domingo, 5 de junio de 2022

Los magníficos datos de empleo y cuatro peligros que nos acechan, de Juan Torres López

 BLOGS.PUBLICO.ES  4/5/22

Los datos de contratación laboral y paro registrado que se acaban de publicar son muy buenos, aunque no será de extrañar que la derecha le ponga pegas en las próximas horas, pues nunca nada le parece bien si es resultado de un gobierno progresista.



Como se analiza con más detalle en otro artículo de este mismo diario, el paro registrado es el más bajo desde 2008; se ha firmado la mayor cifra de contratos indefinidos desde 2001 (700.000), con una proporción sobre el total casi cinco veces mayor que la de antes de la reforma laboral; y por primera vez se superan los 20 millones de contratos.

Estos buenos registros no son el resultado de una sola circunstancia. Sin duda, ha influido la reforma laboral del Gobierno que tanto se había criticado. Pero también su gestión de la pandemia que evitó el derrumbe de miles de empresas gracias a la protección de los ERTES y de las ayudas de todo tipo que se recibieron. Ha debido ayudar la política fiscal que ha permitido aumentar los ingresos sin suponer una excesiva carga para la actividad productiva; y no se puede negar el efecto positivo del cambio de orientación en la Unión Europea, al poner en marcha políticas más realistas y menos equivocadas que en la anterior crisis financiera. Y, por supuesto, me parece que debe haber sido decisivo el nuevo clima de diálogo, negociación y acuerdos sociales que está logrando establecer el Gobierno de Pedro Sánchez con la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, encargada del asunto.

El buen funcionamiento del mercado de trabajo está demostrando, una vez más, que las tesis liberales no son ciertas, pues se está creando empleo sin necesidad de producir la exagerada devaluación salarial de otras etapas.

Por el contrario, es gracias al mantenimiento de la demanda, garantizado por las política fiscal y de empleo, lo que está proporcionando ingresos que se convierten en ventas y beneficios para las empresas y, en consecuencia, en más inversión y puestos de trabajo.

La cúpula empresarial debería tomar nota de la realidad y el Gobierno no debe bajar la guardia y seguir protegiendo al máximo la actividad productiva, desoyendo a quienes solo buscan obtener beneficios extraordinarios por la vía del recorte salarial que, en realidad, perjudica al conjunto del empresariado.

Ahora bien, las buenas noticias en materia de empleo no deben ocultar que nuestra economía sigue en zona de riesgo como consecuencia de peligros que, a mi juicio, provienen de cuatro frentes.

En primer lugar, del energético. Aunque se han dado pasos positivos en Bruselas, el oligopolio eléctrico no ha parado y está consiguiendo bloquear parte de su efecto benéfico (...)

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