ANRED.ORG Por Yair Cybel (El Grito del Sur).
Con el 96% de las actas procesadas, ya es un hecho que el docente y sindicalista de izquierda Pedro Castillo será el nuevo presidente del Perú. Que faltan las urnas de Estados Unidos, donde la comunidad migrante es grande y Keiko es más fuerte. Que falta un buen porcentaje del Perú rural, de Ayacucho o de Cusco, donde «el profe» sacó el 80% de los votos. La carga es lenta pero metódica: la tendencia parece irreversible. Actualizar resultados. Que faltan las actas impugnadas, de mayoría urbana, donde podría recuperar Keiko. Pero ya no hay margen: la elección en Perú se cierra dos días después de que abriera la primer urna y el próximo presidente del país será el maestro rural Pedro Castillo.
Si hace tan solo tres meses alguien le hubiera dicho a Pedro Castillo que sería el próximo presidente del Perú, probablemente el profesor hubiera desconfiado. Su candidatura por el partido Perú Libre buscaba representar el ala izquierda del tablero político peruano y su principal propuesta era la asamblea constituyente bajo la premisa de terminar con 30 años de neoliberalismo y crecimiento sin redistribución, plasmados en piedra en la Constitución fujimorista de 1993. El profe, que venía de la aguerrida huelga docente de 2017 contra el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, logró unificar una amplia alianza social: docentes, agricultores, sindicatos, sectores populares urbanos y ronderos, que nacieron como autodefensas campesinas para evitar el robo de ganado y crecieron al calor del conflicto entre el Ejército y Sendero Luminoso.
Castillo ganó en primera vuelta y volvió a ganar en el ballotage. Prometió una «economía popular de mercado», el aumento de impuestos a las multinacionales, la revisión de contratos estatales y el fin del proyecto megaminero de Tía María. Tejió lazos con empresarios regionales y sindicatos, cerró acuerdos con evangelistas y con el resto de la izquierda, se calzó un sombrero de ala ancha, se montó a un caballo y salió a recorrer el Perú con una consigna clara: «No más pobres en un país rico»
La votación por Castillo creció desde abajo, en silencio. No lo vio ninguna encuesta, ni analista político ni astrólogo tarotista. Arrasó en el sur agrario y expresó las contradicciones de un Perú partido al medio. En la sierra fue un huracán: obtuvo 89% en Puno, 85% en Huancavelica, 83% en el Cusco, y 81% en Apurímac y Ayacucho. En Lima cosechó la mitad de los votos de Keiko, pero sorprendió alcanzando un 35% y expresando un «voto silencioso», menos visible pero presente.(...)
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2+ CTXT.ES Marcos Doudtchitzky / Lucas Malaspina (Nuso) 8/06/2021La campaña del líder sindicalista careció de una estrategia programada en redes sociales. Sin embargo, comunidades de usuarios lograron promover su imagen “desde abajo”, particularmente desde Facebook, la red social que muchos dan por muerta
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