German Cano ·  24/2/2018
Jacobo
 nos enseñó una mirada y un ethos más allá de corrientes y tradiciones. 
No he aprendido de nadie tanto como de él sobre cómo la filosofía puede 
encarnarse y luchar contra la terrible dictadura de la necesidad. Fue un
 cuerpo feliz hasta el último momento, aunque estuviera desde hace años 
sometido a los imperativos de lo biológico. Aún así se daba sus pequeños
 homenajes. En La Carpa deberían poner una placa. 
Jacobo fue una escuela de muchos discípulos contradictorios entre sí, lo cual le honra. La lista sería agotadora. El mismo abrazó contradicciones que aún constituyen el suelo en el que luchamos, trabajamos y amamos. Cómo me alegro de haber organizado en 2012, junto con Edu Maura y Eugenio Moya, ese homenaje. Se sentía orgulloso. Este texto parte de ahí ante la urgencia de nuestra pérdida.
Jacobo fue una escuela de muchos discípulos contradictorios entre sí, lo cual le honra. La lista sería agotadora. El mismo abrazó contradicciones que aún constituyen el suelo en el que luchamos, trabajamos y amamos. Cómo me alegro de haber organizado en 2012, junto con Edu Maura y Eugenio Moya, ese homenaje. Se sentía orgulloso. Este texto parte de ahí ante la urgencia de nuestra pérdida.
Jacobo Muñoz  (Valencia, 1942-Madrid, 23 de febrero de 2018)  en la Transición filosófica española. Germán Cano da la medida de
 la talla intelectual y moral del pensador, que concebía la filosofía 
como escuela de libertad
elcultural.com
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OTRA COSA: El insulto y la amenaza en boca de expoliadores y torturadores es lo que debería escandalizarnos
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OTRA COSA: El insulto y la amenaza en boca de expoliadores y torturadores es lo que debería escandalizarnos

 
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