Dos años de guerra en Ucrania dan para mucho cambio, y precisamente esa es la idea que más se repite en los especiales periodísticos que estos días hacen balance en el segundo aniversario: “la guerra que lo cambió todo”. En dos años han cambiado las fronteras de un país (por la fuerza), han cambiado de hogar millones de personas (desplazadas dentro y fuera de su país), han cambiado radicalmente las vidas de cientos de miles de ciudadanos (muertos, heridos, convertidos en soldados), han cambiado ciudades y pueblos (destruidos), han cambiado las relaciones entre Rusia y eso que todavía llamamos “Occidente”, ha cambiado Europa, ha cambiado la OTAN, ha cambiado la política de defensa europea, han cambiado los presupuestos de defensa de los países europeos, ha cambiado la industria militar europea, ha cambiado el modelo energético europeo para prescindir del gas y el petróleo rusos, ha cambiado la economía europea, ha cambiado el coste de nuestra cesta de la compra (…)