Alberto Schein · prensaobrera.com. Por Olga Cristóbal - 4 de julio de 2018
Para
más escándalo, Pinedo quiere que la identidad de las gestantes sea
secreta y que sus nombres solo sean accesibles con orden judicial. Como
las mujeres que en los conventos del siglo XIX, para ocultar que habían
pecado, dejaban subrepticiamente al bebé en una suerte de ventana de
madera anclada sobre un plato giratorio, las “acompañadas” por el Estado
serán mujeres sin nombre ni voz.
El senador Federico Pinedo es bisnieto de un intendente porteño, su abuelo Federico fue ministro de Hacienda de los presidentes
Agustín P. Justo y Ramón Castillo –durante la Década Infame- y de José
María Guido más tarde. El padre presidió, en los 60, el bloque de
diputados provinciales de la Unión Conservadora bonaerense. Y la ex
esposa del actual senador es una Patrón Costas. Bingo. Un linaje sin
fisuras de una clase social cuyos adolescentes varones –según coinciden
historiadores, escritores y biógrafos- solían iniciar su vida sexual en
las sábanas suaves del hogar familiar, violando a adolescentes muertas
de miedo, las chinitas sanas que para estos fines se traía del campo. Y
después, claro, se devolvía al campo.
Es esa marca brutal de clase la que exuda el proyecto número
S-1825/18 que presentó Pinedo en compañía de Miriam Boyadjian. El
objetivo confeso, adelantó el senador en Clarín el 1/7, es desalentar
la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo y
reemplazarla (o combinarla) con este engendro.
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OTRA COSA: Bomberos Forestales en Lucha. Concentración 10Julio 10h. Sol
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