Usa su experiencia como médica de curas paliativas para ayudar a la gente a morir dignamente
Glòria Cantarell, coordinadora del grupo de salud de la asociación Dret a Morir Dignament (DMD). /
-¿Qué son las curas paliativas?
-Conllevan un trabajo de control de síntomas e incluyen tanto estado físico como emocional, espiritual y entorno familiar.
-¿Qué tipo de pacientes trataba?
-Enfermos de cáncer, con enfermedades neurodegenerativas, básicamente ELA, y pacientes que habían hecho un paro cardiorespiratorio y quedaban en estado vegetativo.
-Un caso que le marcara.
-Recuerdo a un joven con ELA que estaba totalmente paralizado: no podía hablar y necesitaba respirador. Tenía un gran sufrimiento emocional. Un día me dijo: “Glòria, yo no puedo más”. Le ayudamos a redactar unas voluntades anticipadas y consulté el caso al comité de bioética, que dio luz verde. Hicimos lo que se llama ‘limitación del esfuerzo terapéutico’: si el enfermo lo pide, se le puede retirar el respirador. Pactamos el día con él y la familia, se lo retiramos, lo sedamos y murió.
-¿Se vio alguna vez limitada como médica?
-Yo y todos los médicos. Si el enfermo no depende por ejemplo de un respirador y te dice que quiere acabar con su vida porque no puede más, tú no puedes hacer nada. Pero si un enfermo que tiene su documento de voluntades anticipadas te dice: “Sé que estoy al final de mi vida, si cojo una infección no quiero que se me trate”, hay que respetarle. Es su derecho.
-Ése es el límite de nuestra legislación, lo que se conoce como eutanasia pasiva.
-La eutanasia pasiva no existe. La eutanasia por definición es activa: la acción de un médico que pone una medicación para acabar con una vida. Lo de pasiva hay que eliminarlo porque lleva a confusión y los médicos tienen miedo porque a veces son la diana. Hay que decirlo claro: no tratar una complicación de un enfermo que lo pide explícita y reiteradamente, es una buena praxis médica porque estamos respetando la voluntad del enfermo. Eso no es eutanasia. Si el enfermo pide que no se le trate tal complicación y yo la trato, es una mala praxis médica, denunciable y punible.
-¿Cómo debería cambiar la Ley?
-La eutanasia debe legalizarse con unos requisitos que protejan a paciente y médico. En Bélgica y Holanda los principales son que el paciente esté capacitado y libre de coacciones, que lo pida repetidamente y que tenga una enfermedad que le provoque un sufrimiento insoportable.
-Siempre con la petición expresa del paciente.
-Absolutamente. El médico jamás debe poder actuar sin la voluntad inequívoca del paciente, porque eso es un homicidio.
-Según Metroscopia, el 84% de los españoles apoya la eutanasia.
-Se está privando de libertad a enfermos incurables que no quieren seguir viviendo. Hay que reivindicar que las curas paliativas lleguen a todos, pero a los enfermos a los que no les pueden hacer nada, como los enfermos de ELA que no sienten dolor pero se han quedado paralizados, hay que darles el derecho a decir: “No quiero seguir viviendo así”.
-¿Qué tipo de pacientes llegan a DMD?
-Sobre todo gente enferma que ha visto morir a un familiar de forma fatal y no quiere pasar por eso. Mucha gente no viene porque no sabe que tiene esos derechos.
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