José Emiliano Ibáñez y Gloria Villa han compartido un enlace. publico.es
José Emiliano Ibáñez · 28/5/2019 - Hay
razones de fondo para explicar lo que pasa, más allá de lo que hayamos
hecho en el ámbito electoral: antes ser pobre se veía, en parte, como
resultado de pertenecer a un determinado grupo social, ahora se ve como
un fracaso individual que hay que esconder, en lugar de salir a pelear; y
eso es así porque al capitalismo le interesa que sea así. O trabajamos
estas cosas o no tendremos ocasión de coger la sartén por el mango para
poder dar la vuelta a la tortilla.
(No sé si la película es buena o mala, pero el titular de la entrevista es para tenerlo en cuenta). #DebajoDeLosAdoquinesEstáElHormigón
José Emiliano Ibáñez · 28/5/2019 - Hay
razones de fondo para explicar lo que pasa, más allá de lo que hayamos
hecho en el ámbito electoral: antes ser pobre se veía, en parte, como
resultado de pertenecer a un determinado grupo social, ahora se ve como
un fracaso individual que hay que esconder, en lugar de salir a pelear; y
eso es así porque al capitalismo le interesa que sea así. O trabajamos
estas cosas o no tendremos ocasión de coger la sartén por el mango para
poder dar la vuelta a la tortilla.
(No sé si la película es buena o mala, pero el titular de la entrevista es para tenerlo en cuenta). #DebajoDeLosAdoquinesEstáElHormigón
BEGOÑA PIÑA.-
Juan Miguel del Castillo se metió al público del Festival de Málaga Cine Español en el bolsillo con su ópera prima, Techo y comida, una película que detalla la rutina de la pobreza, el día a día de una mujer y su hijo de ocho años poco antes de ser desahuciados.
Sin trabajo, sin dinero, sin familia ni amigos, Rocío soporta como puede la angustia de la miseria, pero no es capaz de superar la vergüenza que esta situación le produce. Protagonizada por Natalia de Molina (Mejor Actriz en Málaga), la película es, de una forma mucho más precisa, una crónica de la vergüenza.
Juan Miguel del Castillo se metió al público del Festival de Málaga Cine Español en el bolsillo con su ópera prima, Techo y comida, una película que detalla la rutina de la pobreza, el día a día de una mujer y su hijo de ocho años poco antes de ser desahuciados.
Sin trabajo, sin dinero, sin familia ni amigos, Rocío soporta como puede la angustia de la miseria, pero no es capaz de superar la vergüenza que esta situación le produce. Protagonizada por Natalia de Molina (Mejor Actriz en Málaga), la película es, de una forma mucho más precisa, una crónica de la vergüenza.
Rodada en Jerez, tierra del director y guionista, Techo y comida nació de la realidad de hace unos años, la misma que, desgraciadamente, se sigue viviendo hoy. En nuestro país, uno de cada cinco españoles vive por debajo del umbral de la pobreza.
El número de desahucios no ha dejado de crecer desde 2007 (19.000 en
los primeros seis meses de 2015/ desde 2013 hasta marzo de este año, los
juzgados ordenaron 154.000 desalojos por orden judicial). Son
los números de la miseria, trágicos, pero insuficientes para revelar la
situación emocional de las personas que la padecen.
Uno de cada cinco españoles vive por debajo del umbral de la pobreza
Hace una semanas, la escritora Almudena Grandes, a propósito de su nuevo libro Los besos en el pan,
decía que los españoles hemos perdido una batalla esencial, la de la
dignidad. “La pobreza antes no era una realidad humillante. Había que
luchar contra ella, sí, pero… éramos pobres dignos. Eso es lo que hemos
perdido” (...)
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OTRA COSA: En la cultura de la felicidad impostada la tristeza es un mal a erradicar, de Marisa Peña
OTRA COSA: En la cultura de la felicidad impostada la tristeza es un mal a erradicar, de Marisa Peña
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