lunes, 9 de abril de 2018

Los Franco, una familia con ánimo de lucro




El relato cuenta que era austero. Pero le encantaba ir bajo palio. Los hagiógrafos hablan de su sencillez, pero vivía en palacios rodeado de personas a su servicio. Cuenta la leyenda que era un hombre sin grandes alharacas, pero mantuvo la Guardia Mora a las puertas de sus residencias hasta el último suspiro; se decía que vivía con poco, pero se puso tras la Guerra Civil un salario de 700.000 pesetas al año en un país con una renta per cápita de 5.765 pesetas por habitante.
Francisco Franco, el dictador, el Generalísimo, aka el "Caudillo de España por la gracia de Dios", según las monedas que humildemente mandó acuñar durante 40 años, dejó el patrimonio familiar atado y bien atado tras su muerte, el 20 de noviembre de 1975.
Franco, como buen dictador que se precie, hizo un uso patrimonial del Estado: asumió que España era suya –no en vano la había salvado, según él, de la antiespaña comunista y de la conspiración internacional judeomasónica–, y qué menos que cobrárselo. 
El pazo de Meirás, el disputado pazo de Meirás, nunca fue comprado ni pagado por Franco. Pero se lo quedó, por el mismo mecanismo que podía haberse quedado el palacio del Pardo, pero éste sí que ha permanecido dentro del Patrimonio Nacional. El pazo, que perteneció a Emilia Pardo Bazán, sin embargo, pasó al patrimonio familiar sólo por haberlo ocupado durante cuarenta años como residencia veraniega del jefe del Estado, donde reunía a Consejos de Ministros, recibía a otros dictadores, como el portugués Salazar, o incluso a su sucesor en la jefatura del Estado, Juan Carlos de Borbón y familia.
Hasta tal punto la familia se ha quedado con el pazo, ofrenda de la ciudad de A Coruña –por la vía de su alcalde– a Franco en 1938, que lo ha puesto a la venta en 8 millones de euros.
El periodista, escritor y estudioso del franquismo y la Transición Mariano Sánchez Soler, publicó hace unos años Los Franco, S. A. (Oberón), un prolijo tomo en el que repasa las propiedades y sociedades de una familia que, viniendo de la nada, ha amasado una buena fortuna gracias al paso del patriarca por la jefatura del Estado.
 “Aunque no tengo el gusto de conocerle, por su grandiosa reconquista de España”, José María de Palacio y Aberzuza, conde de las Almenas, legó al morir en 1937, según su testamento reproducido por Sánchez Soler en su libro, la finca Canto del Pico, de 820.000 metros cuadrados, en Torrelodones.
Aquella finca, la primera que recibió Franco por ser Generalísimo, fue vendida por la familia medio siglo después, en 1988, por 320 millones de pesetas –casi dos millones de euros–.
"A pesar de los años transcurridos (o precisamente por ello)", explica Sánchez Soler, "resulta imposible conseguir un inventario total del clan de El Pardo, ese triángulo compuesto por los Franco, los Polo [familia de su esposa] y los Martínez Bordiú [la familia de su yerno]". No obstante, Sánchez Soler reproduce un listado de empresas en cuyos consejos de administración figuraban personajes de El Pardo en 1975 y que evidencia la acumulación de prebendas, salarios y beneficios para la corte del dictador.

Según explica  Juan Miguel Baquero en el  especial 40 años de desmemoria, "el dictador filtró para sí parte de las donaciones 'a la causa nacional' en plena guerra civil y revendió 600 toneladas de café donado por Brasil a España en 1939. El general golpista tenía en agosto de 1940 una fortuna cercana a los 400 millones de euros y el 'holding empresarial' de El Pardo acumuló sueldos, comisiones, regalos y gratificaciones para amasar su riqueza".
"Entre las dificultades para obtener una cifra exacta del patrimonio de Franco existían dos insalvables", explica Sánchez Soler, "muchas fincas estaban camufladas tras sociedades mercantiles y tampoco se ha podido definir el justiprecio de las propiedades en el extranjero –Filipinas y Miami–". A pesar de ello, el periodista enumera la veintena de propiedades de la viuda del dictador y sus descendientes, con su valor escriturado en aquel momento, según los datos obtenidos en los registros:
Pazo de Meirás: 110.000 metros cuadrados; 75 millones de pesetas –puesto a la venta en 8 millones de euros–.
Canto del Pico. Vendida en 1988 por 320 millones de pesetas.
Palacete de Cornide: tres plantas con 879 metros cuadrados; 20 millones de pesetas.
Edificio de la calle de los hermanos Bécquer, número 8 de Madrid. Tres pisos. 36 millones de pesetas.
Valdefuentes. Finca de casi diez millones de metros cuadrados en Arroyomolinos (Madrid). Escriturado en tres millones de pesetas, podría tener un valor entonces de 600 millones.
Casa natal de Franco en Ferrol: ocho millones de pesetas.
Chalet en la reserva de Los Monteros, Marbella: 80 millones.
Palacio de Caza de Franco en Castillo de las Navas (Córdoba), vendida por la hija de Franco tras la muerte de su padre en 90 millones.
Finca en Pareja (Guadalajara). 18.000 metros cuadrados. 10 millones.
Urbanización La Florida, 47 millones de pesetas.
Finca en Cerca de los Monteros (Marbella): 25 millones.
Otra finca en Cerca de los Monteros: otros 25 millones.
Finca en Chillarón del Rey, Guadalajara: 1,5 millones de pesetas.
Finca en Guadalajara: 500.000 pesetas.
Chalet en Entrepeñas (Guadalajara), comprado por Cristóbal Martínez Bordiú. 20 millones.
La Piniella, en Asturias. Finca de la familia Polo.
Finca y chalet en Torremolinos (Málaga), vendido por Villaverde en 1981 por 200 millones de pesetas.
Chalet en Miami.
Plantaciones en Filipinas, 23.000 hectáreas sólo rastreadas en informaciones periodísticas.
Chalet en Puerta de Hierro (Madrid), vendido por Carmen Martínez Bordiú a los embajadores de Venezuela después de vivir allí cinco años; Carmen Polo se lo regaló a su nieta. 150 millones de pesetas.
Finca en Oleiro (Coruña).
Chalet en La Moraleja (Madrid), futuro domicilio de Francis Franco y María Suelves.
"¿Se puede cuantificar la fortuna de los Franco?", se pregunta Sánchez Soler. "Resulta incalculable", concluye. Y apunta a cálculos que la cifran en 20.000 millones de pesetas, "si bien otros han multiplicado por cinco esa cifra". Es decir, entre 120 y 600 millones de euros. Y todo, tras ganar la Cruzada nacional y convertirse en Caudillo de España por la gracia de Dios.


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