Las mujeres del Kurdistán hemos logrado hackear los roles tradicionales que se nos habían asignado social y culturalmente, dentro y fuera de nuestras propias comunidades
Melike Yaşa 7/03/2023
No aceptamos la idea de que el derecho a vivir en paz sea visto como una utopía. No solo no lo aceptamos, sino que todos nuestros esfuerzos e iniciativas, como Movimiento de liberación y particularmente como Movimiento de Mujeres Libres del Kurdistán, van en ese sentido, precisamente para ir más allá de pensar alternativas dentro del marco de posibilidades que nos ofrece este sistema.
Celebramos estos encuentros, por entenderlos como una continuidad de tantos otros que venimos impulsando como los de la red de Mujeres Tejiendo Futuro en 2022, que reunió en Berlín a 700 participantes de 50 países. Para nosotras, no solo son espacios de reafirmación de la solidaridad activa con la Revolución en Kurdistán, no solo son un lugar donde reconocer y abrazar otras experiencias revolucionarias de otros continentes, sino que son auténticas oportunidades para avanzar en la construcción de una agenda común que nos permitirá definir objetivos claros y alcanzar transformaciones concretas.
Desde nuestro Movimiento no tenemos dudas al afirmar que nos encontramos en un momento único en la historia, donde están dadas todas las condiciones necesarias para llevar adelante una auténtica revolución. Decimos sin temor a equivocarnos que ¡podemos convertir el siglo XXI en la era de la liberación de las mujeres!
Sabemos que el sistema dominante es artero y que estamos enfrentando los ataques intensificados de una hegemonía patriarcal que pretende perpetuar su existencia. Por eso resulta imperativo organizar nuestra lucha a escala global en todos los frentes. Es necesario y urgente superar la fragmentación y construir una mayor coordinación entre los movimientos de mujeres de todo el mundo, para poder alcanzar un nivel de organización mayor y convertir nuestra resistencia en avances radicales y sostenibles que reviertan las condiciones actuales de la vida.
La profundización de las políticas de muerte llevadas adelante por los Estados y toda la trama que las posibilita –desde las corporaciones trasnacionales con su modalidad de acumulación extractivista, las industrias armamentistas hasta los medios de desinformación masiva– nos exige precipitar los tiempos de acción. Tenemos la capacidad para hacerlo. Así lo demuestra nuestra memoria histórica de luchas, construidas desde una mirada del mundo alejada de sus lógicas racistas, patriarcales, mercantilistas y colonizadoras. Son esas mismas experiencias las que nos han demostrado que el nivel de libertad de la sociedad se mide a través de la libertad de las mujeres. Como sostiene nuestro líder Abdullah Öcalan –encarcelado en aislamiento solitario en la isla prisión de Imrali en Turquía hace 24 años–, “no puede haber una sociedad libre, sin mujeres libres” (...)
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