Cito un trozo de entrevista por si no tenéis acceso:
"Mis libros favoritos, de El Quijote a Trampa 22, tienen una superficie cómica y el horror está justo debajo. Es la mejor combinación, porque así es el mundo y así es el día a día en EE UU: el horror y la belleza están juntos en todo momento. Es un lugar hermoso, un gran lugar en muchos sentidos. Pero somos una sociedad bárbara. Nos vinimos a España porque es la sociedad más evolucionada del mundo”.
En 2019 estuvo viviendo unos meses en Canarias con su familia —”intentando alejarnos de Trump una temporada”— y ahora añade: “Créeme, aquí no hay violencia, la democracia es muy tranquila, incluso con partidos como Vox. Hay gente así en todas partes, pero la vida cotidiana es más cuerda y más civilizada. Fue un gran alivio. La gente me preguntaba a la vuelta: ‘¿Cómo ha sido estar en España?’. Pues aquí todo fue racional, mientras que en EE UU no están del todo evolucionados. En la escala de la evolución social, EE UU está por debajo de Francia y por encima de todos está España”.
Desde dentro no se percibe lo mismo, le digo. Aquí da la impresión de que somos una democracia imperfecta. “Pues yo lo digo todo el tiempo: Esto no es EE UU. Allí, ahora mismo, no estamos evolucionando, estamos retrocediendo. Nos estamos convirtiendo en una teocracia cristiana. Grupos que parecen talibanes cristianos están tomando el control en muchas ciudades del país”, responde.
Cuenta un ejemplo para sustentar su teoría. En mayo descubrió que El Círculo había sido retirado de las listas de lectura de un instituto de Rapid City, una ciudad de 67.000 habitantes en Dakota del Sur. Era uno de los cinco libros —cuatro novelas y unas memorias— que se consideraban inapropiados para los estudiantes de último año de secundaria. Así que decidió ir para comprobar cómo era posible. “Cuando fui allí descubrí que un grupo de fundamentalistas cristianos se había hecho cargo de la junta escolar, esa era la razón. Y habían prohibido el libro por dos páginas de sexo ¡Dos páginas! Todos esos libros habían sido prohibidos porque tenían unos pocos pasajes en los que se hablaba de sexo. Resultó que toda la junta era gente salida de la iglesia. Ninguno tenía hijos allí estudiando. Ni uno. Pero quieren controlar la conversación cultural controlando el consejo escolar y diciendo: ‘Estos libros no son aceptables’. "
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