AGUSTÍN MORENO | Publicado:
Este artículo no va de sexo, sino de política, como podrán comprobar. Intenta dar explicación a uno de los mayores misterios de la política en España: ¿Por qué sigue votando tanta gente al Partido Popular? ¿Será por los llamados medios de comunicación, los apoyos financieros, la falta de conciencia política, los errores de la izquierda, la ley electoral…? No tiene una respuesta fácil. Veamos.
Puede
salir por la mañana un millón de personas a la calle y por la noche el
Gobierno da la vuelta a sus demandas, aprovechando esa bomba atómica que
es la televisión
Se podría pensar que se debe a los apoyos financieros. O al uso de las mordidas de la corrupción canalizadas hacia las campañas electorales como queda acreditado en los sumarios por corrupción que conocemos. Es cierto que no es lo mismo participar en la carrera electoral de forma limpia y en igualdad de condiciones, que hacerlo dopado para jugar con ventaja respecto a las otras formaciones políticas. Tampoco parece definitivo para explicar el voto masivo a partidos políticos que están procesados por delitos relacionados con la financiación a través de su caja b.
No
podemos olvidar que estamos en los niveles más altos de la historia de
este país en instrucción, formación académica y titulaciones
¿Será por el apoyo de la conservadora Iglesia católica española través de los mecanismos de adoctrinamiento e influencia a su alcance? ¿La clave estaría en el clientelismo, para el que existe tradición y estructura caciquil, y que puede funcionar en zonas como la Galicia rural? En una sociedad cada vez más laica, libre y en todo el territorio, no parecen argumentos relevantes para condicionar el voto de grandes masas.
Otra explicación sería que en realidad la derecha no gana, sino que pierde la izquierda por sus divisiones. O porque no es realmente de izquierda todo lo que reluce. Este argumento tiene más enjundia, ya que el bloque progresista y el conservador están muy igualados y la ley electoral prima a quien concurre con mayor unidad para aglutinar el voto y beneficiarse del reparto de escaños con la regla de d´Hondt. Pero, seguro que tiene que haber algo más.
Ningún
argumento es determinante para entender por qué 7,9 millones de
personas votan a un partido que gobierna para las élites económicas
En vista de que no hay ningún argumento concluyente que explique el gran secreto, por descarte va a tener razón un amigo veterano. Al final de una manifestación frente al Congreso, una señora indignada se preguntaba en voz alta “¿Cómo es posible que con lo que roba esta mafia, la gente les siga votando?”. El jubilado le dijo con sorna “Está claro, nos echan polvos en el agua”. Va a ser por eso, algo así como lo del bromuro en la mili. Porque, de lo contrario, tendríamos que pensar que 2.500 años después sigue existiendo la devotio ibérica o costumbre de seguir al líder hasta la muerte, que explica la autoinmolación como en Sagunto o Numancia.
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