BLOGS.PUBLICO.ES CRISTINA FALLARÁS 22/7/21
Entiendo que, si Camuñas se hubiera desmelenado con un Viva la Pasionaria o una jota valenciana, quizás Casado habría salido a declarar que el hombre estaba un poco desorientado. Pero ni el uno ni el otro estaban desorientados en absoluto. Vaya, que su orientación es meridiana. Así que el problema no lo tienen ni ellos ni el PP, sino quienes contemplaban la posibilidad de que el presidente del PP le afeara al franquista unas palabras violentas.
Pablo Casado invitó a Camuñas para que hiciera exactamente lo que hizo, un elogio del franquismo. Porque Casado no puede permitírselo, así de simple. Por eso elige a quien sí puede, se lo sienta al lado y le da la palabra. De eso se trata. ¿Cómo diantres iba a no estar de acuerdo con su propia decisión, con su estrategia?
Pero la cosa no acaba ahí. Ojalá. Casado y el PP deciden lanzar una alabanza al franquismo, Camuñas mediante, y en realidad lo que están haciendo, en un planificado paso hacia la extrema derecha, es popularizar un nuevo argumento. Uno que va más allá del asunto de "los dos bandos", más allá de "no reabrir heridas", más allá del "comunismo se come a los niños".
El argumento que el PP acaba de lanzar a la opinión pública española es que un golpe de Estado no es un golpe de Estado si quienes lo perpetran lo hacen en pos de su idea de libertad o contra alguien que piensa de forma diferente. O sea, lo que hizo Pablo Casado, presidente del PP, por boca de Camuñas fue justificar un golpe de estado.
Al día siguiente –yo estaba ahí–, los tertulianos "conservadores" de las televisiones y las cadenas de radio ya habían hecho suya tal idea y repetían por las españas que lo de Franco no fue un golpe de estado, que la República fue la que provocó una guerra, y que bien está lo que bien acaba, porque lo de Franco no fue exactamente una dictadura.
Lo juro (...)
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OTRA COSA: Biopolítica de la derecha idiota ( Casado El Memo), de Lucio Martinez Pereda
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