaso de las iniciativas emprendedoras. Tampoco en los medios escuchamos que, según los estudios más optimistas,  sólo el 50% de esos proyectos emprendedores, sobreviven a los tres primeros años de vida, algo que no escucharemos en los discursos oficiales.
"Para tener éxito debemos hacer todo el posible por parecer existosos" (François de La Rochefoucalud)

sábado, 13 de agosto de 2016

El radiactivo y millonario desliz del exministro Soria

El Supremo plantea la presunta ilegalidad de los impuestos destinados a financiar la clausura de las centrales nucleares. Según el exresponsable de Industria, su finalidad real es costear el déficit tarifario del sistema eléctrico. Eduardo Bayona - 13 de Julio de 2016
¿Quién asumirá la gravosa factura –unos 13.000 millones-- del cierre en cascada de las centrales nucleares españolas durante los próximos doce años? ¿Las compañías eléctricas que las explotan o el Estado, es decir, el ciudadano vía impuestos? Esta segunda posibilidad va ganando peso desde que, hace unos días, los jueces del Supremo sorprendieran al exministro José Manuel Soria en un –otro-- desliz verbal y pusieran sobre la mesa una contradicción que puede costarle a la Administración casi 300 millones al año.
La Ley de Medidas Fiscales para la Sostenibilidad Energética aprobada por la mayoría del PP a finales de 2012 creó dos nuevos impuestos de contenido supuestamente ambiental y presuntamente ideados para financiar la gestión de los residuos que generan las centrales nucleares y, paralelamente, su posterior almacenamiento por tiempo indefinido, ya que su radiactividad se mantiene durante siglos. Sin embargo, la Sala Tercera del Supremo considera que esos tributos pueden ser ilegales, por lo que ha pedido al Constitucional que se pronuncie sobre ellos, tal y como planteaban Endesa y Unesa, la patronal del sector eléctrico, al recurrir las normas para liquidarlos y señalar la posible inconstitucionalidad de ocho artículos de esa norma. 
El Supremo sugiere, con voto discordante de un magistrado, que el coste del tratamiento de los residuos estaba, “al menos, aparentemente”, cubierto por las cuatro tasas estatales que desde hace casi dos décadas comenzaron a nutrir al fondo nacional del Plan General de Residuos Radiactivos que gestiona la empresa pública Enresa y al que sin embargo, según destacan los magistrados, “ni siquiera queda” adscrita la recaudación de los nuevos impuestos. 
Esa circunstancia lleva a plantearse “serias dudas” sobre su legalidad al tribunal, para quien su finalidad no es “disuadir o desincentivar la actividad de tratamiento y almacenamiento” de los residuos, por mucho que así lo indicara el preámbulo de la reforma del mercado eléctrico, sino que “la verdadera realidad perseguida es la financiación del déficit tarifario por parte de las centrales nucleares”. De hecho, así lo anunció el propio Consejo de Ministros al lanzar la norma, y así lo sostuvo Soria el defender su texto en el Congreso, donde se refirió a la ley como “un proyecto de medidas fiscales que tiene como objetivo obtener ingresos para que, a partir del principio de la sostenibilidad medioambiental y financiera del sistema, una parte –no todo-- del déficit de tarifa previsto para 2013 pueda ser financiado con cargo a estos ingresos”.
Coinciden los cálculos de Gobierno y ecologistas
La Fiscalía apoya las tesis de las eléctricas, cuestiona que los tributos puedan llegar a influir en las empresas que gestionan las nucleares “en orden a la evitación o minoración de los efectos perniciosos para el medio ambiente” que entraña su actividad –algo que sí justificaría su aplicación-- y, al mismo tiempo, pone también sobre la mesa el “solapamiento con otras figuras tributarias”.
Hacienda esperaba ingresar 270 millones por el impuesto que grava la generación de residuos y 19,6 por el que se refiere al almacenamiento hace dos años, 227 y 10 el pasado y 230 y 7 en este. El primero, que obliga a las nucleares a pagar 2.190 euros por cada kilo de uranio y plutonio que irradian al cabo del año y aplica una horquilla de 1.000 a 6.000 por cada metro cúbico de desechos de media a muy baja actividad, se mantendría estable, con una tendencia a la baja por la reducción escalonada de la actividad, hasta el cierre del parque nuclear. Por el contrario, el segundo, que aplica una tarifa de 30.000 euros a cada kilogramo de los primeros materiales por año de custodia y eleva a entre 2.000 y 10.000 el gravamen para el resto, iría creciendo para consolidarse a en sus máximos a finales de la próxima década, cuando el cierre del parque hubiera conllevado, según las estimaciones de Greenpeace, la extracción de 6.700 toneladas de escorias radiactivas.
 

viernes, 12 de agosto de 2016

Hay cosas que quizá sería mejor no saber pero, si necesitas saciar tu curiosidad y conocer lo que Google sabe de ti, puedes empezar por esto

 Por: pijamasurf - 04/28/2016
La masificación del Internet, la aparición de las redes sociales y la popularización de los teléfonos inteligentes, que más que máquinas de enviar y recibir llamadas son minicomputadoras que obtienen, almacenan y envían información nuestra todo el tiempo, han despertado profundas inquietudes sobre cómo conservar nuestra privacidad. Pareciera ser que enormes e impersonales corporaciones son dueñas de toda nuestra información, edad, lugar de nacimiento, lugar de trabajo, domicilio, dónde nos gusta comer, cuánto gastamos, debemos o tenemos en el banco, con quién hablamos, a quién ignoramos y tantas otras cosas que preferiríamos mantener como privadas. Dice la sabiduría popular que la ignorancia suele ser una bendición, pero si quieres dejar de preguntarte qué es lo que Google sabe de ti y descubrirlo, sigue estos pasos: 
2. Asegúrate de haber ingresado con tu cuenta de Google ya que éste sólo salva la información de las búsquedas que has realizado mientras estés dentro ella. Puede que esto no te diga absolutamente todo sobre tus búsquedas pero puede darte (o a cualquier otra persona con acceso) una muy buena idea de tus hábitos en la red. 
3. Selecciona la flecha junto a “última semana” y cámbiala a “todo el tiempo”.  
4. Si quieres ver tu historial de búsqueda más reciente selecciona la opción de “último mes” y “último año”. 
5. Si después de ver todo esto lo que más quieres es borrar tu información de navegación, puedes hacerlo dando un click en los tres puntos que se encuentran en la esquina superior derecha de la ventana y seleccionando “Opciones para borrar”. Esto te dará la opción de borrar los datos de “hoy” o “ayer”, pero si quieres borrar aún más da clic en la opción de “Avanzado”. 
6. Google también sabe a dónde vas. Si le das clic a los tres puntos de la esquina superior derecha y seleccionas “preferencias” y luego “mostrar más controles” puedes tener acceso a la información de lugares a donde vas. En caso de que tengas los servicios de localización desactivados, lo único que verás es un mapa con todos los lugares desde los cuales has usado tu teléfono. 
7. Si vas al botón de “Control de actividades” y seleccionas “Anuncios” podrás ver qué edad Google cree que tienes, así como tu sexo y tus intereses. Si quieres puedes cambiarlo, pero esto modificará el tipo de publicidad que recibes de parte de todos los productos pertenecientes a Alphabet.
8. Luego toma un momento para respirar profundo y asimilar el hecho apabullante de que Google podría saber más de ti que tus padres, amigos, colaboradores, pareja o incluso que tú mismo.

jueves, 11 de agosto de 2016

Un guardia civil de Tráfico: “Estamos al servicio del poder y no del pueblo”

DENUNCIA EN UNA CARTA PRÁCTICAS RECAUDATORIAS Y “CHAPUZAS” EN LOS SALARIOS.


 Asqueado, hastiado y avergonzado. Así se siente un guardia civil de Tráfico que ha decidido abandonar la Agrupación haciendo públicas sus razones en una carta enviada.
Asqueado, hastiado y avergonzado. Así se siente un guardia civil de Tráfico que ha decidido abandonar la Agrupación haciendo públicas sus razones en una carta enviada a la web El Antirradar. En su misiva, el agente enumera las penurias de un colectivo en el que cada vez más miembros están optando por pasarse al Servicio Rural aun sabiendo que cobrarán menos y trabajarán con peores medios, además de poner en negro sobre blanco las razones de la conocida mala relación entre la Guardia Civil y la Dirección General de Tráfico. Afán recaudatorio, represión, descontrol, falta de moralidad… la lista de denuncias no tiene desperdicio.
En el texto se expone de forma recurrente la percepción de que la DGT ha utilizado a la Guardia Civil como instrumento represivo frente al ciudadano, en lugar de dedicarse a prevenir accidentes o a favorecer la relación con los conductores. Como consecuencia, afirma, “la gente conduce literalmente acojonada, agarrotada”. A su entender, este tipo de actitudes han provocado que entre los ciudadanos cunda la percepción de que los guardias civiles son “unos impresentables que solo se dedican a atracar a los conductores”.
La acusación llega al punto de señalar que lo importante ya no son las vidas que se salvan sino el impacto económico, y denuncia que el Director General de la DGT, Pere Navarro, está inmerso en “una carrera para cumplir criterios estadísticos” en la que se aplican “creativos juegos de contabilidad” para reducir las cifras oficiales de víctimas.
El agente sostiene que entre los miembros de la Agrupación no se comparte la “criminalización” de los conductores, y lamenta que en los reportajes promocionales solo se destaquen radares y controles en lugar de acciones habituales como el auxilio en carretera, la colaboración con ambulancias o las visitas a los heridos en los hospitales para devolverles efectos personales perdidos. Una serie de servicios que “parece que al señor Director General no le interesan”.
Cada día con menos honor
Un aspecto que resulta especialmente doloroso para el autor de la carta es el hecho de que la Guardia Civil tenga que esconderse, haciendo “verdaderos malabares para ocultar el coche o los trípodes”, llegando incluso a “disfrazarlos de arbustos”.
Agazapados en las cunetas de “carreteras tercermundistas”, el agente siente que los miembros del Cuerpo han perdido el honor inherente a vestir el uniforme de la Guardia Civil y le duele tener que ver a sus compañeros “saltando como conejos a la carrera” para no ser atropellados en controles de alcoholemia situados a traición en tramos sin luz ni visibilidad.
Sin complementos por no sancionar
Otro aspecto denunciado en la carta son los “parches” y “chapuzas” tras los recortes en las retribuciones, que provocan que en un mismo destacamento de quince guardias haya notables diferencias de sueldos y de servicios. Particularmente sangrante es el caso de los complementos de productividad que reciben unos agentes y otros no, en función de que hayan tenido la ‘suerte’ de cruzarse con un conductor borracho al que detener.
Por último, en la carta se acusa a Pere Navarro de ser el peor director general que ha pasado por Tráfico, solo preocupado por “salir en la tele todos los días” presumiendo de cumplir unos objetivos que se han obtenido “disfrazando la realidad” y pagando el coste de deteriorar gravemente la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.
Debido a su experiencia, el agente concluye que la DGT ha creado una Agrupación “al servicio del poder y nunca del pueblo”, obligada a “dar la cara ante unos ciudadanos reventados y hartos de sostener con su bolsillo los desmanes de gobernantes ineptos”.