“Creemos que el dinero casi infinito puede hacer que todo sea posible”. Es la carta de presentación de Skyland Wealth, plataforma comunitaria online asentada en Berlín que reúne entre sus más de 350 miembros a multimillonarios e incluso a ricas dinastías familiares. Un “cielo de oportunidades”, se definen. Sus redes se expanden por varios países y, en medio del debate actual sobre la emergencia habitacional en Balears, convertida en objeto de deseo de los grandes inversores y en foco de la especulación inmobiliaria masiva, ahora han encontrado un nuevo destino en el que encontrar adeptos: Mallorca.
Entre fotografías de mansiones, lujosos yates y restaurantes de alto nivel, la empresa, en su web, 'ofrece' la isla como un lugar en el que no solo se puede “vivir exquisitamente”, sino también “invertir de forma lucrativa”: “Por ejemplo, construyendo propiedades de lujo”. “Contacta con nosotros si quieres comprar o vender, o también si buscas family office como socios, inversores o coinversores”, animan. Para marcar el lanzamiento de Skyland Mallorca, la startup ha anunciado un “evento familiar exclusivo” el próximo 29 de abril en algún punto de la isla que la comunidad no ha especificado de forma pública. Para conocer los detalles de la cita es imprescindible hacerse miembro de la red. Y disponer de un patrimonio neto de, al menos, 25 millones de euros. Casi nada.
La plataforma, fundada a principios de 2021, pretende construir la mayor red del mundo para personas con elevado poder adquisitivo o UHNWI (individuos de patrimonio neto ultra alto, por sus siglas en inglés). Su objetivo es que sus miembros, entre quienes se cuentan grandes empresarios, celebridades y familias aristocráticas, puedan estar conectados por las nuevas tecnologías y, mediante “valores compartidos”, favorecer los intercambios comerciales, de inversión y personales “únicos”. Desde Skyland Wealth ven “la riqueza como una oportunidad” y la crean “tanto para la red como para la sociedad”. “Aprovechamos el poder del dinero para crear un futuro mejor y más sostenible”, añaden.
Una cita para el “intercambio confidencial”
Desde la comunidad de grandes fortunas señalan que el evento que tendrá lugar en Mallorca se llevará a cabo en un espacio donde se podrán intercambiar asuntos privados y de negocios “en un ambiente relajado e íntimo”, como comentan en su web. “Puede pasar una tarde soleada de primavera entre personas con ideas afines, que invita al intercambio confidencial y está acompañada de delicias gourmet”, añaden.
“Para nosotros y nuestros miembros, nuestros valores han tomado la forma de un código de conducta, una brújula moral que define cómo queremos tratarnos unos a otros y hacer negocios”, destacan en Skyland Wealth. Para ello, la plataforma celebra regularmente reuniones y eventos en los que participan, en un entorno “pequeño e íntimo”, grandes poseedores de riqueza: “Puede ser una cena sencilla sin agenda o una presentación interesante de un miembro sobre un tema (por ejemplo, inversiones de impacto). En estos casos, el lugar suele ser muy privado”, precisan. La idea radica en que de estas celebraciones surjan “oportunidades ilimitadas para crear un mundo mejor”. “Alguien que tiene la suerte de ser ultra rico puede hacer mucho”, dicen.
La plataforma promociona Mallorca como el lugar donde la mayoría de ellos se “sienten” como “en casa”: “Ya sea que se mude a la isla por primera vez, esté buscando reducir, ampliar o revender lucrativamente su propiedad, podemos ayudarlo a encontrar el comprador o vendedor adecuado en nuestra comunidad con total discreción. Ya se trate de una villa en Port d'Andratx, una finca en Deià, un ático en Puerto Portals o una mansión histórica en Palma, conocemos el camino y estamos en el terreno”, recalca.
Mallorca: de los inversores a la falta de vivienda asequible
El evento tendrá lugar en un contexto marcado por los debates en torno al futuro de Balears, convertida desde hace años en paraíso para las empresas de bienes raíces y las grandes fortunas, principalmente centroeuropeas, que buscan invertir estratégicamente en las islas mediante la adquisición de fincas y mansiones a golpe de talonario. Una situación que, junto a otras como el desenfreno del alquiler vacacional y el déficit de vivienda asequible, ha motivado el desplazamiento de la población local, incapaz de competir con la demanda extranjera a la hora de hacer frente a los desorbitados precios de alquiler y compra.
Precisamente, Balears es la autonomía con mayor peso de adquisición por parte de extranjeros. Casi cuatro de cada diez operaciones inmobiliarias –un 38,95% de todas ellas, frente al 12,61% a nivel estatal– la protagonizan compradores internacionales, de acuerdo a los datos de la Estadística Registral Inmobiliaria relativos al pasado año. Son, sobre todo, viviendas unifamiliares en primera línea cuyos precios rondan las siete cifras.
Y es que, a pesar de que los precios mostraron durante la pandemia una mayor resistencia a la baja -particularmente, los de la vivienda nueva- en comparación con otras crisis, como apuntaba en 2021 el Banco de España, la favorable evolución de la situación sanitaria ocasionada por la COVID-19 y, con ello, la recuperación de la movilidad internacional sirvieron de acicate a los movimientos de compraventa por parte de los ciudadanos extranjeros -con los británicos (12,42%) y los alemanes (10,93%) a la cabeza-, una situación que en el caso de Balears ha vuelto a hacer saltar las alarmas.
Límites a la compra de vivienda para extranjeros
Uno de los debates que en la actualidad se encuentran sobre la mesa es el de limitar la compra de segundas residencias por parte de extranjeros en una comunidad autónoma que registra los mayores encarecimientos de los precios en la compraventa de inmuebles y donde más años de salario se requieren para poder afrontar la adquisición de un hogar. Se trata de una propuesta inédita a nivel estatal que el año pasado decidió plantear la coalición ecosoberanista MÉS per Menorca –formación que en diversas iniciativas ha ofrecido apoyo externo al actual Ejecutivo de Francina Armengol (PSIB-PSOE)– ante la creciente escalada de precios de la vivienda en las islas y la problemática que desde hace décadas arrastra el archipiélago en esta materia, como la escasez de suelo, la presión urbanística o la limitación de las viviendas disponibles como efecto colateral de la pujanza del alquiler vacacional.
Balears mira así hacia Canadá. Y es que el Ejecutivo de Justin Trudeau prohibirá durante los próximos dos años la compra de viviendas a extranjeros no residentes con el objetivo de controlar los precios, desbocados desde el comienzo de la pandemia, y contener, además, la adquisición de propiedades como inversión por parte de las grandes fortunas internacionales.
Grecia, mientras tanto, acaba de restringir los requisitos para lograr las golden visa inmobiliarias o programas de residencia por inversión; Portugal las ha eliminado y ha prohibido nuevos pisos turísticos y Bruselas ha puesto en entredicho este tipo de iniciativas –que nacieron al socaire de la última crisis financiera– porque han beneficiado a las grandes fortunas rusas próximas al Kremlin.
Por su parte, Unidas Podemos ha llevado una medida similar al Parlament balear a través de una Proposición No de Ley (PNL) que este martes apoyó el PSIB-PSOE tras pactar una enmienda para que se busque su posible encaje legal en la normativa estatal y europea. Los socialistas se habían opuesto inicialmente a la iniciativa de la formación morada, en cuyo texto inicial instaba a impulsar una ley autonómica para fijar la restricción.
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