domingo, 1 de noviembre de 2020

La pobreza de las mayorías sociales como ideología del poder

 

JUAN ANTONIO MOLINA   4 SEPTIEMBRE 2020 

No es extemporáneo, aunque debería ser sumamente paradójico, que ilustre socialistas y sindicalistas firmen un manifiesto en defensa de la indefendible falta de ejemplaridad del rey emérito o en apoyo de Rodolfo Martín Villa, que dirigió la dura represión del tardofranquismo.
Un artículo de Juan Antonio MOLINA
NUEVATRIBUNA.ES

Impossibilium nulla obligatio est (a lo imposible nadie está obligado), decían los antiguos romanos. Hasta que Milton Friedman, uno de los padres del neoliberalismo económico, profetizó que había que conseguir que lo políticamente imposible, fuera políticamente inevitable. ¿Cómo se logra que una situación de depauperación y explotación extrema de las mayorías sociales se convierta en elemento constitutivo del sistema sin que signifique la ruptura de la convivencia mediante el conflicto social? Aplicando la teoría de Friedman, es decir, haciéndola inevitable. ¿Hay salida democrática a este embrollo o se consolidará el sometimiento de la ciudadanía al discurso que afirma que fuera de la ortodoxia económica no hay salvación? La exhaustiva privación del trabajo produce salarios por debajo de la subsistencia, la supresión o constricción de los subsidios a los parados, la precariedad de los escasos empleos, y con ello, la marginación y la exclusión social de los trabajadores. Es la expropiación de los pobres por parte de los ricos. Por ello, resulta difícil explicar que se degrade el modo de vida de una población tan vulnerable como los ancianos mediante el recorte de las pensiones. No después de haber visto durante la crisis cómo miles de millones sí se podían gastar en rescatar bancos, autopistas o entidades sanitarias privadas, aumentar el gasto en defensa y anunciar rebajas de impuestos milmillonarias. Como consecuencia, estamos ante un sistema en el cual el crecimiento económico crea ricos, pero no riqueza o riqueza sólo para los ricos y pobreza para el resto.

Las fortunas de los más ricos del país, que apenas suponen un 0,34% del censo, pasaron a resultar equivalentes al 57% de la riqueza nacional, cuando siete años antes esa relación se quedaba en el 40%. Podría parecer que algo no funciona en los engranajes del sistema español de redistribución de rentas, pero en realidad, sí funciona, es la desigualdad como ideología. Los niveles de pobreza en España reflejan una decisión política. Esa decisión política ha sido hecha durante la última década. Hay que resaltar el hecho de que entre 2007 y 2017, los ingresos del 1% más rico crecieron un 24% mientras que para el 90% restante subieron menos de un 2%”. Al mismo tiempo, el Estado español optó por recaudar un 5% menos de impuestos que cualquier otro Gobierno europeo y eso, claro, significa que tiene menos dinero para gastar en protección social. Entre las causas del endeudamiento creciente del sector público está una presión fiscal, inferior a la media europea y de carácter más regresivo que antes, que no ha sido suficiente para financiar los gastos e inversiones públicas. Cabe entonces reflexionar sobre el papel de la deuda pública y acerca de dónde está realmente el problema (...)

No hay comentarios: