José Ramón Llanos | semanariovoz.com | 05/08/2016
Sin la espectacularidad mediática del
triunfo de Syriza en Grecia y sin la movilidad en el escenario
continental de Tsipras y Varoufakis, en Portugal una alianza de Los
Verdes, el Bloque de Izquierda y el Partido Socialista, ha logrado lo
que se creía imposible: neutralizar los efectos lesivos del modelo
neoliberal sobre los ingresos de los asalariados de menores ingresos y
la clase media. Con el plus de que ha logrado el Gobierno luso manejar
más acertadamente el acuciante fardo de la deuda soberana del país. Como
todos saben la deuda de los países europeos fue el detonante que hizo
estallar la crisis del año 2008, que aún gravita sobre todas las
economías de los países del viejo continente.
Efectivamente, el gobierno socialista
portugués con el apoyo del Partido Comunista Portugués, PCP, el Bloque
de Izquierda y Los Verdes, han acordado impulsar una legislación
progresista que sirvió para garantizar el fin de los recortes
salariales, incremento de los salarios y las pensiones y la jornada
semanal de 35 horas. El gran valor político de estos hechos benéficos
para los trabajadores y la soberanía nacional, se fundamenta en el
desafío a las orientaciones, mejor expresado, imposiciones de la llamada
Troika.
Una vez más queda demostrado que la
unidad de los partidos y movimientos progresistas, jalona la lucha de
los pueblos y garantiza avances contra la excesiva explotación del
empresariado y sus concesiones al imperialismo, especialmente a su brazo
financiero. Precisamente, el acierto del Primer Ministro Antonio Costa,
del Partido Socialista, consistió en forjar una coalición programática
con los partidos de izquierda de Portugal. Los frutos de esa alianza
están a la vista: la derrota de las políticas de austeridad, receta
única de la Troika, para tratar de superar la crisis que abate la
economía y a las familias europeas.
La lección es más significativa si se
tiene en cuenta que el Jefe de Estado es Marcelo Rebelo de Sousa un
veterano conservador. Sin embargo, el Primer Ministro Costa, tuvo que
aceptar, para garantizar la gobernabilidad, compromisos con los Verdes
de no privatizar el agua; los comunistas le exigieron estatizar el
transporte en Oporto y Lisboa y recuperar los derechos conculcados a los
pensionados.
De igual manera tuvieron que reponer las
sumas escamoteadas a los salarios de los empleados públicos; eliminar
los desahucios y renegociar la deuda externa con base en las
orientaciones de un Grupo de Trabajo. Dos medidas son
extraordinariamente importantes, casi imposibles de pensar en Colombia
en el estado actual de la izquierda: reducción del IVA del 23 al 13% y
congelar la privatización de la banca.
La Troika- constituida por el Banco
Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea-
ven en la política progresista lusa un riesgo para sus imposiciones
económicas, ya que de ser impulsadas en otros países de Europa, perdería
fuerza su autoridad para imponer sus orientaciones y estrategias
financieras y puede saltar en mil pedazos el modelo neoliberal, fuente
de las exorbitantes ganancias de los capitalistas y del dominio sobre la
clase obrera.
En el manejo acertado que le está dando
la izquierda portuguesa a la lucha política, tiene Syriza una lección
que deberían asimilar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario