“Gaza y Tel Aviv están a sólo una hora y media en coche, pero no podrían estar más lejos la una de la otra. Mientras los palestinos se mueren de hambre, los israelíes hacen cola para comprar hamburguesas en el nuevo Shake Shack. Esta disonancia es un obstáculo importante para resolver esta crisis”, escribía hace unos días la analista senior del International Crisis Group Mariav Zonszein, de doble nacionalidad estadounidense e israelí y residente en Israel. Zonszein publica habitualmente en medios anglosajones e israelíes, como especialista en la situación en la región.