CONTRAINFORMACION.ES 8 junio 2021
A comienzos del mes de junio, Carlos Taibo, una de las voces libres más críticas del estado, ofreció tres charlas en Galicia, presentando diferentes publicaciones de su interesante bibliografía. En Redondela nos mostró el corazón de sus “Historias Antieconómicas”, en Pontevedra el paisaje desolador de “El colapso que viene”, y por último, en Ourense, habló a propósito de “Colapso y decrecimiento”. En la primera de las conferencias, organizada por el Colectivo Republicano de Redondela, el profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, tuvo a bien conversar con nosotros al finalizar el acto, que tuvo una nutrida acogida.
En un momento en el que los medios de comunicación nos bombardean por el estancamiento de la economía, y hasta la izquierda parlamentaria insiste en esa huida hacia adelante que no cuestiona el sistema capitalista, el decrecimiento que propone Carlos Taibo parece provocador, a pesar de que esta propuesta sea la única que parece viable frente a una emergencia climática de la que ya no se habla, pero que sigue siendo una amenaza.
¿No tienes, a veces, la sensación de pregonar en el desierto, cuando el mensaje de los medios de comunicación y de la propia izquierda van por otro lado?
Si. Lo que pasa es que tengo esa sensación desde hace muchos años, de tal forma que no es ninguna novedad. Incluso así, admito que tengo un problema, y es que cuando voy a hablar por ahí delante de decrecimiento, es normalmente ante públicos afines, que piensan, genéricamente, como yo. Alguien se preguntará si, de vez en cuando, me encuentro públicos hostiles, o no afines: los encuentro. Y mi percepción es que la gente percibe, inmediatamente, el decrecimiento como una cuestión sensata, que dice algo que llevamos dentro de la cabeza, otra cosa diferente es que seamos capaces de transmitir eso a nuestra vida cotidiana, y no hablo solo de la gente que anda perdida por la calle, nosotros mismos, muchas veces, refectimos que formamos parte del sistema que queremos echar abajo, de tal manera que esa lógica del sistema influye poderosamente. Entonces, a la pregunta que me haces, respondería, con ironía, que como estoy dentro del sistema ya no me sorprende mucho, en la medida en que yo mismo soy contradictorio. (...)
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