El pasado 3 de septiembre, mientras la inmensa mayoría de estadounidenses disfrutaba del puente que señala el fin del verano en el país (Labor day weekend), la periodista norteamericana Amy Goodman (Washington, D.C., 1957) reconocida por su trabajo al frente del programa Democracy Now! blandía el micrófono ante la cámara, dando voz a los cientos de indios americanos que se concentraban en la reserva Standing Rock, en protesta contra la tubería de acceso a Dakota del Norte, un proyecto de 3,8 billones de dólares cuyo objetivo es trasladar crudo conseguido mediante fracking a través de zonas sagradas y de enterramiento de la tribu Sioux. Los miembros de ésta y otras muchas tribus americanas temen que esta tubería, que pasaría por Dakota del Sur, Iowa, e Illinois, pueda contaminar el río Misuri, la principal fuente de abastecimiento de agua potable de miles de ciudadanos.
Ningún medio de comunicación de alcance había enviado un reportero a la zona para cubrir la multitudinaria protesta, pero el vídeo que Amy Goodman capturó esa mañana y emitió en el programa del día siguiente mostró a fuerzas de seguridad privadas rociando aerosol de pimienta sobre los ciudadanos, y a sus perros ensangrentados tras morder a algunos manifestantes. Cadenas como NBC, CNN, CBS o NPR emitieron entonces el vídeo de Democracy Now!, que rápidamente se hizo viral en la red consiguiendo cerca de 14 millones de visualizaciones.
Ahora, este lunes 17 de octubre, Amy Goodman está de nuevo en la reserva Sioux de Dakota del Norte, esta vez para hacer frente a los cargos que le acusan de conducta criminal aquel día, y que podrían llevarla a la cárcel.
“No he cometido ningún crimen. El Estado de Dakota del Norte no quiere este tipo de trabajo, lo que están haciendo es acusarme de hacer periodismo”, afirma Goodman al teléfono desde la Reserva Standing Rock, horas antes de presentarse ante la justicia. “No me arrestaron ese día, ni al siguiente, emitieron su acusación cinco días después por violación de propiedad privada, lo que es intolerable y no tiene ninguna base. Cuando regresé aquí este fin de semana retiraron los cargos porque sabían que no iban a poder sostenerlos, y ahora la fiscalía quiere acusarme de disturbios, lo que es ridículo. Más que eso, es una acusación profundamente dañina para nuestros principios básicos, una violación directa de la Primera Enmienda”.
La preocupación de Amy Goodman sobre la situación de la libertad de prensa en los Estados Unidos no es algo aislado; varios periodistas han sido arrestados en los últimos años en relación a su cobertura de protestas ciudadanas en Ferguson, Baltimore y otros escenarios en los que grupos como Black Lives Matter proclamaban sus ideales. En plena cuenta atrás hacia las elecciones presidenciales de 2016, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) acaba de lanzar una nota de alarma en la que afirma que un posible gobierno de Donald Trump “representa una amenaza para la libertad de prensa no conocida en la historia moderna”.
Goodman, que ha viajado a Dakota del Norte acompañada por su equipo, defiende que hay una razón por la que la profesión periodística está protegida expresamente en la Constitución. “Es porque se supone que tenemos que actuar como una balanza contra el poder, y eso es lo que estamos haciendo aquí, cubriendo una lucha épica que los nativos americanos llevan afrontando durante muchos meses”, explica.
Para la periodista lo que sucede en Dakota del Norte se relaciona con los muchos otros frentes abiertos por el cambio climático, entre ellos el reciente huracán Matthew, que ha causado cientos de muertes en Haití, el Caribe y el sureste de Estados Unidos.
“Esto está pasando en el terreno y nuestro trabajo como periodistas es ir a donde está el silencio, pero ¿sabes qué es lo interesante? Que cuando llegas allí no hay silencio. Los nativos americanos están levantando sus voces. Es la unificación de tribus más grande en décadas. Más de 200 tribus luchando juntas para proteger la tierra y el agua. Esta es una historia sobre una lucha por destino del planeta. Todos los periodistas deberían estar aquí”.
Goodman lamenta la falta de independencia en los medios y la escasez de más voces retransmitiendo los problemas que no están en la agenda de las grandes cadenas. “El hecho de que no haya más periodistas de grandes compañías aquí es algo muy serio. Es un problema que va más allá del periodismo, la libertad de prensa es importante. Tiene que ver con el derecho de la gente a saber. La ciudadanía necesita información para poder tomar sus propias decisiones y eso es lo que enciende una verdadera democracia”.
Mientras el vídeo de siete minutos sobre las protestas, emitido en Democracy Now! llegaba a miles de personas en todo el mundo, y el presidente Obama anunciaba un alto temporal a la construcción de la tubería de acceso a Dakota del Norte, pocos medios de comunicación habían publicado información sobre Amy Goodman y su inminente arresto, hasta que la semana pasada, la periodista anunció en directo que este lunes 17 de octubre se entregaría a la justicia.
Entre los pocos que salieron en su apoyo al principio, el CPJ pidió a las autoridades de Dakota del Norte que “dejaran de avergonzarse a sí mismas, retirasen los cargos contra Amy Goodman y se asegurasen de que todos los periodistas tienen libertad para hacer su trabajo”. Medios independientes, y algunos más conocidos como Rolling Stone o The Nation, han mostrado su solidaridad hacia Goodman. La periodista no es la única persona que se enfrenta a cargos en Dakota del Norte por informar sobre las protestas. La también periodista y documentalista Leah Scholsberg está ahora mismo en prisión, y podría enfrentarse a un máximo de 45 años por documentar protestas. La actriz Shailene Woodley, co-protagonista de la película Snowden, también fue detenida en una de las protestas.
“Tenemos que luchar constantemente para proteger el derecho de la gente a saber. Ese es nuestro trabajo”, insiste Amy Goodman, que este año ha recorrido Estados Unidos para celebrar el vigésimo aniversario de su programa. Una emisión que se retransmite a diario en más de 1.400 estaciones de radio y televisión de todo el mundo.
“La cobertura del cambio climático, tan disputada en mi país, es crítica en este año electoral. Los periodistas no han planteado el tema en ningún debate. Quizá los periodistas de élite no están haciendo las preguntas adecuadas”-- critica --, “pero la gente está hambrienta de voces independientes”.
“La ciudadanía debe demandar toda la información que pueda. El parón en la construcción de la tubería en Standing Rock es el resultado de una lucha épica de las tribus y los activistas medioambientales de todo el mundo para preservar el planeta. Pero estas luchas están sucediendo no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo”, recalca la veterana periodista, en un último mensaje antes de presentarse ante la justicia.
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