En los tiempos que andamos transitando, bien vendría definir el concepto de clase social, tan manido como entrecomillado. Tenemos claro que es la clase alta aunque viene bien definir conceptos: es el grupo social que puede vivir de las rentas, de los intereses de sus propiedades. Ello quiere decir que estos privilegiados mantienen una vida no solo ociosa, sino placentera en toda su acepción. O pueden mantenerla…
El proletariado o clase baja, también tiene una nítida definición. La conforman todas las personas en estado de precariedad que no pueden satisfacer las necesidades básicas, que serían, vivienda cómoda y cálida, alimentos sanos y completos, educación, movimiento, salud y cultura. En esta situación se encuentra las personas paradas, sin ingresos o muy bajos y también en los últimos tiempos, muchos/as trabajadoras que reciben emolumentos insuficientes.
Entre medias está la masa ingente de lo que se dio en llamar: clase media y ahí nos perdemos un poco ¿Qué o quiénes conforman la clase media? Si nos remontamos al origen de la nomenclatura podemos definirla mejor. Fue en el siglo XVII a través de la industrialización cuando surgió la emergente clase colchón entre las anteriormente citadas. Fue Inglaterra, donde se acuñó el concepto gentry, quien conformó un nuevo núcleo que permitió a los emergentes de cuello blanco (funcionarios, profesionales, altos comerciantes) encontrar un sitio social entre los citados clasemedistas. Con un espíritu conservador, un puritanismo del trabajo y la nula conciencia social, pregonaban que el esfuerzo, el respeto a las normas y la disciplina consignaban por si solas el acceso a la ascensión social tan deseada. Debiéramos consignar que parte de la clase media, lo que de verdad ansía es tocar, aunque fuera con la punta de los dedos, a la aristocracia . Siguiendo la historia, es en el siglo XIX cuando el poder adquisitivo y político logrado les hizo poseedores del derecho al voto al Parlamento (Cámara de los Comunes) El liberalismo económico y la industrialización hicieron el resto para conformar la clase media.
El espíritu conservador y puritano de esta clase social se enfrentaba a la moral más laxa de la aristocracia que se mantuvieron ociosos y permisivos con cualquiera de los vicios o prebendas sociales a las que se sentían con derechos adquiridos por nacimiento. Los medias, en cambio, tenían a gala el trabajo, mientras los nobles se avergonzaban si se veían abocados a ejercerlo. Marx se ocupa poco de la clase media ya que para él la división social es entre proletariado y capitalismo, tan solo Weber se preocupa de definir los márgenes de esta nueva clase social. Para el citado Weber, la aristocracia son los poseedores de capital y los media son los generadores de dinero por el esfuerzo o por sus conocimientos.
Marx propugna o anticipa la desaparición de la mas media fagocitada por los dos extremos. Si algo generó la crisis del 2008 fue la certeza profética del creador del Capital. La depauperización de la clase media es un hecho notable, el abultamiento de las fortunas de la clase alta y la paulatina precarización de las clases bajas son un hecho difícilmente discutible.
(...) La fascistización de la política es posible que sea producto de la precarización de la clase media. Aún conformando la horquilla de ingresos marcada por la estadística, la tendencia a la privatización, el aumento de tasas impositivas, la precarización del trabajo -hasta hacer desaparecer la seguridad laboral de años anteriores- la alta tasa del coste de la vivienda, estudios, e inflación han hecho que aún, por ingresos, perteneciendo a la clase media, la connivencia social nos haya retrotraído a la clase proletaria. Por mucho cuello blanco que gastemos, si no tenemos dinero para calentar la casa, tomarnos unas mínimas vacaciones, atender necesidades como estudios superiores, másteres (cada vez más comunes) cultura (restringiendo la adquisición de libros, cine o teatro) y teniendo que vivir con la calculadora en la mano a fin de no pasar el presupuesto duramente limitado, somos (mal que pese a algunos/as) proletariado. Y proletariado muy precarizado (...)
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