JESÚS PARRA MONTERO 1 NOV. 2020
Confucio “Aprender sin pensar es inútil, pensar sin aprender, muy peligroso”.
Acudir a los clásicos es un recurso bastante simple, no necesita ser adornado, su evidencia se impone. Es como un mar que se alimenta de muchos ríos. Transforma mágicamente nuestra percepción actual de la realidad; es la herencia universal de una cultura consagrada y duradera que resiste la prueba de lo efímero y del tiempo; es la memoria y el patrimonio de la historia. Acudir a los clásicos es renovar el asombro de esa belleza siempre nueva que enriquece la literatura universal. Rescatar el espíritu olvidado de los clásicos que tanto tienen que ver con el conocimiento y la cultura, es una poderosa manera de afrontar la crítica que merece la pésima gestión de ciertos políticos y la excesiva importancia de ciertos científicos que, como “los papas”, se creen infalibles cuando dogmatizan. Comparto lo que dice el profesor Daniel Innerarity en su artículo “Saber y poder”: “Los políticos pueden menos de lo que parece y los científicos saben menos de lo que creemos”. Frente a las políticas efímeras de nuestros gobernantes, hay que poner en valor la sabiduría de los clásicos. ¿Acaso nos creemos que lo efímero no existe? Existe y es el sustento de ciertas políticas cortoplacistas, como las que está llevando a cabo la presidencia de la Comunidad de Madrid; esa es su fascinación, su poder y su paradoja. A los clásicos acudo en las siguientes reflexiones.
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