LAMAREA.COM Dani Domínguez 29 julio 2021
La alianza People’s Vaccine denuncia que Pfizer y Moderna están cobrando a los gobiernos 41.000 millones de dólares de más sobre el coste estimado de producción.
Pfizer y Moderna se han convertido en palabras usuales en el vocabulario pandémico, utilizados en el día a día de la población. Sobre todo en España, donde la primera es la vacuna más utilizada y, la segunda, también muy administrada, tiene un nombre bastante sonoro en castellano.
La alianza People’s Vaccine culpa a ambas compañías farmacéuticas de encarecer el precio de las vacunas contra la COVID-19 aprovechándose del oligopolio que conforman. De acuerdo con una investigación llevada a cabo por la organización, las compañías Pfizer/BioNTech y Moderna –productoras de las vacunas punteras de ARN mensajero– “están cobrando a los gobiernos 41.000 millones de dólares de más sobre el coste estimado de producción”. De esta forma, solo la Unión Europea habría pagado un sobrecoste de 31.000 millones de euros, “lo que equivaldría al 19% del presupuesto total de la UE para 2021”, denuncian.
People’s Vaccine defiende, de acuerdo a un análisis de las técnicas utilizadas para la producción del fármaco, que las vacunas podrían fabricarse por apenas 1,20 dólares la dosis. Sin embargo, COVAX –el mecanismo creado para facilitar el acceso al remedio contra la COVID-19– ha estado pagando, de media, casi cinco veces más. La alianza recuerda que la vacunas de Pfizer/BioNTech y Moderna han sido “desarrolladas únicamente gracias a los 8.300 millones de dólares provenientes de fondos públicos”.
La falta de dosis suficientes para inmunizar a la mayor parte de la población ha provocado que los países ricos se hayan colocado a la cabeza de las colas “prestándose a pagar precios excesivos”. Mientras, ambas farmacéuticas se han negado a transferir tanto la tecnología como los conocimientos sobre la vacuna a ningún productor capacitado en países en vías de desarrollo, “un gesto que podría aumentar el suministro global, reducir los precios y salvar millones de vidas”, critica la organización (...)
Los nuevos contratos entre la Unión Europea y las farmacéuticas Pfizer y Moderna traen consigo una novedad: la subida del precio de la vacuna. Según ha averiguado el periódico británico Financial Times, las empresas estadounidenses han encarecido las dosis para combatir el coronavirus de un modo considerable, incrementando el precio de la de Pfizer en un importante 25,8% y la de Moderna en un 12,8%. La subida de la vacuna llega tras extenderse la teoría de que podría ser necesaria una tercera dosis de refuerzo.
El encarecimiento llega también después de las polémicas que han envuelto a la vacuna de AstraZeneca y que terminaba con el veto parcial —en países europeos como Francia, Suecia o Finlandia— o, directamente, su prohibición —como es el caso de Dinamarca o Noruega—. En España, la crisis de confianza con AstraZeneca —a pesar de contar con el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento y la respuesta de los ciudadanos españoles, que mayoritariamente decidieron inocularse la segunda dosis de AstraZeneca— llevaba al Ministerio de Sanidad a no firmar ningún otro contrato con la farmacéutica sueco-británica.
Un golpe a la competencia que podría haber influido en la decisión de las farmacéuticas estadounidenses de subir los precios de la vacuna. Concretamente, la de Pfizer subiría de los 15,50 euros a los 19,50, mientras que la de Moderna lo haría de los 22,60 dólares a los 25,50 —de unos 19 euros a casi 21,50—. Unas cifras que se alejan del precio de las vacunas descartadas, fijado en unos 3 euros la de AstraZeneca y en unos 8,40 la Johnson & Johnson, de la farmacéutica belga Janssen. Los movimientos mercantiles de las farmacéuticas estadounidenses contrastan con la delicada situación sanitaria.
El encarecimiento de la vacuna por parte de Pfizer y Moderna demuestra que, para dichas empresas, las dosis tan solo son un producto de mercado con el que buscan maximizar sus beneficios. Una fórmula de negocio que, en plena quinta ola en España —y en una peor y alarmante situación aquellos países con recursos más limitados—, dista de tratar la vacuna como lo que, según expertos y políticos de todo el mundo, realmente debería ser: un bien público a nivel global. Por ello, ya el pasado marzo, parlamentarios de toda Europa instaban a la UE a liberar las patentes de vacunas y medicamentos contra el COVID-19.
Una petición a la que se sumaba el propio presidente de los Estados Unidos, Joe Biden. Sin embargo, PSOE, Partido Popular, Vox y Ciudadanos unían fuerzas y votaban en contra de suspender las patentes en el Parlamento Europeo el pasado mes de abril. Sin embargo, en junio el Europarlamento se abría a negociar la liberalización de las patentes de forma temporal ante la emergencia sanitaria internacional. Una necesidad humanitaria en la que estar en contra de la suspensión de las patentes impide el acceso igualitario a la vacuna por parte de todos los países y ralentiza el fin de la pandemia, dejando más fallecidos y afectados por el camino.
2+ Podemos 10/6/21
Estos son los "patriotas" que luego lloran lágrimas de cocodrilo por las víctimas de la COVID-19 intentando sacar rédito político. Repugnante.
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