http://ctxt.es/es/20151230/Politica/3602/Podemos-Moruno-PSOE-Rajoy-Sanchez-pactos-Espa%C3%B1a-Elecciones-20D-%C2%BFGatopardo-o-cambio-real.htm
JORGE MORUNO / RESPONSABLE DE DISCURSO DE PODEMOS
Jorge Moruno (Madrid, 1982) trabaja las 
intervenciones televisivas con Pablo Iglesias desde antes de que el 
partido morado fuera una idea barajada por un grupo de científicos 
sociales de la Complutense. En un discreto segundo plano, este 
especialista en Sociología del Trabajo, de 33 años, es una de las 
partículas que componen el mencionadísimo núcleo irradiador convertido 
en estado mayor de Podemos. Sociólogo de la Complutense y Postgrado por 
la Universidad Autónoma de Barcelona, Moruno ha publicado el libro “La 
fábrica del emprendedor. Trabajo y política en la empresa-mundo” (Akal, 
2015). El responsable de discurso de Podemos habla con CTXT sobre la 
hoja de ruta de su partido tras las elecciones generales del 20D.
¿Qué cree que va a pasar con el diálogo entre 
fuerzas políticas? ¿Gran coalición? ¿PSOE y Podemos podrían pactar una 
investidura con otras fuerzas del arco?
El PP va a llamar a la “gobernabilidad”, Ciudadanos está 
para lo que haga falta, y el PSOE de Pedro Sánchez está como el rey 
ahogado, tal y como lo definió Enric Juliana. Una gran coalición a tres 
contra el cambio y a favor de nuevos ajustes es lo deseado por quienes 
no se presentan a las elecciones. Por nuestra parte, lo hemos dejado 
claro: vamos a hacer lo posible por evitar que Mariano Rajoy forme 
gobierno. Nos hemos ofrecido a dialogar y discutir con la mano tendida. 
Entendemos que es fundamental revertir los recortes, frenar la política 
de austeridad para acabar con la desigualdad y reactivar la economía, 
tenemos la necesidad de arrancar de raíz la corrupción, y de construir 
un nuevo marco de convivencia territorial sobre bases sólidas dentro de 
una España plurinacional. Por ahora el PSOE no tiene posturas definidas 
en torno a la agenda a seguir en la salida de la crisis social y 
económica o en materia de regeneración democrática. Antes de marcar 
líneas rojas habría que marcar posturas claras. 
Desde la misma noche de las elecciones hemos tendido la mano a Sánchez, pero por ahora solo hemos recibido negativas
¿Qué posibilidades reales hay de que Podemos pacte con Sánchez?
Desde la misma noche de las elecciones hemos tendido la 
mano, pero por ahora solo hemos recibido negativas y líneas rojas para 
poder sentarse a la mesa a debatir. Hemos lanzado la iniciativa del 
diálogo y hemos recibido un portazo. El PSOE creo que está un poco 
desorientado, tanto a la interna del partido como en su ambigua posición
 hacia afuera. Estos días tendrá que aclararse, no son tiempos de 
batallas intestinas, sino de plantear propuestas de país. Existe una 
oportunidad clara para echar al PP y hacer política con mayúsculas por 
encima de tácticas cortoplacistas.
Si hubiera elecciones anticipadas... ¿Qué ve como riesgos y qué como ventajas?
Creo que nadie desea que se celebren elecciones de nuevo, 
pero debemos tener claro el orden de las prioridades, es decir, lo 
prioritario no es lo que la CEOE, el Ibex 35 o la Troika demanden, ni se
 trata de formar un gobierno estable por el hecho mismo de que sea 
estable, si por estable entendemos una pista libre para persistir en las
 políticas de recortes. Lo importante es que haya cambio a favor del 
bienestar y el futuro de las mayorías sociales, que es lo que ha votado 
la inmensa mayoría de la ciudadanía. El riesgo y las ventajas hay que 
calibrarlas poniendo en el centro del debate la necesidad de un cambio 
social y político.
Lo importante es que haya cambio a favor del bienestar y el futuro de las mayorías sociales, que es lo que ha votado la inmensa mayoría
¿Cual va a ser la agenda parlamentaria de Podemos?
Lo primero que vamos a hacer es poner en trámite la Ley 
25, basada en contemplar los derechos humanos, algo muy básico que 
entronca con el artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos 
Humanos. Una ley de rescate social que ponga fin a la pobreza energética
 y a los desahucios sin alternativa habitacional, se trata así de 
atender cosas muy básicas. Pero además, estamos haciendo una serie de 
propuestas integrales de país: consensos sociales que ya existen en la 
sociedad y que hay que convertir en Ley. Se trata de acabar de raíz con 
la corrupción, reconocer la plurinacional del país, reducir la 
desigualdad, blindar los derechos sociales, garantizar una justicia 
independiente y aplicar una reforma electoral.
Uno de los ejes de su discurso es poner punto y 
final a la política de austeridad diseñada desde Europa. Sin embargo, el
 menú para España en 2016 son 12.000 millones de euros en recortes. De 
llegar a formar gobierno, ¿no podría pasar con Podemos lo mismo que con 
Syriza y veros obligados finalmente a pasar por el aro de la austeridad?
El desafío es que tenemos un problema de arquitectura 
europea. Es imposible construir un proyecto político común, de 
fraternidad europea, contando con todas las diferencias existentes entre
 los distintos pueblos europeos, si nos basamos en reglas estáticas y 
técnicas como el déficit, la deuda y el 2% de la inflación. Es imposible
 porque son dispositivos disciplinadores en economías completamente 
desiguales. Sin tener una hacienda pública compartida, una mutualización
 de la deuda, programas comunes de lucha contra el desempleo, es decir: 
sin tener en cuenta una serie de elementos que construyan efectivamente 
un pueblo europeo. Con todo, creo que, como placas tectónicas, la cosa 
se va moviendo. Lo que ha pasado en Grecia tras el referéndum y el nuevo
 programa de austeridad, con el ministro de finanzas alemán a la cabeza y
 el aplauso del ministro de economía español, ha sido una extorsión en 
toda regla. En Grecia intentaron destruir al gobierno Tsipras para 
evitar la posibilidad de un cambio democrático en España. También vemos 
una serie de cambios políticos en Portugal. Todo esto requiere una 
cierta sedimentación, pero sobre todo precisa de articulación política y
 democrática a nivel europeo. Precisa de una fuerza que ponga encima de 
la mesa un espacio de negociación que no esté basado exclusivamente en 
los dispositivos de disciplina económica que nos abocan a la destrucción
 del tejido social y de bienestar en Europa.
En el escenario de negociación entre líderes 
políticos de fuerzas tradicionales y emergentes… ¿Los nuevos líderes de 
su formación no corren el riesgo de convertirse en una nueva élite, una 
nueva casta política?
No lo creo, no por ningún tipo de perfeccionismo moral, 
sino porque contamos con mecanismos pensados para evitarlo. Pero también
 importa la realidad material: los sueldos de los representantes de 
Podemos están ligados al SMI; apostar por subir el salario mínimo es 
apostar por subir tu propio salario. Eso es estar conectado a la 
sociedad.
Se habló y se escribió sobre el Podemos 2.0., de 
manera muy resumida: la apuesta por un partido-empresa con un liderazgo 
fuerte y cerrado frente al partido-movimiento de los orígenes. La 
composición de candidaturas y confluencias diferentes en cada territorio
 y los resultados obtenidos el 20D… ¿Ofrecen una nueva fase? ¿Un Podemos
 3.0.?
Creo que, reconociendo de partida los errores cometidos, a
 veces se ha sido muy injusto con la hoja de ruta de Vistalegre. No 
traza un modelo per se, sino una tesis aplicable al tiránico ciclo 
electoral y político que se abría en 2015 y que parece que todavía no ha
 terminado. Por ahora, creo que seguimos en las mismas tesis, donde la 
estrategia plurinacional en el 20D ha sido más un enriquecimiento que 
una revisión del planteamiento de Vistalegre. Lo anterior, obviamente, 
no implica que no tengamos que analizar los cambios que se suceden a 
toda velocidad en el escenario político y adaptarnos a las diferentes 
coyunturas.
No somos marketing, somos gente normal y corriente haciendo política
Podemos está bajo permanente escrutinio público y 
mediático, además de acumular un enorme capital simbólico y político… 
¿Cómo se vive esa situación de acceso al poder? ¿Produce erosión? 
¿Síndrome de Estocolmo?
Hay algo que no soportan las élites y por eso nos tratan 
como intrusos, como si la política fuera un espacio reservado y privado 
para la gente que está llamada a ocupar puestos de liderazgo viajando en
 una especie de escaleras mecánicas de la mediocridad. Sigue siendo 
triste que sea noticia que gente que proviene de la calle o de la 
sociedad civil entre en las instituciones. Pero es obvio que, en 
diferentes grados, nuestras vidas se han transformado por completo. 
Después de las europeas, hasta cierto punto, se asumió estar sometidos 
al escrutinio permanente de los medios y de la propia sociedad porque 
era obvio que venía todo en el mismo paquete. No somos marketing, somos 
gente normal y corriente haciendo política. La gente anónima es también 
la gente que sale del anonimato.
¿Qué mantiene y que innovaciones plantea Podemos respecto a otros partidos políticos como IU o el PSOE?
Así a bote pronto se me ocurren varios aspectos: el modo 
de financiación, la regeneración democrática y la transparencia, la 
austeridad de los cargos, las primarias ciudadanas, las consultas 
revocatorias. En nuestro caso no acudimos a los bancos a pedir créditos,
 solo nos financiamos con las aportaciones y los microcréditos de la 
gente. Nuestras cuentas son públicas y transparentes y están detalladas 
en la web, factura por factura. El dinero sobrante de los sueldos de 
nuestros representantes electos sirve entre otras cosas para lanzar el 
proyecto Impulsa.
La relación de Podemos con Izquierda Unida es tan 
fraternal como fratricida. En territorios como Galiza o Catalunya se han
 planteado candidaturas comunes en las escalas municipal o estatal… ¿Por
 qué en Madrid no hubo acuerdo con la candidatura de Alberto Garzón?
En el caso de Alberto Garzón se intentó pero no salió. 
Trasladar un caso a otro lugar como si fuera un corta y pega es 
complicado. La suma simple o la mirada retrospectiva de supuestas 
cábalas sobre que lo podría haber sucedido sí “la izquierda se uniera”, 
son a mi juicio incorrectas. Las variables no se mantienen estables 
durante ese proceso necesariamente, 2+2 no tienen por qué ser cuatro en 
política. En los territorios como Catalunya, Euskadi, el País Valencià o
 Galiza, las razones no hay que encontrarlas en la suma de siglas o la 
“unidad de la izquierda”. Responden, en mi opinión, a las 
características nacionales en los territorios, responden a una acertada 
postura en defensa de la plurinacionalidad y la democratización de la 
economía junto con la relevancia de liderazgos que cuentan con un gran 
reconocimiento.
El régimen del 78 se parte por la cuestión territorial, además de por la cuestión social
Catalunya está siendo un escenario central en el 
actual terremoto político. El procés catalán, la CUP, el movimiento de 
los Comunes… ¿Catalunya abre los candados del régimen del 78?
Está claro que el régimen del 78 se parte por la cuestión 
territorial, además de por la cuestión social. El ciclo de protestas que
 se abre con la PDD (Plataforma per el dret a decidir), con las 
consultas, se presentaron masivamente en las últimas Diadas del 11S, 
evidenciando una fractura. Es el Partido Popular quien, primero, apela 
al Tribunal Constitucional y espolea el rechazo a lo catalán, y segundo,
 a lo largo de todos estos años ha seguido por la senda del inmovilismo,
 provocando que, según el CEO (Centre d’estudis d’opinió de Catalunya) 
el 42% de los nuevos independentistas argumenten serlo con motivo de los
 comentarios y actitudes del gobierno. Esta fractura ha pasado factura a
 CIU y se abre más cuanto más desoída es la ciudadanía. Parapetarse en 
la letra de la ley empeora los problemas políticos. Solo un referéndum 
pactado y legal --por cierto tal y como defendía el PSC en 2012--, donde
 se le devuelva la palabra a la gente puede desatascar esta situación. 
Desde la democracia como punto de partida, los consensos sociales y 
plurinacionales forjados pueden hacerse realidad.
¿Proceso constituyente o solo referéndum catalán?
Creo que la apertura de un debate constituyente incluye 
también la salida del atolladero en materia territorial. El inmovilismo,
 la falta de estrategia y el desprecio a un proyecto de una España 
plurinacional solo ayudan a que crezca el sentimiento independentista. 
Estoy convencido de que el enfoque más sencillo resultará ser también el
 más eficaz. 
El inmovilismo, la falta de estrategia y el desprecio a un proyecto de una España plurinacional solo ayudan a que crezca el sentimiento independentista
Muchos científicos sociales hablan de “democracias
 de audiencias”. Como si el terreno central de la política contemporánea
 fueran los platós de televisión, los medios de comunicación, las redes 
sociales…
Creo que fue Raymond Williams quien decía eso de que “el 
acto de comunicar es un acto de comunidad”. La manera en la que se 
comunica una sociedad nos dice mucho de la sociedad en la que se vive, 
cómo se trabaja, de qué forma se entienden y estructuran las relaciones y
 los cambios. Hoy vivimos en un tiempo donde los sistemas de 
comunicación y culturales son también sistemas de producción. El espacio
 público se ha convertido en un espacio de producción de mercado 
colonizando así el espacio de la política (aunque nunca lo consigue del 
todo). Vivimos en una sociedad dominada por las reglas del deseo de la 
competitividad, atrapados en la economía de la atención. Esta es la base
 material de una sociedad conectada y desbordada por el exceso de 
comunicación: la política y la sociedad tienen que competir con un mundo
 y un imaginario donde lo que menos hay es tiempo para intervenir, 
tiempo para que alguien te preste atención. Los dispositivos 
audiovisuales son fundamentales en la nutrición de nuestra sociabilidad,
 y es a través de ellos desde donde se generan los sistemas de ideas. 
Esto te obliga a convertirte en un buen “pistolero”. No hago una 
valoración subjetiva, sino una descripción del terreno que precisa de 
cambios sociales más profundos para proteger al mundo de la vida del 
asedio de la mercancía. 
Los candidatos moviendo el esqueleto o tocando la 
guitarra en “prime-time” no son ninguna novedad. En su opinión… ¿Es algo
 que banaliza la política? ¿O es consustancial a las normas del juego?
Lo importante está en ver si es efectivo, pero ojo, no 
efectivo en abstracto, no por cinismo, sino verificar si son medios 
idóneos para un fin en concreto, no cualquiera. Como decía Maquiavelo, 
siempre es mejor no apartarse del bien, si se puede, pero saber entrar 
en el mal si uno se ve obligado. Si estás jugando en el terreno 
electoral, la forma y los tiempos en los que se presenta no los eliges y
 casi nunca puedes marcarlos. En cualquier caso no me convence la idea 
de banalizar, es una acusación que suele repetirse siempre que la 
política se convierte en práctica de muchos y deja de ser tesoro de 
pocos.
 
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