Marina Vilte. Continúa desaparecida, por defender la educación pública, por luchar en mejorar las condiciones de trabajo de los maestros

 6/3/2017

Héctor Rodríguez está con Cristina Espinola 

Entre los centenares de docentes desaparecidos durante la última dictadura, figura Marina Vilte. Maestra jujeña de Humahuaca y secretaria general de CTERA, el gremio docente de Jujuy. Algo pequeña, de pelo negro ondulado, sus ojos revelaban sus raíces, de tan rasgados. Era una mujer austera, con convicciones de hierro y extremadamente solidaria. Marina fue detenida el 24 de marzo del 76.

Sus compañeras de celda la recuerdan cantando coplas para que todas se olviden del terror de ese lugar y esas horas. “Por qué me voy a ir si no estoy haciendo nada malo”, argumenta frente a las maestras que le ruegan que se aleje, cuando la dejan en libertad. Recorría las comisarías pidiendo por cada detenido político. Los genocidas insistieron. En diciembre de ese año negro volvieron a secuestrarla. Continúa desaparecida, por defender la educación pública, por luchar en mejorar las condiciones de trabajo de los maestros del Norte. Por ocuparse de cada niño jujeño rodeado de hambre y miseria. 

Me pregunto -donde quiera que ella esté- hasta dónde llegará su impotencia e indignación al ver las imágenes del presidente Macri junto al gobernador Morales inaugurando con cinismo, y falsamente, el ciclo lectivo en la localidad de Volcán –pago que ella tan bien conoció– cuando los gremios docentes de todo el país están de huelga y luchando dignamente por sus derechos, contra un gobierno neoliberal.

HR.