Jose Eduardo Gimeno Garcia ha compartido la publicación de El País.
Kristjan
 Loftsson, millonario de 75 años, es el último tratante de ballenas 
rorcuales del mundo. Este verano tiene permiso de Islandia para matar 
238 ejemplares con el objetivo de comercializar su carne, lo que tiene 
la misma lógica que capturar osos panda para hacer abrigos de piel
elpais.com
El último magnate ballenero     Kristjan Loftsson, de 75 años, es el propietario de Hvalur, que sacrifica más de un centenar de rorcuales al año. Miguel Ángel García Vega    26 AGO 2018
Si hay una industria cuya supervivencia es un misterio es la ballenera.
 La captura de esos hermosos y pacíficos animales para ser procesados 
por su carne tiene la misma lógica que capturar osos panda para 
convertirlos en abrigos de piel. Pero esa matanza continúa existiendo. 
En un fiordo al norte de Reikiavik, la capital de Islandia, el aire 
helado se entremezcla con un olor dulzón a carne. Las fotografías de las
 instalaciones de la última planta de procesamiento que existe en el 
mundo de ballenas rorcuales semejan una instalación química. La escena 
tiene un encuadre familiar. Tres grandes tanques cilíndricos, un par de 
dependencias bajas construidas con maderas, altas verjas y unas luces 
intensas que filtran en prismas la lluvia de los primeros días de julio.
 Pero hay algo fuera de sitio. En el patio central, a simple vista, se 
desploma el cadáver desollado de la segunda mayor criatura (después de 
la ballena azul) que habita la Tierra. Es un rorcual común que horas 
antes ha sido pescado con arpones explosivos en las corrientes del 
Ártico.

 
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