domingo, 31 de marzo de 2024

El 11% de las aguas superficiales de España están contaminadas por compuestos cancerígenos

  ctxt 21/03/2024

La agricultura y la ganadería intensiva son las principales responsables de la presencia de nitratos en las fuentes fluviales de nuestro país 

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En 2022, 171 localidades españolas sufrieron cortes en el suministro de agua potable debido a sus altos niveles de insalubridad. En su mayoría estaban localizadas en lo que llamamos la España vaciada. Con registros que superaron los 50 miligramos de nitratos por litro de agua permitidos por la legislación europea y española, los cortes afectaron al menos a 214.851 personas. Este compuesto químico está asociado al riesgo de sufrir distintos tipos de cáncer o de malformaciones congénitas.

El informe La contaminación por nitratos y su impacto en el medio ambiente y el agua de consumo humano, realizado por Ecologistas en Acción a partir de datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, recoge cómo hasta el 11% de las aguas superficiales están contaminadas por nitratos, con concentraciones superiores a la máxima permitida por la normativa de calidad ambiental vigente. Este porcentaje se duplica en el caso de demarcaciones concretas, como son la cuenca del Segura (22%), la cuenca del Júcar (24%) o las cuencas internas de Cataluña (27%).

Los datos de contaminación por nitratos en aguas subterráneas son aún más preocupantes. Entre 2020 y 2022, la media de superaciones del estándar de calidad ambiental fue del 37%. Las zonas más contaminadas fueron las Islas Baleares, las cuencas internas de Cataluña y las demarcaciones hidrográficas del Guadiana y del Segura. En el caso de las dos últimas zonas, la cifra se situó por encima del 50%.

(...) El informe remarca cómo la presencia de nitratos en el agua de consumo humano debe ser una causa de preocupación debido a su toxicidad, tanto por su formación en nitritos como en compuestos N-nitrosos. Por una parte, los nitritos pueden ocasionar metahemoglobinemia, principalmente en los lactantes menores de seis meses. Afección por la que el metabolismo ve reducida su capacidad para transportar oxígeno, de manera que no llega suficiente a los tejidos. Además, por estudios en animales y algunos estudios epidemiológicos en humanos, se conoce su relación con el aumento del riesgo de desarrollar ciertos tipos específicos de cáncer. Por su parte, el compuesto N-nitroso se asocia con malformaciones congénitas. La Organización Mundial de la Salud, con el objetivo de prevenir el efecto tóxico a corto plazo del nitrato, estableció como nivel máximo permitido en agua potable un valor de 50 mg/litro.

Según el estudio, el principal responsable de este tipo de contaminación es la ganadería intensiva, a la que habría que sumar la contaminación agraria generada por el uso descontrolado de pesticidas prohibidos y abonos nitrogenados en la agricultura, especialmente en el regadío. Así, la mayoría de los municipios en los que se encontraron altos niveles de nitratos en el agua en 2021 albergaban un total de 1.188.762 cabezas de ganado porcino, bovino, ovino y caprino, a lo que hay que añadir 4.546.935 aves de corral, según datos del INE. Por lo que los datos cruzados muestran que existe una relación directa entre la presencia de granjas de ganadería intensiva y los niveles elevados de nitratos en el abastecimiento de agua potable, algo que ya denunció la Comisión Europea en agosto de 2022.

Desde Ecologistas en Acción instan a los órganos competentes a que controlen la calidad de los puntos de abastecimiento de agua de una forma responsable con la ciudadanía, que se reduzca en al menos un 20% el uso de abonos nitrogenados, como especifica la ‘Estrategia de la Granja a la Mesa’ de la Unión Europea, y que se frene la expansión de la ganadería intensiva, impidiendo la apertura de nuevas instalaciones.

Ilustración del día: Violencia machista vicaria Por Pedripol

 

Por Pedripol






CTXT. “Ni Ayuso, ni nadie, puede decidir cuándo o cómo muere alguien. Decirlo es obsceno”. Por Gorka Castillo

 Gorka Castillo  20/03/2024

El profesor de la Universidad de Valencia no puede ocultar su irritación ante semejante grosería: “Es que ni Ayuso, ni su gobierno, ni nadie puede decir cuándo muere alguien ni cómo muere alguien. Decirlo es obsceno. En segundo lugar, porque de cada cien enfermos que había en las residencias, 65 no murieron.

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Fernando Flores, redactor del informe de la Comisión Ciudadana por la Verdad en las Residencias de Madrid. / Cedida  


Fernando Flores (Valencia, 1968) es diplomado en Altos Estudios de la Defensa por el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden) y licenciado en Derecho Constitucional, Ciencia Política y Relaciones Internacionales por el Centro español de Estudios Constitucionales. En la actualidad forma parte del Instituto de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia y durante este último año ha integrado la Comisión Ciudadana por la Verdad en las Residencias de Madrid junto a otros seis expertos, dirigidos por el magistrado emérito del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín. Flores ha sido el redactor principal del devastador informe presentado la semana pasada en respuesta al encargo realizado por Marea de Residencias y Verdad y Justicia para aportar luz a la muerte en condiciones lamentables de 7.291 personas en los centros madrileños de mayores durante los dos primeros meses de la pandemia.

Un episodio espeluznante que, a su juicio, seguirá persiguiendo a Isabel Díaz Ayuso durante mucho tiempo. Las acusaciones vertidas por decenas de afectados no han cesado en estos cuatro años, pese a la oposición de la presidenta madrileña a revelar los motivos que guiaron sus decisiones. Pero la perseverancia que los familiares han mostrado es un desafío directo al silencio impuesto por una lideresa hasta ahora intocable. Flores reconoce sin paliativos los errores y las responsabilidades políticas del ejecutivo madrileño en la altísima tasa de mortalidad registrada en las residencias durante aquellas fechas. El informe de 148 páginas deja en evidencia no sólo unos hechos desgarradores, con testimonios y estudios documentados por especialistas, “sino también la discriminación con la que actuó el Gobierno autonómico a la hora de derivar a hospitales a las personas mayores enfermas. Se segregó a esta gente en función del lugar donde residía y de su movilidad”, afirma el redactor del estudio.

Entre las lecciones que imparte esta investigación está su escrupulosa fidelidad al relato de unos acontecimientos tremendos. Apoyado en datos procedentes de fuentes oficiales, como la propia Comunidad de Madrid o la fiscalía, no pierde de vista el contexto con artículos de investigación ni los sentimientos que aportaron los supervivientes durante las sesiones presenciales que la Comisión Ciudadana por la Verdad celebró el pasado 15 y 16 de septiembre. Desarma así la versión institucional de que la mortalidad en las residencias fue tan inesperada como imposible de evitar. “Se centra en hechos. Por ejemplo, un hecho fue que la justicia dictó una medida cautelar ordenando medicalizar las residencias y otro hecho fue que no se medicalizaron, pese a que algunas voces interesadas digan lo contrario. Son hechos basados en datos, basados en testimonios, en informes documentados por epidemiólogos y juristas. Ni se medicalizaron ni hubo derivaciones hospitalarias de enfermos sin seguros privados. Esta decisión tuvo graves consecuencias. La primera es que arrebató a muchos residentes su derecho a la protección de la salud y, en bastantes casos, también su derecho a la vida”, añade Flores. 

Por eso, resulta esclarecedor y hasta patético volver a leer el relato que en plena expansión del virus, el 12 de marzo de 2020, difundió el Gobierno de Madrid para dar cuenta de un “histórico” plan antipandémico consistente en la creación de un mando unificado destinado a coordinar los 72 hospitales públicos y privados y a medicalizar los 475 centros de mayores que había en la región. La realidad mostró que aquello fue un brindis al sol de la mañana. Un día después de este anuncio, la residencia Monte Hermoso lanzó un mensaje desesperado de auxilio a la Consejería de Sanidad y otro a la presidencia de Díaz Ayuso que nadie contestó. Cinco días después se supo que veinte personas de aquel centro murieron sin recibir más tratamientos que los que la residencia, en situación precaria y con el personal enfermo, pudo improvisar. La Fiscalía abrió una investigación, el caso se denunció ante un juzgado y terminó archivado sin que hasta el día de hoy hayan trascendido responsabilidades ni se haya proporcionado información alguna a los familiares de los motivos que impidieron actuar a la administración autonómica ante la alerta que aquel día de marzo notificó la residencia. “Se vulneraron derechos fundamentales, como a la propia vida, a la intimidad familiar, a la integridad física y psíquica. Como el derecho a la salud y a saber lo que sucedió con miles de personas que estaban en situación de especial vulnerabilidad. Debemos exigir que se conozca la verdad porque la decisión de impedirles salir de las residencias es una vulneración del artículo 2 del Comité Europeo de Derechos Humanos que habla de la obligación positiva de los Estados a actuar de una manera extraordinariamente diligente en estos casos. No nos estamos inventando nada con nuestras demandas”, añade Flores.

Por eso, el informe de la comisión profundiza en el movimiento de recursos clínicos, de médicas y enfermeros, que ordenó el Gobierno de Madrid al abrir un hospital de campaña en Ifema y hace trizas el argumento esgrimido por Díaz Ayuso para justificar su gestión –“cuando una persona mayor estaba gravemente enferma con covid no se salvaba en ningún sitio”–. Para las víctimas fue como si echaran sal en las heridas que aún tienen abiertas. El profesor de la Universidad de Valencia no puede ocultar su irritación ante semejante grosería: “Es que ni Ayuso, ni su gobierno, ni nadie puede decir cuándo muere alguien ni cómo muere alguien. Decirlo es obsceno. En segundo lugar, porque de cada cien enfermos que había en las residencias, 65 no murieron. Y luego está lo del hospital ‘milagro’ de Ifema que se dedicó fundamentalmente a tratar a personas con pronóstico leve de covid y que solo recibió a 23 residentes cuando todos sabían lo que estaba ocurriendo en los centros de mayores, las personas que estaban muriendo y cómo morían. Sin asistencia sanitaria porque mil trabajadores de atención primaria terminaron absorbidos por Ifema. Con las puertas cerradas desde fuera, sin cuidados paliativos y con mil camas vacías esperando en los hospitales privados. No sé si existen responsabilidades jurídicas en todo esto pero sí hay una responsabilidad política. A lo mejor no hay un ilícito penal ni contencioso. Habrá que verlo porque es complicado, pero lo que está claro es que Ayuso tuvo una responsabilidad en estas decisiones. Hay que decirlo en voz alta: usted, señora presidenta, es responsable de lo que pasó en las residencias de Madrid durante la pandemia”.

Fernando Flores, un académico forjado en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia, estima también que el trabajo desempeñado por la fiscal de Madrid no ha contribuido a esclarecer con la debida transparencia, rigor e imparcialidad un caso de semejante envergadura. La justificación que realiza en su memoria anual de que no citó a declarar a familiares para evitar su revictimización es, a juicio del redactor del informe de la Comisión de la Verdad, un error grueso en todo este proceso. “La propia jurisprudencia del Tribunal Constitucional y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos indica que cuando existen indicios de una vulneración de derechos grave o muy graves siempre se debe escuchar a las víctimas”, asegura.

Flores considera que el trabajo realizado en la Comisión ciudadana por la Verdad da cumplida respuesta a una serie de preguntas que familiares, trabajadoras y muchos ciudadanos continúan planteándose sobre lo que sucedió en las residencias de Madrid. ¿Por qué murieron el doble de personas en las residencias de la Comunidad que en otras comunidades autónomas? ¿Qué consecuencias produjo la no derivación de sus enfermos a hospitales? ¿Por qué el Gobierno regional incumplió la medida cautelar dictada por Tribunal Superior de Justicia de medicalizar esos centros al comienzo de la pandemia? “Para los familiares de las víctimas hablar y ser escuchados es una catarsis sobre la experiencia traumática vivida, aunque después no dé lugar a una condena o se les dé o no la razón. La administración funciona con discrecionalidad arbitraria hacia su memoria, sus sentimientos de dolor y sus culpas. ¿Cómo puede decir la presidenta de Madrid que el deseo de conocer la verdad expresado por Marea de Residencias y Verdad y Justicia es utilizar a las víctimas cuando ellas son precisamente las víctimas?”, reflexiona (...)i

sábado, 30 de marzo de 2024

Cómo la naturaleza ha determinado la historia humana más que las guerras

las transformaciones del medio ambiente determinan nuestra respuesta a las enfermedades o el bienestar de las minorías.

La peste bubónica, las glaciaciones o la actual crisis climática son algunos eventos que afectan al desarrollo político y social.  PÚBLICO

Cómo la naturaleza ha determinado la historia humana ...


La bomba atómica es el ejemplo por antonomasia que demuestra el impacto del ser humano sobre el entorno. Nuestra especie ha transformado el medio físico de múltiples maneras, desde el desarrollo de la ganadería y la agricultura hasta la invención de la máquina de vapor. Nuestras acciones tienen consecuencias. Sin embargo, la naturaleza también determina nuestras vidas y nuestra historia.

Las erupciones volcánicas, la actividad solar, las transformaciones oceánicas y atmosféricas son elementos fundamentales del pasado y el presente. En La Tierra transformada (Crítica, 2024), el catedrático de Historia Global por la Universidad de Oxford, Peter Frankopan, radiografía toda la historia de la humanidad en clave climática, desde los orígenes hasta nuestros días.

Los cambios en el planeta han afectado a la humanidad de forma radical, ya que han determinado nuestro propio nacimiento. "Sin la extinción de los dinosaurios, los humanos no habrían evolucionado", destaca Frankopan a Público. "Ha habido cinco extinciones masivas en la historia de la Tierra y todas han ayudado a crear el entorno perfecto para los humanos".

De la vida a la muerte: el caso de las pandemias

El mundo nos ha visto nacer, pero también nos ve morir de modo constante. Cuando nos preguntamos por los fenómenos naturales que han tenido un mayor impacto en nuestra especie, solemos pensar en aquellos que más muertes han desencadenado. En este marco, "las pandemias estarían en la cima de la lista", afirma el catedrático a este medio.

La actual isla de Santorini (Grecia) sufrió una erupción volcánica en el siglo XVII a.C. con consecuencias devastadoras. El autor señala que pudo modificar "la respuesta patogénica de la viruela, que en el siglo XX mató a 300 millones de personas".

La crisis de la covid-19 es diferente a las pandemias más famosas de la historia porque no ha tenido tanto impacto sobre la población. "Si este virus hubiera matado en la misma escala que la gripe española, habríamos tenido 300 millones de personas muertas en todo el mundo", subraya Frankopan este diario.

Grandes pérdidas demográficas generan escasez de mano de obra, de modo que se revaloriza. En el caso de la peste negra, que diezmó la población europea, "aumentaron los derechos de propiedad, salarios más altos y energía. La carne era más barata, por lo que la gente comía más proteínas y estaba más sana", añade el historiador.

La covid-19 fue una experiencia traumática que se llevó millones de vidas, pero "las tasas de mortalidad no fueron tan malas como podríamos pensar. Hubo grandes intervenciones, los laboratorios crearon vacunas y se pagó a los trabajadores que debían permanecer en sus hogares", explica el escritor a Público. "Las implicaciones de esta última pandemia fueron más financieras que sociales".

Las minorías, principales víctimas de la crisis climática

A peores condiciones climáticas, mayores probabilidades de que las minorías sufran ataques. Esta es una de las conclusiones que destaca La Tierra transformada, una máxima que se ha repetido en numerosas ocasiones a lo largo de la historia.

"Cuando hay una escasez repentina de los recursos, alguien carga con la culpa", advierte el catedrático a este medio. Durante los siglos XVII y XVIII, muchas mujeres sufrieron persecuciones y asesinatos bajo la acusación de brujería.

Se las vinculó con la meteorología desfavorable y, en particular, las tormentas de granizo. Así, se convirtieron "en el chivo expiatorio de las malas cosechas, la escasez de alimentos y los elevados precios del grano", denuncia Frankopan en su libro.

También los judíos sufrieron una mayor persecución en la década de 1320 por la bajada de temperaturas durante la temporada de cultivo. En el Egipto musulmán, los fallos en la crecida del Nilo propiciaron medidas "enérgicas contra las minorías", añade el ensayo.

En la actualidad, los problemas no están relacionados con la culpa, sino con las consecuencias: ¿quién sufre los estragos de la crisis climática? Según detalla a Público el investigador, "son las regiones con mayor escasez de agua y alimentos, ya que su población es la más vulnerable ante las enfermedades".

Las transformaciones medioambientales también afectan a los países con menos recursos económicos. "Sus gobiernos tienen menor capacidad a la hora de reconstruir carreteras después de una inundación, son menos capaces de conseguir alimentos cuando hay hambruna y sus sistemas sanitarios se colapsan rápidamente", detalla el autor en declaraciones a este diario.

Viñeta: Separados pero con derecho a roce

 


OTRA COSA:   CTXT. Carta a la comunidad 349 | Elena de Sus

CTXT. La farsa judicial contra Julian Assange. Por Fabian Scheidler

 Fabian Scheidler 2/03/2024

El periodista de investigación más importante de su época está siendo criminalizado y privado de libertad. Si EEUU consigue condenarlo, será más difícil y peligroso sacar a la luz la sórdida realidad de las guerras

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Julian Assange. / Luis Grañena

“Los que dicen la verdad necesitan un caballo rápido”, reza un proverbio estadounidense. O necesitan una sociedad que proteja la verdad y a sus mensajeros. Pero esta protección, que deberían ofrecer nuestras democracias, está en peligro. Como periodista, Julian Assange ha publicado cientos de miles de archivos que documentan crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos y sus aliados en Afganistán, Irak, Guantánamo y otros lugares. La autenticidad de los documentos es incuestionable. Sin embargo, ninguno de los responsables ha sido llevado ante la justicia ni condenado. En cambio, el mensajero lleva cinco años encarcelado en una prisión de alta seguridad en Londres, con problemas de salud que ponen en riesgo su vida, tras haber pasado siete años encerrado en la embajada ecuatoriana. No ha sido acusado de ningún delito en el Reino Unido, en ningún país de la Unión Europea ni en su país de origen, Australia. El único motivo de su rigurosa privación de libertad es que el Gobierno de Estados Unidos ha iniciado un proceso de extradición al acusar al periodista de espionaje, apelando a una ley que se remonta más de cien años, a la Primera Guerra Mundial: la Ley de Espionaje.

Nunca se había acusado a un periodista al amparo de esta ley. El proceso de extradición, por lo tanto, sienta un precedente peligroso. Si sale adelante, todos los periodistas del mundo que revelen crímenes de guerra de Estados Unidos habrían de temer que les depare el mismo destino que a Assange. Eso supondría el fin de la libertad de prensa tal como la conocemos. Porque se basa en poder sacar a la luz el lado oscuro del poder sin miedo a represalias. Si se acaba con esta libertad, no solo muere la libertad de los periodistas, sino la libertad de todos nosotros: la que nos libra de la arbitrariedad del poder.

Solo por este motivo, los tribunales de un sistema jurídico funcional nunca deberían aceptar el proceso de extradición. Julian Assange no hizo de espía en modo alguno, sino de periodista, y como tal, está sujeto a protección especial. Casualmente, el testigo clave en la acusación de espionaje era el conocido estafador y pedófilo convicto Sigurdur Ingi Thordarson, que admitió en 2021 haber mentido por el FBI y haber conseguido inmunidad judicial.

Imaginemos el caso con los roles invertidos: pongamos que un periodista australiano hubiera publicado crímenes de guerra cometidos por las fuerzas armadas y los servicios de inteligencia rusos y buscase protección en un país europeo occidental. ¿Considerarían seriamente los tribunales el procedimiento de extradición a Moscú por espionaje, máxime cuando el testigo clave es un delincuente condenado?

Assange se enfrenta a una sentencia descabellada de 175 años en Estados Unidos. Es de temer que no sobreviva a las durísimas condiciones del infame sistema penitenciario estadounidense. Por eso, el Tribunal de Magistrados de Londres detuvo en primera instancia su extradición en 2021. El Gobierno de Estados Unidos, entonces, publicó unos documentos que afirmaban que no someterían a Assange a régimen de aislamiento. Pero según Amnistía Internacional, esas declaraciones “son papel mojado”, porque la nota diplomática no vinculante reserva el derecho del Gobierno estadounidense a cambiar de postura en cualquier momento. Al Tribunal de Apelaciones, no obstante, le pareció suficiente el documento para dar vía libre a la extradición: una tergiversación de la justicia, como apunta Amnistía.

La audiencia, que se celebró el 20 y 21 de febrero en el Tribunal Superior de Londres y cuyo veredicto se espera en marzo, es la última oportunidad de Assange de recurrir la decisión de extradición. Sin embargo, existe un riesgo muy alto de que le vuelvan a dar la vuelta a las leyes otra vez. Según indica la plataforma de investigación Declassified UK, uno de los dos jueces, Jeremy Johnson, trabajó previamente para los servicios secretos británicos del MI6, estrechamente vinculados con la CIA y cuyas actividades ilegales se dieron a conocer gracias al trabajo de Julian Assange (...)

viernes, 29 de marzo de 2024

CTXT. “La gente de las zonas rurales tiene que luchar por necesidades básicas”, de Marcos Pereda

 Marcos Pereda 19/03/2024

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La escritora y periodista sueca Marit Kapla. / Ola Kjelbye

Marit Kapla (Osebol, 1970) tiene rizos rubios, ojos azules y mucha pinta de haber nacido en Suecia. Ella lo hizo en un pueblo pequeño, ese Osebol que no se pudo sacar de las tripas y sobre el que volvió a escribir muchos años más tarde. El resultado se titula igual, Osebol (Capitán Swing, 2023), y es una joya de largo aliento y regusto a oralidad donde Kapla entrevista a (casi) todos los habitantes de ese lugar para mostrarnos cómo son (y cómo somos). Hablamos con ella sobre los problemas de Escandinavia y de la Península Ibérica, sobre despoblación rural, sobre palabras que desaparecen, sobre trenes que nunca llegan y gente que no sabe cultivar patatas. Sobra la vida, en suma.

¿Por qué decide escribir sobre Osebol?

La primera decisión fue escribir un libro, es algo que quería hacer desde niña. Lo segundo fue escribir un libro sobre Osebol, el pueblo donde crecí. Hay muchas razones por las que sentí que Osebol debía ser el tema de mi primer libro, pero una fue que el debate público sobre ciudad versus campo se había agudizado e intensificado en las últimas décadas. No es productivo crear un antagonismo entre ciudad y campo, ambos dependen el uno del otro. Pero es importante hablar de lo que el campo ha perdido y sigue perdiendo para que no quede en el olvido. También comprendí que Osebol se había convertido en un lugar exótico para mucha gente. La mayoría de los niños suecos de hoy crecen en una ciudad o un pueblo, no en una aldea. Mi familia había dejado Osebol en 2007, cuando mi padre enfermó. Yo vivía en Goteborg desde 1998, me había convertido en una de esas personas urbanas que no tienen ni idea de lo que ocurre en un pueblo. Cada vez que leía una noticia sobre el medio rural parecía presentada con muchos prejuicios, no reflejaba la rica e interesante vida cotidiana que yo conocía de Osebol, y eso me enfadaba mucho.

(...) La despoblación del campo es un fenómeno global que se viene produciendo desde hace siglos. Tiene que ver con la industrialización, el capitalismo, la producción a gran escala y el automatismo de las tareas. En todo el mundo la gente ha tenido que abandonar sus pequeñas granjas, barcos de pesca, etcétera, para encontrar trabajo en otras actividades y sitios. Aunque algunos lugares pequeños consigan mantener la población contra viento y marea, siguen siendo excepciones. Pero es importante que la sociedad recuerde que todo está en constante movimiento. La pandemia nos mostró cómo las cosas pueden cambiar muy rápidamente. Es importante mantener la posibilidad de vivir y trabajar en las zonas rurales, tanto para la gente que vive allí ahora, como de cara al futuro.

(...) A este gobierno también le parece buena idea eliminar la normativa que preserva las zonas de ribera como bienes comunes, porque quiere que estas zonas puedan ser utilizadas para construir viviendas, con el fin de hacer más atractivas las zonas rurales alrededor de los lagos. Creo que demuestra cortedad de miras, y que eso no traerá más población durante todo el año, porque solo se construirán casas de vacaciones para quienes puedan permitírselas. Eso es bueno para ellos, pero quizás resulte ser una pérdida para la comunidad en su conjunto, cuando ya no todo el mundo tenga acceso a estas zonas de ribera.

Uno de los entrevistados habla, precisamente, de las “casas de vacaciones”, y dice que eso no es luchar contra la despoblación.

Tiene razón, es así. No hay nada malo en tener una casa de vacaciones y pasar allí los veranos, pero para estar pobladas todo el año, las zonas rurales necesitan oportunidades de trabajo, servicios sociales y cultura. Entonces quizá ya no haya tantas casas de vacaciones disponibles.

(...) En la actualidad, Suecia produce el cincuenta por ciento de los alimentos que consume el país, sólo somos autosuficientes en zanahorias, azúcar y maíz. Creo que es una buena idea que todo el mundo tenga más facilidades para ser agricultor o pescador a pequeña escala.

(...) No es justo que la gente que vive fuera de las grandes ciudades tenga que luchar mucho más que los urbanitas por necesidades básicas como un acceso razonable a la atención sanitaria, farmacias, compra de alimentos, escuelas, guarderías, carreteras transitables, etcétera (...) 


El Papa habla sobre los curas españoles que le desean la muerte: "No es gente mala, es gente triste; les tengo lástima”, de Jesús Bastante

 Jesús Bastante / en religiondigital.com

Ciudad del Vaticano — 

El papa Francisco da la bienvenida con una sonrisa, de pie, apoyado en el bastón. Sin rastro de la bronquitis que lleva arrastrando durante semanas y que le sigue impidiendo pronunciar discursos largos, habla con una voz recia y acogedora. Es 13 de marzo, aniversario de su elección hace ahora 11 años. En esta poco más de una década de pontificado se ha cuestionado en muchas ocasiones su liderazgo y su continuidad en el Vaticano, a veces con la excusa de su salud, otras por las resistencias que generan algunas de sus políticas reformistas. De hecho, uno de los mayores focos de oposición es precisamente la Iglesia española, donde se gestó una campaña en contra de su decisión de bendecir a las parejas homosexuales o divorciadas, y en donde recientemente un grupo de sacerdotes le desearon la muerte frente a las cámaras sin recibir ningún apercibimiento por ello. Bergoglio es consciente de todo ello y lo aborda sin rodeos en la auletta de Pablo VI, desde donde partirá en el papamóvil, cuarenta minutos después, para la audiencia general de los miércoles.

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OTRA COSA:  Una negligencia de la Junta de Castilla y León permitió cazar a una osa con crías que debía proteger, de Alba Camazón

La inacción de cinco comunidades líderes en regadío y ganado porcino arrastra a España a una condena por contaminación, de Raúl Rejón