jueves, 18 de noviembre de 2021

Las FOSAS de Iruzkun, el MATADERO franquista de la borda de Ollakarizketa (Navarra)

 Carmelo Enebro"Todos los Rostros"   

Aparecieron 2 coches con bandera nazional, y una camioneta con toldo. Trajeron 17 esposados de 2 en 2, los metieron como a corderos
en la primera borda, un pistolero le pegaba un tiro en el corazón
y caía; el segundo pistolero e pegaba un tiro de gracia. Los echaban
a la fosa medio tiesos, de pies, para que cupieran más bit.ly/2rlJFgC


El ejército fascista se hizo rápidamente con el poder militar en Navarra, 
arrancando las detenciones, asesinatos y desapariciones. Se calcula 
que hubo más de 3.000 personas fusiladas tras el golpe militar de 1936. 
A las puertas de las abarrotadas cárceles se apostaban grupos de requetés 
y falangistas con listados hechos por chivatos de cada pueblo.
 Eran asesinos uniformados que actuaban impunemente con órdenes 
de los mandos militares, quienes entregaban los presos a estas bandas 
de asesinos. Llevaban a los Republicanos en camiones hasta lugares 
donde se realizaban los crímenes, y los enterraban lejos de miradas extrañas.

Uno de esos lugares fue en el término de Iruzkun, junto a Ollacarizqueta, 

a 12 kilómetros de Pamplona, en el Valle de Juslapeña, donde acabaron 

más de medio centenar de Republicanos “sacados” de la cárcel provincial 

de Pamplona durante noviembre de 1936. Los crímenes fueron presenciados 

por una pastora de 9 años llamada Plácida Ibero, que indicó en 1979 a los

familiares el lugar exacto de las fosas, que los habían traído de Pamplona,

personas no eran de la zona, que al grupo les asistía un cura. Tras la muerte 

del dictador, en 1979, familiares del pueblo de Sartaguda, en secreto, 

con sus propias manos, determinación y miedo, sacaron los restos de 

17 personas asesinados el 17 de noviembre de 1936.

Estas primeras exhumaciones terminaron bruscamente tras el golpe de Tejero

en 1981. Pero comprobaron que en el paraje había más fosas y marcaron el 

lugar, lo que ha facilitado las exhumaciones actuales. Fernando Mikelarena 

dió a conocer un estudio etnográfico de María Amor Beguiristain en 2007 

La vida en la cuenca de Pamplona durante el siglo XX’. Allí se recoge el

testimonio de Félix Echalecu, natural de Ollakarizketa”, quien en 1936 fue 

obligado a cavar las fosas: “tenía orden del gobernador militar de que 

hiciéramos una fosa en Iruzkun, de unos 100 metros de larga por 0,60 de 

ancha y un metro de profundidad. Terminamos, vienen los requetés de 

Pamplona, lo dieron por bueno y dicen: mañana vamos a traer a los primeros. 

Al día siguiente aparecieron 2 coches primero, con bandera nazional, y una

camioneta con toldo. Mi padre y mis hermanas se apartaron, yo me quedé, 

y vi los fusilamientos. Trajeron 17 esposados de 2 en 2, los metieron como 

a corderos en la primera borda, un pistolero le pegaba un tiro en el corazón 

y caía; en la parte derecha el segundo pistolero le pegaba un tiro de gracia. 

Los echaban a la fosa medio tiesos, de pies, para que cogerían más…

No lo olvidaré mientras viva”  (...)

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