Atenas | 24 de Junio de 2015
http://ctxt.es/es/20150625/politica/1584/En-qu%C3%A9-consiste-de-verdad-la-propuesta-de-Tsipras-Grecia-FMI-Syriza.htm
Otra “semana crucial para Grecia” que pasa con más
pena que gloria. En esta ocasión se han mezclado todos los ingredientes:
amenaza de corralito sugerido por Draghi, reuniones en Bruselas al más
alto nivel, auditoría de la deuda, concentraciones en la plaza Syntagma a
favor y en contra de las políticas de austeridad y, por primera vez
desde febrero, varias partes que se muestran convencidas de que al
acuerdo es inminente.
Sin duda, el hecho político más importante de estos
últimos días ha sido que los acreedores, con Merkel a la cabeza, han
aceptado la posibilidad de que Grecia reestructure su deuda. Algo a lo
que no habían accedido cuando Grecia decidió unilateralmente agrupar los pagos de junio al FMI.
Durante la reunión de jefes de Gobierno en Bruselas el
lunes 22 de junio, Tsipras presentó una propuesta que, tal y como le
exigen los acreedores, prevé un ahorro de 8.000 millones de euros. El
92,4% de esos 8.000 millones consisten en una reforma fiscal que grava a
las rentas más altas, el turismo y los artículos de lujo.
El objetivo del Gobierno griego no es discutir la
necesidad de reducir el déficit, en lo que todas las partes están de
acuerdo, sino sustituir las medidas de austeridad impuestas por la
Troika a los anteriores gobiernos por una mayor recaudación, acompañado
de una reestructuración de la deuda, punto que Atenas considera
crucial.
Los acreedores, hasta este lunes, sólo eran favorables a
subir el IVA. El impuesto sobre el valor añadido en Grecia hoy consta de
tres tipos. Uno general del 23%, uno reducido del 13% para alimentos y
la energía y uno súper reducido del 6,5% para medicamentos, libros,
entradas de teatro y hoteles.
Los acreedores proponían que hubiera dos tipos: el
reducido del 11% para medicamentos y alimentos y el general del 23% para
todo lo demás. La propuesta de Tsipras, por el contrario, rechaza
reducir el IVA a dos únicos tramos y mantiene los tres actuales: baja el
súper reducido del 6,5 al 6% y acepta que los hoteles se graven al 13%,
en vez del 6,5% actual. Sólo se modifican al alza los hoteles. El
resto, incluida la electricidad, se queda como está. La propuesta sí que
acepta la supresión del IVA reducido del que gozan ahora las islas para
las tres más grandes y turísticas: Mykonos, Santorini y Rodas. Se
mantiene para todas las demás.
La propuesta aumenta el llamado "impuesto de solidaridad",
la tasa que se impone a las rentas más altas. Los que perciban ingresos
superiores a 50.000 euros anuales tendrán un recargo del 4%
-actualmente es un 3%- y los que superen los 100.000 pagarán un 6%,
frente al 4% actual. Además, se introduce una subida del 8% en el IRPF
para los ciudadanos que tengan ingresos de más de 500.000 euros al año.
Los que perciban ingresos superiores a 50.000 euros anuales tendrán un recargo del 4% -actualmente es un 3%- y los que superen los 100.000 pagarán un 6%, frente al 4% actual
Por otro lado, el ejecutivo heleno prevé crear un impuesto
especial que grave con un 12% los beneficios empresariales superiores a
los 500.000€ al año, así como una subida del 3% en el impuesto de
sociedades.
Además, subirá el impuesto para bienes de lujo que
comprende a los coches de gama alta, los aviones y yates privados y las
piscinas privadas. Por último, se creará una tasa para la publicidad en
televisión, un impuesto sobre las ganancias en juegos de azar de
internet y una tasa sobre las licencias de telefonía 4G.
La parte más controvertida del acuerdo es la referida a
las pensiones, con la que prevé ahorrar 605 millones de los 8.000
citados. En la línea del acuerdo firmado en febrero, el borrador prevé
restringir paulatinamente la jubilación anticipada desde 2016 a 2025. Al
contrario de lo que le pedían los acreedores, Tsipras no ha aceptado un
recorte de las prestaciones pero propone subir la contribución de las
pensiones a la seguridad social, con la condición de que no afecte a las
pensiones más bajas. El aumento de las cotizaciones sería del 3,9% de
media. Las cotizaciones a las pensiones auxiliares pasarían del 3%
actual al 3,5%.
La cuestión de las pensiones le ha valido críticas a
Tsipras, algunas de ellas dentro de su propio partido. Concretamente,
desde la Plataforma de Izquierdas. En julio de 2013, Syriza dejó de ser
formalmente una coalición para ser un partido. Así, los partidos que
formaban la coalición se constituyeron en corrientes internas. La
Plataforma de Izquierdas surge de la unión de tres partidos trotskistas:
DEA, APO y la Red Kokkino.
La voz más crítica esta vez ha sido la de Stathis
Kouvelakis, un profesor universitario miembro del Comité Central que
vive en Londres. En la línea de lo que la Plataforma de Izquierdas lleva
diciendo desde el inicio de la legislatura, han criticado lo que
consideran cesiones de Tsipras y han apostado de nuevo por un impago
acompañado de la salida voluntaria del euro. La Plataforma, que cuenta
con un 28% de representación interna y varios diputados, nunca ha roto
la disciplina de voto. Si esta vez lo hiciera provocaría un adelanto
electoral en un momento, el actual, en el que Tsipras goza de mayor
popularidad que cuando ganó las elecciones, según todas las encuestas.
El efecto, paradójicamente, sería precipitar unas elecciones en las que
el sector afín a Tsipras aumentaría su representación mientras la
Plataforma de Izquierdas perdería todos sus diputados. Dicho en otras
palabras: la amenaza de no votar las medidas de Tsipras y la escisión es
un farol que se debe enmarcar en el juego de poder interno.
Una vez conocida la propuesta de Tsipras, Merkel, Rajoy y
el resto de jefes de gobierno quisieron vender la propuesta como una
claudicación griega, para así poder aceptar el acuerdo. Pero cuando la
firma parecía ya un hecho, las diferencias entre los acreedores
volvieron a aflorar. El miércoles 24, el FMI volvió a vetar la
resolución. El FMI exige recorte de pensiones, subida del IVA y critica
la subida del impuesto de sociedades, lo que sitúa la partida, de nuevo,
en la casilla inicial.
La negativa del FMI vuelve a poner sobre la mesa la
cuestión del impago de la deuda. De hecho, el acuerdo de Tsipras ofrecía
a los acreedores la posibilidad de apuntarse un tanto en el plano
político, en tanto que evitaba la escenificación del impago tal y como advertía hace dos semanas Isidro López en CTXT:
"La cuestión clave es cómo se consigue no pagar la deuda, que es
impagable. Si hay escenificación de la declaración unilateral de impago o
no".
Tsipras ha declarado que “si los acreedores no aceptan la
propuesta, tal vez haya llegado el momento de decir 'el gran No'”. En la
política griega, la negación tiene más alcance del que podría parecer.
La fiesta nacional, el 28 de octubre, se llama El día del no.
Conmemora la fecha en la que el general Yannis Metaxás pronunció su
célebre «¡No!» al ultimátum entregado por el embajador italiano en
Atenas durante la Segunda Guerra Mundial. Se negó así a aceptar la
entrada de las tropas del ejército italiano en el territorio heleno, y
empezó la guerra. Cuando alguien en Grecia dice “ha llegado el momento
del no” apela a algo verdaderamente serio.
Pero Tsipras no dijo sólo “no”, sino “el gran No”, en
referencia al poema de Constantino Cavafis “Che fece... il gran
rifiuto”. Las palabras de Cavafis, escritas hace cien años, se revelan
terriblemente bellas y premonitorias:
“A cada cual le llega el día de pronunciar el gran Sí
o decir el gran No.
De inmediato se entiende quién tiene
preparado en su interior el Sí, y diciéndolo
hace honor a su convicción.
El que se negó no se arrepiente. Si de nuevo le preguntasen
diría no otra vez. Pero ese
no -que es justo- lo arruina para siempre”.
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