Jorge Medina Lopez · publico.es 2/02/2019
De ser el pulmón de oxígeno más grande del planeta pasará a ser el mayor desierto jamás conocido. 😢😢
Minería, hidroeléctricas, carreteras, agricultura intensiva y deforestación son los principales enemigos de la Amazonia, pero uno engloba todos: la pasividad –e incluso la complicidad– gubernamental.
RÍO DE JANEIRO (Brasil) - VÍCTOR DAVID LÓPEZ
El gobierno peruano, en
constante ebullición durante la breve gestión de Pedro Pablo Kuczynski,
se tomó un respiro a finales de 2016 gracias a los Acuerdos del Acta de Saramurillo.
Contenía de ese modo los ánimos de las comunidades indígenas,
encolerizadas por los innumerables vertidos y derrames petrolíferos en
la selva amazónica. No se imaginaban el presidente y sus ministros que
los vecinos de la región de Loreto iban a vigilar a conciencia el
cumplimiento de ese acta punto por punto. No es para menos: la selva está más herida de muerte que nunca.
De pronto, todo Suramérica quiso ser testigo de la
lucha ecologista peruana. Los Acuerdos del Acta de Saramurillo prometían
tratar los accidentes contratando estudios internacionales "con
participación efectiva de una comisión de diez representantes de los
pueblos indígenas". Prometían también debate político "sobre la
viabilidad de una nueva matriz energética nacional". Otras voluntades
versaban sobre compensaciones a las comunidades indígenas, sobre “la
remediación de los sitios impactados como consecuencia de la actividad
petrolífera”, y anunciaban para 2019 la petición de un Plan de Abandono a la empresa PlusPetrol Norte, S.A., para el lote que actualmente explota, cinco años antes del vencimiento del contrato de operación (...)
Según investigadores de Greenpeace Brasil consultados por Público,
entre las cuestiones técnicas de protección más importantes en manos de
los gobiernos que comparten la selva amazónica destacan "el control de
la pérdida de superficie de los bosques y el esfuerzo de creación de
Unidades de Conservación, así como el grado de implementación y
eficiencia de las mismas". Para la organización, es necesario analizar
el momento político de cada país: "A pesar de que las iniciativas de
protección de la selva deberían ser siempre prioridades de todos los
países, en general son bastante rehenes de la alternancia política,
siendo difícil decidir cuál es el país que mejor funciona en ese
sentido".
Formas contundentes de acabar con la selva amazónica hay varias. La organización no gubernamental WWF Colombia (World Wildlife Fund) identifica por lo menos seis: concesiones mineras, aumento de represas hidroeléctricas, construcción de carreteras, expansión de la agricultura intensiva, deforestación y cambios en la legislación en torno a las áreas protegidas (...)
Bolivia, Ecuador, Colombia y Venezuela, en mitad de
una crisis política, económica y social que va a más, seguidos de
Surinam, Guyana y Guayana Francesa completan la lista de países
amazónicos. Todos ellos, en mayor o menor medida, ven cómo la selva
sobrevive con respiración asistida. Algunos de los atentados ecológicos
están analizados en el proyecto periodístico transnacional “Madera Sucia”, orquestado por Ojo Público y Mongabay Latam, en alianza con El Deber, Semana, Connectas, El Espectador e Infoamazonia.
El futuro es inaccesible porque el poder cada vez
pisa más fuerte en las zonas más debilitadas de la selva amazónica. Las
ilegalidades se acumulan, y se blanquean, mientras los mandatarios miran
hacia otro lado (...)
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