
Me siento en esta plaza virtual y desde mi propio criterio y libertad de pensamiento, opino y propongo…
El movimiento del 15-M, también llamado de
LOS INDIGNADOS, del que me siento partícipe, debe continuar siendo
asambleario, difuso, diverso, sin lideres, sin organización estable… Sé perfectamente que esta forma tiene sus inconvenientes, pero es la única arma que tenemos para no ser absorbidos por el poder y derivar en un organismo más, con unos estatutos que excluyen, con dirigentes que tienen que cobrar para dedicarse a toda la burocracia que conlleva una organización, con sus subvenciones para sufragar los gastos de locales e infraestructuras, etc etc etc.
Los
indignad@s son variopintos porque la indignación proviene de situaciones muy diversas, no hay un prototipo de
indignad@, esa variedad explica la variedad de reacciones, unas más airadas que otras, la variedad de estética, de edad, de formación, de recursos y de trabajos, etc. Como no hay prototipo@s de
indignad@s, nadie debería arrogarse la representación de nadie, condenar o criticar nada que entre dentro de unos mínimos que convendría definir muy claramente.
Este movimiento ha de moverse dentro de la
no-violencia, la
resistencia y la
desobediencia civil. El monopolio de la violencia lo tiene el Estado y no debemos enfrentarnos en ese terreno porque siempre nos ganaran y nos desprestigiaran a través de los medios de comunicación del poder. La violencia debilita la razón y genera una dinámica en la que tenemos las de perder, nuestras armas deben basarse en la palabra porque tenemos la razón, quien no la tiene necesita de las armas, las porras, la difamación, la mentira, la provocación, la manipulación…

Este movimiento necesita un
programa breve y concreto, no vamos a revolucionar el mundo con esta protesta, está muy bien abrir debates y acordar deseos, pero el movimiento se tiene que centrar en puntos básicos, que cambien de manera sustancial la situación actual en la que los débiles, los que viven de su trabajo, cargan con las consecuencias de la crisis, a saber (sintetizo del Manifiesto
DEMOCRACIA REAL YA, del libro de TONY JUDT,
Algo va mal y de lo que bulle en la cabeza de Laura Uve):
1- El actual funcionamiento de nuestro
sistema económico es un obstáculo para lograr que la sociedad sea cada vez más igualitaria, solidaria y que permita el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas. El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
Se ha santificado a los banqueros, corredores de bolsa, inversores, nuevos ricos y cualquiera que tenga acceso a grandes sumas de dinero. Aún que muestren una clara incompetencia, siempre habrá un economista que desde una posición de autoridad intelectual indiscutida, afirmará que sus actos son útiles socialmente y que no deben ser sometidos al escrutinio público.
Es necesario replantear la cuestión de la “utilidad” y, por tanto, de la eficiencia y la productividad económica, no olvidando las consideraciones éticas y los objetivos sociales amplios. Hay que articular las objeciones a nuestra forma de vida, mirar críticamente nuestro mundo y si pensamos que algo está mal, debemos actuar en congruencia con ese conocimiento.
2- La necesidad de mantener y ampliar los
derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
De todos los objetivos, el prioritario es reducir la desigualdad, si se sigue siendo grotescamente desiguales, perderemos todo sentido de fraternidad, condición necesaria de la política. Hemos de volver a recordar cómo hablar de los problemas de la injusticia, la falta de equidad, la desigualdad y la inmoralidad.
3- La democracia parte del pueblo así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la
clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
El “individualismo” se ha convertido en la consigna de todas las opciones políticas y la política se ha convertido en un agregado de reivindicaciones individuales a la sociedad y el Estado. La “identidad” empezó a colonizar el discurso público: la identidad individual, la identidad sexual, la identidad cultural (…). Dar prioridad a las reivindicaciones de los individuos generó el debilitamiento de un propósito común, lo que quedaba era el subjetivismo de los intereses y deseos individuales, medidos individualmente. A su vez esto desembocó en un relativismo moral y estético.

4- Es necesaria una
Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro. Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
Necesitamos personas que hagan una virtud de oponerse a la opinión mayoritaria. Una democracia de consenso permanente no será una democracia durante mucho tiempo. Un círculo cerrado de opiniones o ideas en el que nunca se permite ni el descontento ni la oposición pierde la capacidad de responder con energía e imaginación a los nuevos desafíos
Existen muchas “fuentes de disconformidad” que no se deben dejar en manos de especialistas políticos ni de instituciones degradadas, ya que dichos políticos son los responsables del dilema. Hay que comenzar en otro sitio porque la distancia producida entre la naturaleza intrínsecamente ética de la toma de decisiones públicas y el carácter utilitario del debate político, es lo que ha provocado la falta de confianza en los políticos y la política.
ESTA ES LA FUERZA CON LA QUE CONTAMOS… NO NOS PARARÁN…
Me gusta la originalidad y la idea de libertad que transmiten las obras de JAUME PLENSA, por eso he decidido ilustrar con ellas este Destello... todas tomadas de google.