En general, los miembros de familias 
corruptas, inmorales y/o demasiado bien relacionadas no necesitan ser 
inteligentes, ni tener buena memoria, tampoco ser constantes. Todo eso 
de la meritocracia que tanto propugnan precisamente desde el estrato 
social de ese tipo de familias, y en cuanto a ellos se refiere, versa en
 realidad sobre mérito de rodearse de sus iguales: ricos, indecentes y 
poderosos. Lo de la capacidad de esfuerzo y todo lo demás sí se refiere 
al vasto resto de los mortales. ¿Pero pará qué van a esforzarse ellos, 
los ‘elegidos’, si luego pueden tener a su servicio a aquellos súbditos 
que sí han demostrado competencia?
Las universidades no dejan de ser parte 
de esta realidad. También hay favores debidos y funciona la misma rueda 
que a otros niveles. Por eso es posible que a alguien le caiga un máster
 del cielo, aunque en la mayoría de casos lo que suele caer al alumno 
‘relacionado’ es, digámoslo así, una indulgencia académica que no se 
aplica en el resto de casos.
Pero esto no es lo más grave, porque 
también hay irregularidades que van mucho más allá de la obtención 
mágica de títulos. Y es la de la obtención mágica de titularidades, por 
ejemplo la de registrador de la propiedad.
Por si no lo sabías, Mariano Rajoy es el
 registrador de la propiedad más joven de la historia de España, y uno 
de sus hermanos, el segundo más joven. Una tercer hermana de Mariano 
también aprobó esas dificilísimas y cotizadísmas oposiciones, y el 
cuarto, fallecido en 2014, las de Notaría. Vamos, lo que vendría siendo 
la envidia de la familia Einstein. O Frankenstein.
Sí, el de la cara de espabilado: el 
mismo que no entiende su propia letra y que quiere que sea el alcalde el
 vecino, así como su parentela, han resultado ser carne de circo, por 
aquello de pasearlos como antiguamente se hacía con las rarezas. Y es 
que desde que su padre, como presidente de la Audiencia Provincial de 
Pontevedra, dio carpetazo a un caso de corrupción con muertos
 (incluido el asesinato de una familia entera) en el que estaba 
implicado Nicolás Franco Bahamonde, el hermano del dictador, todo les ha
 ido de fábula. Tanto que se han convertido en la primera familia 
numerosa de superdotados del mundo.
Hasta tal punto llega su excelencia que 
hace que sus profesores de primaria se acuerden de sus calificaciones. 
Bueno, en realidad debería nombrarse en singular porque al que siempre 
se cita en los muchísimos artículos sobre el particular es a un jesuita 
que parece demasiado joven para haber sido su profesor, y que también 
debe tener una memoria prodigiosa para recordar esos datos sin 
relevancia en cursos de primaria y tras más de cincuenta años y tantos 
alumnos.
El asunto es que leía hace poco este caso
 de un joven malagueño, un auténtico portento (23 matrículas de honor de
 25 asignaturas en la carrera de Derecho), y que ha necesitado cinco 
años dedicando un mínimo de diez horas diarias de estudio para con 27 
años haber conseguido su plaza como registrador de la propiedad, y 
recordaba el caso de la susodicha familia. Porque claro, uno lo compara 
con los Rajoy, y casi tiene que pensar que este chico es un torpe, 
porque hasta la peor de los Rajoy Brey lo aprobó antes, y ya si lo 
comparamos con los dos buenos: Enrique y Mariano, que se sacaron las 
oposiciones con 23 y 24 años, mientras todavía cursaban Derecho, casi te
 entra la risa. Pues menudo paquete el malagueño, y hasta le dedican un 
artículo.
Intentando hablar un poco más en serio. Y
 aclarando aunque no haga falta que esto último era en plan sarcástico 
(y que todo mi respeto y admiración por Jacobo), lo que sí parece 
increíble es que nadie haya querido hacer sangre con este tema. Porque 
vale que a pesar de todas las evidencias nos traguemos (haciendo un 
esfuerzo inhumano) que Marianico es un lumbrera que no ha conseguido 
aprender inglés. Pero hostias, copar no solo plazas sino hasta récords 
históricos como familia en algo tan sumamente tedioso, complejo y 
competido como las oposiciones a registradores… ¡venga ya!
Y luego nos llevamos las manos a la cabeza por lo de Cifuentes. 
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