Javier Martínez 7/11/2020 INFOLIBRE.ES
- Ni la Comisión Europea, ni los Estados miembro, ni organismos internacionales han afeado al presidente que se autoproclamara elegido y que acusara a los demócratas de fraude sin pruebas
- La OEA y su secretario general se mantienen en silencio, pese a que Luis Almagro pidió segunda vuelta en Bolivia en octubre de 2019 poco después de conocerse los resultados electorales
- "A Trump todavía le quedan tres meses. A ningún país le interesa que vuelque en ellos la ira de no haber ganado las elecciones"
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, muy cerca al cierre de esta crónica de perder en las urnas ante el demócrata Joe Biden, lleva días acusando a su rival de "fraude" en las elecciones del 3 de noviembre y sembrando dudas sobre el funcionamiento de la democracia norteamericana. Ni él ni sus seguidores han aportado ninguna prueba o fundamento creíble del supuesto amaño. Los ataques venían sucediéndose por parte del líder republicano desde hace meses: y muchos analistas previeron lo que podría pasar, una jornada electoral en la que el mapa se tiñera provisionalmente de rojo y sirviera al dirigente para proclamar su victoria y posteriormente erigirse como víctima de una conspiración, habida cuenta de que el voto por correo, mayoritariamente demócrata, se contabiliza más tarde.
Los países más poderosos e influyentes de la esfera internacional han callado acerca de la deslegitimación del sistema electoral estadounidense: a lo sumo, han compartido su inquietud por la posible violencia y la polarización. Y la Organización de Estados Americanos (OEA) aún no ha publicado el informe sobre su observación del proceso. Su dirigente, Luis Almagro, no ha pronunciado palabra; pero le bastaron horas para pedir una segunda vuelta en Bolivia ante la paralización de los resultados provisionales, dudas que sembraron el germen del golpe de Estado en Bolivia que echó del poder a Evo Morales. Otros observadores internacionales, sin embargo, han condenado "los intentos sin precedentes de socavar la confianza pública" en la nación.
La Comisión Europea solo ha pedido esperar a que las autoridades oficiales anuncien quién ha ganado las elecciones en Estados Unidos, desmarcándose de facto de la proclamación de Donald Trump como presidente a lo largo de la madrugada española del martes al miércoles. El portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Eric Mamer, rechazó hacer comentarios sobre el recuento de votos, refleja Euractiv: pero aseguró que Bruselas tiene "confianza en las fuertes tradiciones democráticas en Estados Unidos" (...)
ataques de Trump a la democracia
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, muy cerca al cierre de esta crónica de perder en las urnas ante el demócrata Joe Biden, lleva días acusando a su rival de "fraude" en las elecciones del 3 de noviembre y sembrando dudas sobre el funcionamiento de la democracia norteamericana. Ni él ni sus seguidores han aportado ninguna prueba o fundamento creíble del supuesto amaño. Los ataques venían sucediéndose por parte del líder republicano desde hace meses: y muchos analistas previeron lo que podría pasar, una jornada electoral en la que el mapa se tiñera provisionalmente de rojo y sirviera al dirigente para proclamar su victoria y posteriormente erigirse como víctima de una conspiración, habida cuenta de que el voto por correo, mayoritariamente demócrata, se contabiliza más tarde.
Los países más poderosos e influyentes de la esfera internacional han callado acerca de la deslegitimación del sistema electoral estadounidense: a lo sumo, han compartido su inquietud por la posible violencia y la polarización. Y la Organización de Estados Americanos (OEA) aún no ha publicado el informe sobre su observación del proceso. Su dirigente, Luis Almagro, no ha pronunciado palabra; pero le bastaron horas para pedir una segunda vuelta en Bolivia ante la paralización de los resultados provisionales, dudas que sembraron el germen del golpe de Estado en Bolivia que echó del poder a Evo Morales. Otros observadores internacionales, sin embargo, han condenado "los intentos sin precedentes de socavar la confianza pública" en la nación.
La Comisión Europea solo ha pedido esperar a que las autoridades oficiales anuncien quién ha ganado las elecciones en Estados Unidos, desmarcándose de facto de la proclamación de Donald Trump como presidente a lo largo de la madrugada española del martes al miércoles. El portavoz jefe del Ejecutivo comunitario, Eric Mamer, rechazó hacer comentarios sobre el recuento de votos, refleja Euractiv: pero aseguró que Bruselas tiene "confianza en las fuertes tradiciones democráticas en Estados Unidos" (...)
ataques de Trump a la democracia
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