Por Juan 29 agosto 2025
En la nueva guerra fría que estamos viviendo y ante la amenaza de que se repitan Hiroshima y Nagasaki, las religiones, todas al unísono, tanto en su carácter institucional como en sus miembros y sus dirigentes, no pueden limitarse a pedir que no se utilicen las armas nucleares. Deben condenar la acción genocida de los Estados Unidos, reclamarle arrepentimiento y reparación
Los días 6 y 9 de agosto de 1945 Estados Unidos lanzó dos bombas atómicas contra las poblaciones japonesas de Hiroshima y Nagasaki respectivamente en un acto genocida escrupulosamente programado y moralmente reprobable, que redujo a ambas ciudades a cenizas, causó la muerte de más de 200.000 personas, dejó profundas cicatrices no solo en Japón sino en toda la humanidad y dio lugar al nacimiento de la era nuclear, una era de consecuencias imprevisibles para la humanidad y el planeta (...)
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